-Win-
Desperté poco a poco, el pequeño Bright ya estaba despierto y me observaba con una expresión de serenidad en su rostro. Sonreí al verlo, entonces volvió a besarme.
No quería herir sus sentimientos haciéndolo sentir rechazado, así que con cautela retrocedí retirando mis labios de los suyos y en su lugar poniendo mi frente con la suya.
-"Esperemos a que seas mayor, ¿okey?"- Le dije tranquilamente.
Entonces se retiró de conmigo.
-"Entiendo...aún soy menor de edad." - Dijo claramente decepcionado.
-"No es eso..."- Le dije.
No era eso.
Más allá de que en este momento no me sentía atraído hacia él pues aún era un niño, si en dado caso aceptara que tuviéramos ese tipo de relación solo para darle gusto, sería muy injusto para él.
En la edad en la que se encontraba las emociones están bastante fuera de control y no solo eso, sino que también se sienten con muchísimo más intensidad. Cuando se trata de enamorarse, incluso se tiende a idealizar a las personas la mayoría de las veces.
Lo único justo es que descubra y que viva todas esas emociones con alguien que se encuentre en sus mismas condiciones, con alguien de su edad.
-"Solo esperemos a que seas mayor, ¿de acuerdo? Por favor confía en mí cuando te digo que es lo mejor."-
Entonces dio un suspiro, claramente hiso el esfuerzo por tranquilizarse.
-"Esta bien"- Me contestó con sosiego.
Afortunadamente, así no le diera muchas explicaciones, había aceptado de buena gana lo que le pedí.
Y aún si no lo hubiera hecho, así se enojara o me insistiera, jamás pondría de por medio su inocencia para satisfacer algún deseo egoísta de mi parte.
-"Vayamos a almorzar"- Le dije con ánimo para cambiar la atmósfera algo tensa que se había hecho.
Pasamos el día juntos. Era fin de semana así que ninguno de los dos tenía que preocuparse por sus responsabilidades de tipo escuela y trabajo.
Por la noche me pidió ir a una feria que estaba de paso en la ciudad.
Para entrar había un camino hecho de luces que formaban una especie de túnel, daba un aire mágico a todo el lugar.
El pequeño lobo me tomó de la mano y volteó a verme con duda, enseguida le sonreí y apreté fuerte su mano mientras seguíamos caminando. Me devolvió la sonrisa, su expresión dejaba ver alegría y alivio.
Lo llevé a todos los lugares y juegos que me pidió. En ocasiones me abrazaba mientras esperábamos en la fila nuestro turno de subir a alguno de estos juegos.
Estaba bien, estas muestras inocentes de cariño sí se las podía corresponder, y me daba gusto poder reconfortarlo. A fin de cuentas yo estaba aquí, en este tiempo, exclusivamente para él.
Al final de la noche nos retiramos un poco todo el bullicio de aquella feria. Estábamos debajo de un enorme y hermoso árbol de flores color violeta. Las luces de los juegos como la rueda de la fortuna, el carrusel, entre otros, se veían hermosas a lo lejos, hacían permanecer aquel aire de magia que se sentía en esta noche.
El pequeño Bright se paró de puntas frente a mí.
-"¿Crees que seré tan alto como tú?"- me dijo volteando completamente hacia arriba para verme con sus enormes y tiernos ojos.
Reí, me enterneció demasiado.
-"Sin duda." - Le contesté. Si supiera...
Entonces perdió el equilibrio y cayó hacia mí. Lo atrapé en mis brazos y luego volvió a abrazarme dejándose caer por completo sobre mí. Su rostro dejaba ver lo feliz que se encontraba.
Le correspondí el abrazo. Me llenaba de felicidad el verlo así de contento.
No se por cuánto tiempo permaneceré aquí pero mientras lo haga me aseguraré de que siempre haya una sonrisa en su rostro.
- Continúa -
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Timeless
RomanceWin se convierte en un viajero del tiempo para rescatar a un Bright adolescente.