Capítulo 9

20 3 0
                                    

Desc091: Tengo una erección y es tu culpa.

Megan: ¿?

Dec091: ¡Tienes esa blusa que muestra tus hombros! Lo hiciste apropósito.

Megan: No me vestí para nadie más que para mí misma.

Megan: ¿Funciono?

Desc091: Me estas matando.

Megan: *guiño*

Megan: Sabia que eras raro. ¿Tienes alguna clase de fetiche con los hombros?

Desc091: Totalmente no.

Megan: No me distraigas cuando trabajo.

Megan: ¡Mientes con todos los dientes!

***

Matthew se acomodó el saco por quinta vez, su nerviosismo era notable, miro por décima vez su reloj. Su maletín resbalo de sus manos y fue a parar a los pies de un empleado que acaba de salir. Se disculpó varias veces, luego de levantar su maletín miro a todos lados, verificando que nadie hubiera visto lo sucedido.

Melanie comprendió que no podía quedarse todo el día oculta, tendría que enfrentarlo, porque era obvio que la estaba esperando. Aun así se esforzó por salir con la vista fija en los autos que pasaban, lo escucho llamarla y puso todo su esfuerzo por fingir indiferencia. Finalmente el contable la alcanzo.

—Hola.

En su interior no dejaba de rogar que se acabara rápido. Seguramente sería otro intento por invitarla a salir. Y otro rechazo por su parte.

—Vera, tengo que regresar a casa pronto así que no puedo salir a tomar nada con usted.

Las mejillas del hombre se tornaron rosas. Se aclaró la garganta antes de volver a hablar.

—Solo quería ofrecerme para acompañarla a casa, hoy me traje el auto.

No sabía que tenía auto, su desconfianza se debió de haber reflejado en su cara porque él aclaro.

—No suelo venir a menudo en el auto a menos que este lloviendo. Edward es un fanático por cuidar el planeta y suele darnos una charla acerca de cómo los autos contaminan. Él viene en bicicleta a la empresa. La mayoría optamos por seguir sus consejos antes que tenerlo hablándonos por horas acerca de los beneficios de usar un vehículo que no contamine.

Su otra opción era tomar el metro como todos los días. Matthew aprovecho su vacilación y la condujo hacia un cacharro.

—Sé que no es el último modelo, pero es seguro. Tengo pensado hacerle algunas mejoras, empezare con la pintura y la abolladura en la puerta.

—Parece como si con solo tocarlo se desmantelaría.

—¿Cómo? No. Le aseguro que es muy seguro. Le doy mi palabra de que llegara segura a casa.

Intento entablar conversación durante el camino, fue notar su nerviosismo lo que la detuvo de actuar cortante. No se podía decir que era un mal tipo, solo que no era su tipo. Pero después de todo, ¿Cuál era su tipo? «De los que tiran la toalla a la primera», pensó con desagrado.

Las luces ya estaban encendidas y sonaba la música a volumen alto, esa era una gran desventaja al dejar a su madre al cuidado de Nina. Era una mala influencia. Melanie dudo, seria descortés de su parte despachar al hombre que amablemente se ofreció a traerla a casa. Podía invitarlo a pasar y rezar por que dijera que no.

—Gracias por traerme.

Matthew sonrió con deleite.

—Eh, ¿te gustaría pasar a tomar una taza de café? —«Di que no, por el amor de todos los cielos, di que no».

MensajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora