Capítulo 1

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Capítulo 1: Los mensajes calientes también son románticos


Megan se reacomodo el escote. Levanto el teléfono con la cámara frontal encendida, no satisfecha se desabrocho otro botón de la camisa. Se podía ver claramente el inicio de sus senos. Entonces tomo la foto cuidando que su cara no saliera.

Presiono enviar.

Inmediatamente recibió un mensaje.

Desc091: ¡Joder! Ahora tengo una erección.

Se mordió el labio, su mente imaginándose justo eso. Cuando comenzaba a escribir una respuesta vio a su jefe entrar.

-Quiero el reporte contable en mi escritorio -ordeno.

Megan dejo salir un resoplido, odiaba tener que bajar hasta la ratonera y más el tener que tratar con esos inadaptados. Sabía de antemano que si llamaba y pedía que se lo trajeran esa bruja la sacaría de sus cabales. La bruja tenía los mismos modales que una serpiente. Reviso su maquillaje y peinado antes de salir, no porque le importara lo que esos pensaran de ella, simplemente le gustaba verse bien. Era bueno que la empresa suministrara muestras gratis a los empleados y además les ofreciera un descuento.

Amaba trabajar en HQ Comestics.

Contoneo sus caderas todo el camino hasta el ascensor, su admirador bien podría estar entre ellos. El anonimato ya le estaba cansando, llevaba dos meses mensajeándose y cada noche tenía que buscar alivio sola.


Estaba revisando un contrato cuando su teléfono sonó avisando de un mensaje, el número era desconocido así que estuvo a punto de borrarlo sin siquiera leerlo. Al final la curiosidad pudo más.

Desc091: ¿Tus pechos son reales?

Sus mejillas ardieron de indignación. Escribió un mensaje acerca de lo inadecuado que le parecía su pregunta, incluido una amenaza con denunciarlo por acoso y (en letras mayúsculas) que eran reales. No envió el mensaje, pensó que sería darle demasiada importancia. Cuando llego a su casa seguía igual de molesta, entro azotando la puerta e hizo lo mismo cuando fue a la cocina a servirse un tazón de cereales. Estaba tan molesta que termino sacando una botella de ron y se la llevo a su cuarto.

¡No existía nada falso en ella!

Cerca de las dos de la mañana estaba lo suficientemente ebria como para borrar el mensaje y escribir otro.

Megan: Te puedo demostrar que tan reales son.

Desc091: ¿Es eso una invitación? Puedo hacer algo más que tocarlos.

Por todos los Dioses. Un nuevo mensaje llego.

Desc091: ¿Te lo estas imaginando?

Megan no lo iba admitir. Lanzo el teléfono al darse cuenta del poder que esos mensajes tenían en ella.

A la mañana siguiente quiso saltar enfrente de un auto -no literalmente- al ver lo que había hecho. Pero los mensajes siguieron y ella siguió contestando. Cada uno más osado que el otro. Se convirtió en una agradable distracción.

No todas las veces eran ese tipo de mensajes, a veces la hacía reír. Sabía que era un hombre que trabajaba en la empresa porque muchos de sus mensajes hacían referencia a situaciones vividas en el trabajo.

Era incomprensible que tuviera que bajar escaleras para ir a la división de contabilidad, sin embargo parte de ella se alegraba de que ellos estuvieran ahí. Era mejor que tenerlos como compañeros de piso. Ni hablar.

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