Capítulo 2: Campbell al rescate
Megan se retoco el labial ignorando en mayor parte la conversación de las otras dos mujeres.
—¿Has visto la falda que tenía? ¿Cómo se atreve a salir de casa con eso?
—No debe de tener nada más que ponerse —respondió la otra con burla. —Me da tanta pena que estuve pensando en donarle parte de mi armario.
Ignoro el jadeo horrorizado de la otra. Acomodo su cabello cuidando de no deshacer su peinado. Sin más que hacer no le quedo de otra que girarse hacia sus compañeras.
—¿Por qué perdemos el tiempo hablando sobre los de la ratonera? Tenemos mejores cosas que hacer.
Arqueo una ceja, fue obvio para las dos mujeres a lo que se refería. Exacto. Blanca sonrió con malicia, engancho su brazo con el suyo. —¿Ya escucharon acerca del nuevo empleado?
—Escuche que entrara en la división de planeamiento —dijo Bianca—. Se dé buena fuente que estudio leyes y que es bien parecido.
—Conozco a una chica que trabaja en recursos humanos y me aseguro que viene de una familia acomodada.
Todas soltaron un gritito.
La puerta se abrió con un estruendo. Linda Scott las miro con superioridad.
—Ya decía que era extraño que unas adolescentes estuvieran aquí, debí imaginar que eran el trio de víboras. ¿Todavía tienen edad para comportarse de esa forma?
Blanca se adelantó, sacudió su cabello de un lado a otro echando un vistazo al moño apretado de Scott. Se giró para sonreírles, el tipo de sonrisa que dice y-esta-se-cree-que-es-mejor-que-nosotras.
Fingió estar confundida. —Creo haber escuchado a alguien hablar, pero no hay nadie. ¿Escucharon algo?
Megan se adelantó. —Seguramente debe ser una rata royendo.
—¡Ay, Dios! Vuelvan a la escuela. El sonido que emite la rata se llama chillido. Dios, que vergüenza. Dejen de echarse toda esas cosas en la cara y el tinte barato, arruina sus neuronas.
—¿Sabes que trabajas en una empresa de cosméticos? —dijo indignada Bianca.
—No ha de saber lo que es.
—Esa es la razón por la que pertenece a la ratonera, ¿en que otro lugar encajaría? Arruinaría la imagen de la empresa. Haznos un favor a todos y quédense en ese lugar —termino Megan.
Tratar con los de la ratonera siempre la ponía de mal humor, pero esa bruja era la peor de todos.
***
Al final todos los rumores tenían parte de verdad, el nuevo empleado resulto ser todo un bombón, decidió. Su jefe tenía una reunión con el director de planeamiento, he allí la razón de porque estaba sentada observándolo trabajar. Retorcía su cabello alrededor de su dedo, no podía estar segura pero puede que babeara.
Su jefe tardaría una hora más por lo que se acercó a presentarse sola. Apoyo su cadera en su escritorio y se acercó de manera que se viera el inicio de su escote.
—Aun no me he presentado —extendió su mano con manicura de cuarenta dólares. —Mi nombre es Megan Reed, soy la secretaria del gerente general.
El nuevo empleado le mostro una sonrisa todo dientes, encantado con la atención.
—Un gusto en conocerla señorita Reed. Soy Brad Thompson.
Varias de las mujeres le lanzaron miradas venenosas por adelantarse.
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Mensajes
RomanceMegan recibió un mensaje (del tipo que no se muestra ni a tu mejor amiga) de un compañero del trabajo. Al intentar descubrir su identidad surgen pequeños malentendidos, roces accidentales y un injustificado odio hacia un contable. Campbell es la per...