Capítulo 14

26 3 0
                                    

Capítulo 14: Tiempo en la ratonera


—De ninguna manera.

Megan considero fingir un nuevo accidente para que la mandaran de nuevo a casa, lo que sea menos lo que le pedía su jefe.

—Tengo mucho trabajo que hacer, no puedo simplemente dejarlo para ir a ayudar a otro departamento. No voy a trabajar con los de la ra... división de contabilidad.

Su jefe se secó el sudor de la frente con su pañuelo, presintiendo las quejas que tendría que escuchar de su empleada.

—Reed, la división de contabilidad tiene mucho trabajo y pidieron una persona para que los ayudara con el papeleo. Solo va a tener que ordenar facturas, organizar carpetas, nada complicado. Considerando que somos el departamento que es capaz de prescindir por un corto periodo de tiempo de una empleada...

La cosa solo empeoraba.

—¿Tengo que llevarles el café! —horrorizada era quedarse corto. Entonces se sostuvo de la mesa y soltó un quejido. —Mi pie. Ay, me duele. Necesito sentarme.

El jefe se puso serio. —Reed.

—Bien, pero no les serviré café —dijo para sí misma.

Megan tomo una respiración profunda antes de entrar, estiro la mano a la manija y luego la alejo con rapidez. Trabajar con los de la ratonera significaba que tendría que verle la cara a dos de sus personas menos favoritas y considerando lo que paso esa mañana la hacía temblar de rabia.

Brad fue muy amable y considerado al irla a buscar a su casa para llevarla a la empresa. Al llegar Melanie la esperaba con un café y unas medialunas, una buena manera de empezar el día. Hasta que la vio. Linda Scott estaba pasando su tarjeta. Megan pasó por su lado y la empujo con el brazo fingiendo haber tropezado.

—La arpía regreso —dijo con una sonrisa.

Megan le sonrió y toco el brazo de Brad. —¿Escuchaste algo? Deberían llamar al fumigador, parece que las ratas se volvieron a escapar.

Linda bufo. —Parece que las mini vacaciones no te sirvieron de nada. El veneno lo llevas en la sangre.

Guardo su tarjeta en su bolso, se detuvo frente a Megan y con toda intención tomo el café de su mano y se lo tiro encima. Se alejó soltando un «ups». Fue una suerte que no estuviera caliente. No fue capaz de ir tras ella porque Melanie se interpuso alegando que era su culpa.

Una vez en el baño Megan se quitó la blusa y tallo con un pedazo de papel mojado la mancha. Quería gritar de rabia al recordar como no la apoyaron, era como si se hubieran puesto de acuerdo. Para el colmo la mancha no salía y era su blusa favorita.

—¡Ah! ¿Quién se cree que es? —dijo a su reflejo. —¡Bruja mal vestida!

La puerta se abrió y tan furiosa como estaba se giró para gritarle a quien fuera que la interrumpía. Campbell la miro con la boca abierta, sus ojos deteniéndose en su brassier de encaje. No le dio la oportunidad de disculparse cuando de pronto algo le dio en la frente y todo se volvió oscuro.


Lo primero que noto Campbell fue un constante martilleo en su cabeza, abrió los ojos y los volvió a cerrar. No recordaba cómo fue que llego a esa situación. Con un quejido consiguió sentarse, estaba en el piso del baño y en la esquina más alejada la mujer de sus pesadillas con una blusa mal abotonada. Miro el cesto a su lado, entonces los recuerdos volvieron.

—¿Me tiro el cesto de basura?

—¡Fue su culpa!

—Es usted la mujer más peligrosa y loca que he conocido.

MensajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora