Capitulo 10

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Amón y yo entramos en una pequeña habitación de la casa la cual contaba con una camilla, varias estanterías con productos sanitarios y otras cosas varias.

Amón se sentó en la camilla mientras yo cogía aguja e hilo para coser la herida.
Desinfecté además la zona y me puse manos a la obra.

-Alma.-

-¿Si?- Dije sin despegar la vista de lo que estaba haciendo.

-¿Sigues enamorada de Azacel?- Aquella pregunta me pillo desprevenida y sin querer tiré mas del hilo.

Estaba segura de que le había hecho daño pero Amón ni se inmutó.
Ahora que lo preguntaba, mi querer hacia Azacel no había cambiado pero mi amar hacia el quizás había disminuido.

-No estoy segura, lo quiero, es obvio que lo quiero, pero hace mucho que ni lo veo ni estoy con él.- No me costó decirlo ya que era la verdad.

-¿Has estado con otras personas después de lo que paso?- Sabía que Amón solo tenia curiosidad y sentía una extraña confianza hacia él.

-Solo un par de veces, no recuerdo sus nombres.- Después de haberlo hecho con esas personas no tardaba en sentirme mal y todo el remordimiento me pesaba día y noche, pero somos seres humanos y a veces necesitamos ese tipo de contacto.

-No te sientas mal por ello.- Amón levantó mi rostros con su mano.

Ambos nos mirábamos y un silencio inundó la habitación.
Amón acariciaba mis mejillas y yo deslizaba mi mano por su brazo.
No estaba segura de lo que quería hacer pero me dejé llevar por el momento.

Me levanté de la pequeña silla donde estaba sentada y me posicioné enfrente de Amón que, aunque estaba sentado, era mas alto que yo.
Llevé mis manos a sus piernas que rozaba levemente temiendo que me estaba confundiendo; pero Amón sonrió dejando ver sus dientes y llevo una de sus manos a mi nuca y la otra a la parte baja de mi espalda.

Mi respiración se volvió irregular al acercarnos y sentir la suya tan cerca, esta vez me atreví y llevé mis manos mas arriba casi tocando su miembro; Amón en cambio agarro fuerte mis glúteos y me pegó aun más a él.
Entonces rocé su miembro con la punta de mis dedos dándome cuenta de que estaba tan excitado como yo. Este al sentir el tacto de mis dedos sobre la tela del pantalón soltó un pequeño gemido, pegué mi mano a su miembro haciendo pequeños movimientos.

Amón solo se removió en el sitio sonriendo y levantó su camiseta para que viera; bajé la vista y me topé con su tremenda excitación además de con su cuerpo totalmente tonificado.

Bajé las manos de nuevo y esta vez con ellas bajé el pantalón, Amón no lo dudo mucho y levantó mi camiseta quitándomela y dejando mi torso desnudo con la excepción del sujetador.

-Te deseo Alma y no sabes cuanto.- Sus manos apretaron mis senos dejando escapar en ese momento un gemido por mi parte.

Ambos nos pegamos más teniendo su pecho contra el mio, no me di cuenta pero había desabrochado mi sujetado y delicadamente me lo quito, yo en cambio había bajado su boxer para poder tocarlo y así fue.

Su piel estaba caliente y me produjo un extraño cosquilleo en la palma de mi mano; escuchaba los gemidos de Amón produciéndome mas excitación de la que ya sentía, este se limitaba a lamer mi cuello y tocar mi torso desnudo.
Profundicé en mis moviéndome y fue cuando Amón bajó mi pantalón y comenzó a mover sus dedos por la fina tela de mi tanga.

Quería sentirlo, estar con él.
Levanté mi vista cruzándome con sus ojos que me mirando de una manera que no podría descifrar.
Ambos deseábamos los mismo y nos adelantamos para rozar nuestros labios pero antes de profundizar en un beso, unos golpes nos sobresaltaron y nos despegamos de inmediato.

La oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora