Decidí salir y volar un rato para despejar la mente; estaba tan confusa que seguro no dormiría nada.
Pensaba una y otra vez que quizás me estaba refugiando en las personas a mi lado para no afrontar la realidad.
Azacel estuvo conmigo desde que tengo memoria, hizo todo por mi pero ahora las cosas son distintas y el futuro nunca esta escrito.Estaba tan perdida en mis pensamientos hasta que, un simple sonido tan fino como una pluma llegó a mis oídos.
En un movimiento rápido dejé de volar y comencé a caer en picado; algo que no podía distinguir entre las nubes se acercaba a una velocidad descomunal y si no hacia nada pronto me alcanzaría.Desplegué las alas haciendo varios recortes, volando hacia arriba y hacia abajo pero hiciera lo que hiciera no era capaz de sacarle ventaja.
Por un momento logré ver que era lo que me perseguía con tantas ansias, un ser de alas de piel tan negras como el mismo cielo por el cual volábamos; llevaba ropa negra que le cubría cualquier parte del cuerpo tapando así algo que pudiera reconocer.
Su altura podría superar los dos metros diez perfectamente, volví a mirar al frente pero lo que vi fueron esos ojos azules que tanto conocía.Mi respiración se cortó y el tiempo se detuvo, solo estábamos Azacel y yo mirándonos.
Quizás solo fueron segundos pero para mi fue más que una eternidad; quise volar o hacer algo más que mirar atónita, pero mi cuerpo no reaccionaba.Mis alas se guardaron y unas manos cálidas me atraparon, aprisionándome contra su cuerpo.
El calor que me brindó en ese instante fue tan irreal que me hizo ver que realmente este era mi hogar, mi punto de partida y final.Cerré los ojos dejándome llevar por el cosquilleo en mi cuerpo; el viento golpeaba fuerte mi cuerpo pero no podía sentir el frío en el, solo la calor del cuerpo de Azacel.
Por el impacto suave supuse que había llegado al suelo, Azacel me sujetaba como si de una novia recién casada me tratase.Mantenía mis ojos cerrados hasta que su mano apartó unos mechones de pelo que cubrían mi cara.
Lentamente abrí los ojos viendo al fin a quien amaba tanto, solo que ese sentimiento había estado escondidos en lo mas profundo de mi, hasta ahora.Sus ojos estaban húmedos y sus mejillas cubiertas por las lágrimas tenían un color rosados; no me di cuenta de que yo también había comenzado a llorar hasta que la primera lágrima cayó sobre la piel de mi cuello.
No supe que hacer ni mucho menos que decir; nos miramos analizándonos el uno al otro contemplándonos.
-Luz mea. (Mi luz)- Su voz era ronca como si hubiera estado gritando por horas sin cesar.
Solo lloré abrazada a su cuerpo.
-Todo esta bien.- Dijo en bajo colocando su cabeza en el hueco de mi cuello.
La culpa y el odio hacia mi misma me destrozaba, no podía respirar apenas y el llanto era lo único que podía escuchar.
¿Por qué esconderme de él?
¿Por qué huir más?
¿Por qué negar que lo amo?Ya nada tenia sentido, no me importaba darle mi vida una vez más si él lo necesitaba.
-Lo siento, lo siento tanto.- Habló de nuevo con voz temblorosa.
Mi cuerpo temblaba sin control.
-Te amo Alma.- Mis ojos se abrieron de golpe buscando los suyos.
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La oscuridad.
Teen FictionCONTINUACIÓN DEL PRIMER LIBRO: "Mi Luz". Qué fue de él sin ella. La perdió una vez más y quizás para siempre. Pero, ¿Y si ella esta viva? ¿Qué será de ambos ahora después de transcurrir un años? ¿Por qué Azacel no sabe nada de Alma desde aquella no...