Capitulo 18

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NARRA ALMA

Me levanté de la cama cuando sentí como alguien salía de la casa.
Solo podía sentir a una persona y era Samuel.

-Quizás él nos sirva.-(voz 2)

-Su cuerpo no soportaría el proceso.-

-Podríamos probar no hay nada que perder.-(voz 1)

-Pero...-

-¿Dudas de nosotros?- (voz 3)

-No.-

-Entonces hay que hacerlo.- (voz 1)

Salí de la habitación hasta llegar al salón, sabía que Samuel no tardaría en llegar.
Sus pasos eran cercanos y yo solo me mantuve de espaldas a él mirando a través de las ventanas que daban al jardín.

-¿Como te encuentras Alma?- Aún estaba un poco dormido.

-Mejor que nunca.- Una sonrisa sádica se dibujó en mi rostro.

No hacia falta que me girara para ver a Samuel, no estaba confuso ni tenía miedo.
El confiaba en mí, y si....

-Y si él te traiciona.-(Voz 1)

-No sería capaz.- En ese momentos me giré para ver como Samuel retrocedía.

-Alma...- Intentó hablar.

-Tiene coraje, puede que no aguante el proceso o puede que si, solo tenemos que probar Alma.- (voz 3)

-Solo tenemos que probar.- Repetí.

-¿Alma que ocurre? Me estas asustando.- Samuel ya había retrocedido unos pasos y se encontraba detrás de la mesa de la cocina.

-¿Me tienes miedo Samuel?- Pregunté tranquilamente.

-No debería, confió en ti Alma se que harás siempre lo correcto.- Sus palabras hicieron que un golpe de realidad llegará a mi cabeza.

Mis pensamientos repentinamente cambiaron y me tambaleé por la sobrecarga en mi cuerpo.

-No puedo...- Susurré mas para mi que para alguien más.

-¿No puedes que Alma?- Samuel se estaba acercando a mi y no podía dejar que lo hiciera.

-NO SAMUEL, NO TE ACERQUES.- Quería luchar, Samuel era mi amigo, mi familia.

No podría hacerle daño nunca.
Entonces algo en mi pecho se rompió, no era físico pero dolió como tal.

Grité tan alto que algunos cristales se rompieron.
No dejaba de retorcerme por el dolor que casi no me dejaba respirar.

-ÉL ES MI AMIGO NO QUIERO HACERLE DAÑO POR FAVOR...- Y todo el dolor acabó.

Mi cuerpo no temblaba, era una calma completa.
Entonces me di cuenta, él había despertado.

Mi cuerpo dejó de responder era como si me estuviera moviendo por inercia.

En la mente de Alma...

-Alma.- (voz 4)

-Se quien eres.-

-Entonces sabrá que es lo que hay que hacer.-(voz 4)

-Si.-

Me levanté del suelo, Samuel me miraba asustado pero preocupado por mi estado.

Pero yo me sentía llena, con vida y no pude evitar reírme.
Me levanté sin mucho esfuerzo y me posicioné delante de Samuel en un pestañeo; lo sujetaba del cuello y este solo se retorcía por la presión que ejercía en él.

La oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora