NARRA AMÓN
Salimos de madruga rumbo a donde Alma nos había indicado.
Realmente era el único que sabía qué es lo que había pasado con ella.La misma entidad que vio en el pasillo había entrado en su mente en un momento de debilidad; Alma estaba hablando con Junier cuando de pronto su cuerpo se puso completamente rígido y sus ojos se quedaron en blanco.
Supo como lucha y no solo eso, en ese momento conecto los puntos en su mente para utilizar su potencial y acabar con aquella entidad.
Pensé que tardaría meses o incluso años en conseguir llegar al "estado final" pero apenas le sobraron días para lograrlo.Desde que partimos a permanecido callada observando por la ventana el paisaje de la ciudad a la cual nos había llevado.
Ninguno se atrevió a decir ni una palabra después de verla y escucharla.No solo su voz había cambiado, sino que su aspecto también.
La chica de pelo negro con ojos oscuros, piel bronceada y apenas un metro sesenta y cinco, había cambiado por unos instantes a un ser de pelo negro que parecía brillar, de ojos tan dorados que parecían dos luces en la oscuridad, su piel antes bronceada había adquirido un tono pálido parecido al mármol y paso a medir casi uno noventa.No vi sus alas pero estaba seguro además de que estas, había ganado tamaño, fuerza y brillo.
Supuse que Alma estaba bastante cociente y no las desplegó ya que sabía el daño que podía causar.Después de dos horas Alma habló para detener el coche.
-Aquí.- Su voz había vuelto a la normalidad, algo que creo que todos agradecíamos.
-¿Qué es lo que buscamos en concreto?- Habló Samuel.
Era el único que no temía hablar directamente hacia ella, aunque fue él quien cogió el colgante por precaución y sus palabras fueron.
"No pienso morir antes de devolverle a Azacel el puñetazo que me saco un diente."
-Buscamos a un grupo de personas.- Dijo Alma sin apartar la vista del gran edificio.
-Es la organización ¿cierto?- Me atreví a preguntar.
-Si, ellos planean usar a Dios en mi contra pero lo que no saben es que ya los tengo donde quería.- No sabia hasta que punto podía ser de poderosa.
-Necesitas nuestra ayuda.- Dijo Junier.
-Necesito que hagáis algo por mi.- Esta vez nos miró de golpe a los tres, sus ojos volvieron a ser dorados y sus rasgos estaban comenzando a cambiar.
-¿Qué necesitas?- Logré hablar.
-A Azacel.- Y tras decir aquellos, bajó del coche y caminó hasta la entrada del edificio que parecía cerrado.
Entró de alguna manera que desconozco ya que simplemente desapareció ante nosotros.
-No daremos con él.- Habló Samuel.
-Será complicado pero no imposible.- Dije.
-Se donde esta y el vendrá a mi.- Hablo Junier apretando el volante.
Tanto Samuel como yo nos quedamos callados y asentimos sin preguntar nada más.
Junier arrancó el coche y a la hora salimos de la ciudad hacia algún sitio que desconocía.Intenté cerrar los ojos por lo menos un rato, pero había algo que no me dejaba estar tranquilo.
Temía que Alma no volviera a ser la misma; yo luché contra los Alas Doradas en su día y son criaturas sin sentimientos, sin vida.Y Alma era lo que toda persona querría llegar a ser; alguien que lo da todo por lo demás y lucha a pesar de los obstáculos.
No solo me preocupaba eso sino que estaba empezando a sentir algo mas que cariño a agradecimiento por ella.
ESTÁS LEYENDO
La oscuridad.
Teen FictionCONTINUACIÓN DEL PRIMER LIBRO: "Mi Luz". Qué fue de él sin ella. La perdió una vez más y quizás para siempre. Pero, ¿Y si ella esta viva? ¿Qué será de ambos ahora después de transcurrir un años? ¿Por qué Azacel no sabe nada de Alma desde aquella no...