Capitulo 22

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En ese año y medio habían pasado tantas cosas...

Pude volver a ver mi familia, su reacción al verme fue nefasta ya que todos lloramos y apenas pudimos hablar.
Pero después de todo retomamos nuestra relación, ellos ahora vivían a unas calles de mi nueva casa.

Con respecto a eso, habíamos decidido irnos a un pequeño pueblo en la parte norte del país.
Queríamos un lugar tranquilo para vivir, sin caos ni miedo.

Compramos una casa bastante grande, tenia dos pisos y un jardín enorme que daba al bosque.
Recuerdo que Amón dijo que lo último que haría sería meterse entre esos árboles.

Azacel y yo retomamos nuestra relación pocos días después de aquella noche, decidimos empezar con calma pero a las pocas semanas celebramos una boda a la que asistieron todo tipo de familiares y seres sobrenaturales.
También quisimos permanecer todos juntos ya que éramos felices así.

La convivencia se volvió amena y llevadera por las bromas y gracias de Amón que sacaban de sus casillas a Junier.
Por Junier que era el "Rey del orden y las reglas", teníamos cuadrantes por todos lados indicando que labores le tocaba a cada uno.
Por Azacel que ahora pasaba tiempo con sus nuevos amigos, haciendo todo tipo de actividades.
Eso no quitaba que alguna que otra vez tuviéramos escapadas para ir a lugares nuevo o tener citas.

Todas las veces nos esperaban en casa Samuel y Amón que siempre nos echaban la bronca por irnos sin avisar; parecían un matrimonio. En cambio Junier nos daba pista libre para entretener a los otros dos y que no notaran nuestra ausencia.

Al cabo de dos meses quedé embarazada y no pudimos estar mas contentos con la noticia.
Los cuatro hombres de la casa me tenían en cama de algodón, no me dejaban cocina, ni hacer tareas en la casa ni mucho menos tareas del jardín.

Todos los días lo que si hacía eran cerca de diez comidas ya que el niño siempre quería comer más, tenía antojo de todo tipo y recuerdo uno en concreto.

"Helado con un poco de pimienta, sal y azúcar, acompañado de queso y uvas y de beber batido de espinacas."

Asqueroso si lo pienso ahora pero delicioso antes.

También hacia yoga a diario al igual que un poco de cinta, algunos ejercicios aeróbicos, nadar y andar por supuesto.
Siempre estuvieron los cuatro tan pendientes de mi que cuando tuve mi primera contracción, todos llamaron al 112 para que le dieran indicaciones.
Cada uno daba indicaciones distintas, la verdad que yo me lo tome con calma y dos horas después ya había nacido Bael.

Mi pequeño demonios, bueno medio demonio y medio Ángel Dorado

No puedo ser más feliz, no hay peligro, ni organizaciones que me persigan, ni nuevas personas que traigan caos con ellas, ni conflictos en la familia...

No hay nada que pueda dañarnos ahora...

¿O si?

La oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora