ARIAN #4 [Disponible en físico]

VEINTE

Alessio

Mi corderito me abraza con fuerza mientras el cura pronuncia su discurso en el funeral. Todos los presentes lloran por la pérdida. Yo estoy muy enfadado, mucho. Esto nunca debió pasar. El cura termina su discurso, el cuerpo de Katya está a punto de ser incinerado, después de eso, Sonja volverá a Rusia para estar con su familia. Ni siquiera puedo imaginar el dolor por el que debe estar pasando. Su compañera de vida, su esposa, ha sido asesinada por uno de los hombres de mi hermano Luca.

-Tengo que volver a casa- le digo a mi esposa.

-Ve, yo me quedo aquí.

-Gracias, corderito.

-Sé que quieres estar con nuestro pequeño, ve con él.

-Ti amo.

Le doy un beso en los labios. Me acerco a Sonja para darle el pésame. Mis hermanos, mis hijos y mis otros sobrinos se quedan aquí. Sasha, Yelena, Dmitry y Lina llegaron esta mañana desde Moscú para asistir al funeral. Volverán a Rusia en cuanto todo acabe, las cosas tampoco están muy bien por allí. Luca ha estado atacando por todos lados. Aunque hace días que no sabemos nada de él, tampoco sabemos en qué estado lo dejó Arian, quizás haya muerto. Conduzco por la ciudad para cruzarla y llegar al viñedo. Quiero estar con mi principino. Aún no ha despertado, el médico dijo que era normal, recibió golpes muy fuertes en la cabeza, golpes que le causaron una pequeña rotura del cráneo y una hemorragia cerebral. Cuando lo encontré, creí que lo había perdido. Cazzo, ese niño se metio muy al fondo de mi corazón. Me recuerda tanto a mi madre, tiene su bondad y su fuerza, ella luchó por su vida hasta el último minuto. Y Arian también lo está haciendo, han habido pequeños cambios, a veces mueve los dedos de las manos. Sé que mi principino va a despertar. Ahora sólo queda esperar a que lo haga. Cuando encuentre a Luca le haré pagar por todo. Envié a varios hombres a la casa de Santo Stefano, encontramos cosas muy interesantes, hicimos algunos prisioneros, todos inútiles. No sabían nada. Lo que encontramos eran registros de algunas propiedades de Il Crimine, hemos buscado en todas y no hemos encontrado nada. Se están ocultando en algún lado, uno del que no hay constancia en esos documentos. Los otros capos que están de nuestro lado también están pendientes y alerta por si los ven en sus territorios. Roma está custodiada por soldados rusos. Si algún miembro de Il Crimine pretende volver, lo atraparemos. Aparco el coche y salgo de él. Al entrar en casa me encuentro con Alonso saliendo de la cocina con una bandeja con comida.

-Hola Alessio- me saluda- Iba a llevarle a mi hijo algo de comer.

-Me parece bien.

El hombre se ha estado esforzando por ganarse nuestra confianza. No es un mal hombre y entiendo su reticencia al principio, no todo el mundo está hecho para esta vida. Él nunca ha hecho nada en contra de mi familia, así que no tengo nada que reprocharle.

-Danilo debería ir a otra habitación a descansar- le digo mientras caminamos.

Alonso suspira.

-Díselo a él, lleva tres días sin separarse de Arian.

-Hablaré con él ahora, no puede descuidar su propia salud.

-Te lo agradezco.

-Tú también tienes que descansar, has estado más enfermo que ninguno con el puto veneno.

-No puedo hacerlo si mi hijo no descansa.

Le quito la bandeja de las manos.

-Vete a tu habitación y descansa, yo me encargo de Danilo.

-¿Es una orden de esas de jefes mafioso?

Mi boca se eleva por un lado en una media sonrisa.

-Es exactamente lo que es- le digo.