ONCE

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Arian

Tenían razón mis primos cuando dijeron que cuando conoces a la persona indicada lo quieres todo con ella. No es que ahora de repente quiera tener hijos, sigo pensando lo mismo. Pero quiero estar con Danilo y si eso supone tener hijos, los tendré con él. Me gustó todo lo que dijo sobre envejecer, tener una casa... Quiero todo eso con él. Doblo la esquina para ir a la cocina, he dejado a Danilo durmiendo en nuestra habitación, es muy temprano para él. Yo tengo que trabajar.

-Sigues igual de hermosa.

La voz de Carmelo me detiene en seco en la puerta de la cocina.

-No deberías estar aquí, puedes esperar en el comedor a que el desayuno esté listo.

Entro en la cocina silenciosamente. Carmelo está demasiado pegado a mi madre. Ella está incómoda, no le gusta estar cerca de hombres que no son de la familia. Carmelo levanta el brazo, mi madre se echa a un lado. Veo su pecho subir y bajar.

-Hazlo y pierdes la mano- le digo.

Carmelo se gira hacia mí, mi madre se pone detrás de mí inmediatamente.

-No vuelvas a acercarte a mi madre y mucho menos a quedarte a solas con ella.

-Sólo estábamos hablando.

-He oído lo que le has dicho, por esta vez no se lo diré a mi padre, puedes darle las gracias a Danilo por esto. Que no haya una segunda vez.

Carmelo mete las manos en los bolsillos de su pantalón y se marcha de la cocina. Me giro hacia mi madre, rodeo su cuerpo con mis brazos.

-¿Estás bien mamá?

-Nerviosa.

-Siéntate, te preparo el desayuno.

-Quería sorprender a Danilo y su familia con un gran desayuno.

-No hace falta mamá, deja que Rebeca y Nerea se encarguen.

-¿No vas a decirle nada a tu padre?

-No, no quiero que Danilo se sienta incómodo.

-Opino lo mismo.

-Mamá, si vuelve a decirte algo o hacerte sentir mal, dímelo.

Mi madre asiente. Le preparo el desayuno empezando por las tostadas, de vez en cuando la miro, parece más tranquila. Desde lo que le pasó cuando yo era pequeño, tiene pequeñas crisis cuando se siente amenazada con un hombre al que no está acostumbrada a estar. Saco mi móvil del bolsillo de mi pantalón, le envío un mensaje a Pittore para que mande a alguien a vigilar a mi madre todo el tiempo.

A: Que sea discreto, no quiero que mi padre se dé cuenta.

P: Hecho. Lino estará ahí en un rato.

Guardo el móvil, pongo las tostadas en un plato. Las unto con mantequilla y mermelada de melocotón. Le pongo a mi madre el plato frente a ella con un vaso con zumo de naranja.

-¿Vas a ir a trabajar?- me pregunta.

-Sí, hay una entrega pendiente en el club, estoy esperando a que León baje.

-Deja de hablar de mí- gruñe mi primo entrando por la puerta.

-¿Mala noche?- pregunto.

-Las niñas han estado toda la noche con cólicos.

-¿Habéis probado a darles masajes en la barriga?- pregunta mi madre.

-Sí, las pusimos bocabajo, envueltas en una manta, les dimos masajes en la barriga... Nada ha funcionado.

ARIAN #4 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora