ARIAN #4 [Disponible en físico]

TREINTA Y UNO

Danilo

Me arde la espalda y el dolor en la pierna es insoportable, creo que tengo algo roto. Algo está pasando fuera, hay gritos y alguien se está peleando. Mi hermana está muy asustada, antes escuchamos un disparo. Rebeca entra rápidamente en la cocina, parece alterada.

-¿Qué es lo que está pasando?- pregunto.

-La... La señora Génesis.

Mi hermana y yo nos miramos.

-¿Qué pasa con ella?- le pregunto a Rebeca.

-Ese loco ordenó que la trajeran, todo se descontroló, la intentó violar delante de sus hijos. El señor Alessio se volvió loco y casi mata a Luca a golpes.

-Ojalá lo hubiera matado- murmura mi hermana.

La puerta de la cocina se abre. Braulio entra.

-Vosotros dos, preparad comida- nos ordena a mi hermana y a mí- Y tú, llama al médico de la familia- le ordena a Rebeca.

Ella no se mueve. Braulio la agarra por el cuello y la levanta del suelo.

-Llama al puto médico- dice con la mandíbula apretada.

-Cuando Claudio venga va a matarte lentamente por golpearme- dice Rebeca sin aliento.

Braulio chasquea la lengua.

-Pittore está muerto, no va a venir a rescatarte- dice.

-No está muerto, lo sé- solloza Rebeca.

Braulio la suelta en el suelo de un empujón. Rebeca se frota la garganta mientras tose, Braulio nos mira a mi hermana y a mí.

-Preparad comida para el señor Di Santos- ordena.

Braulio sale de la cocina. Mi hermana se agacha con Rebeca.

-¿Estás bien?- le pregunta.

-Sí, esto no es nada con lo que me hizo anoche.

Rebeca se limpia las lágrimas de las mejillas, se pone de pie con ayuda de mi hermana.

-¿Qué te hizo anoche?- le pregunto.

-Me golpeó el cuerpo hasta que se cansó y se fue de mi habitación.

Rebeca nos enseña todas las marcas que tiene en los brazos y la espalda. Hay cortes, moretones, heridas medio abiertas.

-¿Estabas así y me ayudaste a curarme?- le pregunto.

-Tú estabas peor- contesta.

Le doy un abrazo con cuidado.

-Gracias, Rebeca.

-Vamos a preparar la comida, sino volverá y será peor- dice

Asiento. Después de que todo esté hecho, soy el encargado de llevar la comida en una bandeja a la habitación de Luca. Se está quedando en la habitación que Arian y yo ocupábamos, dijo que esa siempre fue la suya. Chiara se encuentra ahí con él. Reprimo una sonrisa, Luca está tan golpeado. Dejo la bandeja sobre una mesa. Camino hacia la puerta.

-Espera- me detengo con la voz de Luca- Ven aquí, negro.

Cierro los ojos un segundo antes de darme la vuelta. Voy hacia él. Me agarra por el cuello con fuerza.

-Vas a pagar por lo de hoy- dice.

-No he hecho nada.

-No contestes a tu amo, maldito negro.

El aire empieza a faltar en mis pulmones, Chiara me mira asustada.

-Luca, basta, déjalo. Él no ha tenido nada que ver- suplica- Por favor, déjalo.