ARIAN #4 [Disponible en físico]

DIECISIETE

Danilo

Esto es una locura. Hay gente por todos lados corriendo de un lado para otro. Han aparecido más personas con síntomas de envenenamiento, algunos son empleados. Otros son de la familia, como Ivanna, las trillizas, mi padre, Gabi, su hija Alexa, Enzo y Alessio. Tengo a Coco en mis brazos, él está bien, pero Matteo empezó a mostrar síntomas hace unos minutos y también está siendo tratado. Massimo, Arian, Sierra y el médico son los que se están encargando de ponerles las vías con medicación. Han enviado a algunos hombres a por más carbón activado y sulfato de magnesio. Arian se sienta en una silla, está exhausto. No ha parado ni un sólo segundo desde que mi padre mostró síntomas esta mañana. Ya han pasado más de seis horas de eso. Uno de los hombres de seguridad, Pittore, creo que se llama, entra en el salón con comida que ha ido a comprar. Deja las cajas de pizza y las bolsas con comida sobre la mesa de café. Dejo a Coco a un lado en el sofá para ayudarlo a preparar toda la comida. Gruñe cuando me acerco, lo que me hace detenerme.

-Te está dando las gracias- dice León.

-Pues de nada- contesto.

Veo lo que parece una sonrisa en la boca de Pittore. Abro las cajas de pizza, Rebeca entra en el salón con platos y vasos. Pittore la mira atentamente, miro a León, él se ríe. Cojo un par de platos, pongo dos trozos de pizza en cada uno, ensalada y pasta. Le entrego un plato a León.

-Creo que Pittore se nos ha enamorado- murmura sonriendo.

-¿Le gusta Rebeca?- pregunto.

-Ya has visto cómo la ha mirado.

Me rio suavemente. Le llevo un plato con comida a todos los presentes en el salón. Arian resopla cuando le entrego un plato.

-Tienes que descansar, mi amor- le digo.

Palmea su muslo para que me siente en él, lo hago. Su brazo rodea mi cintura.

-Tengo que seguir, en cuanto todos hayan mejorado descansaré- dice.

-Dime cómo puedo quitarte trabajo de encima.

-¿Sabes poner vías?

Me muero el labio inferior y niego con la cabeza. Arian sonríe.

-Entonces dame un beso, así podré trabajar más feliz.

Junto nuestros labios, Arian toma más de lo que le ofrezco, mete su lengua dentro de mi boca. Me aparto de él poniendo las manos en su pecho. Él se ríe en cuanto nos hemos dejado de besar.

-Tu familia está aquí- lo regaño.

-Eso ha sido muy caliente.

Giro la cabeza para mirar a León. Siento que mis mejillas arden.

-Cállate, imbécil- gruñe Arian.

León se ríe. Me pongo de pie.

-Come- le ordeno a Arian.

-Ha salido mandón- se burla León.

Arian y él se ríen. Pongo los ojos en blanco. Un rato después, todos han terminado de cenar, por suerte, no han habido más envenenados y los que lo estaban se están recuperando. Arian le ha retirado a mi padre la sonda nasogástrica y la vía. Hace rato que se fue a descansar a la habitación con mi madre. Son casi las doce de la noche, Arian está terminando de quitar las vías y las sondas a los demás. El médico ha explorado a Gabi y a su bebé, todo está perfectamente con los dos. Coco sigue bien, ya está con Matteo durmiendo en sus brazos. Espero a que Arian termine para ir con él a la habitación. Suspira cuando quita la última vía, la de su tío Alessio.

-Ve a descansar, principino. Hoy has hecho un buen trabajo.

-Gracias, tío. Estoy agotado.

-Nos vemos mañana, yo recojo todo esto.