ARIAN #4 [Disponible en físico]

VEINTICINCO

Danilo

Mis manos tiemblan. Estoy muy nervioso, anoche fue una de las mejores de mi vida. Ahora, bueno, ahora estoy a punto de casarme con el hombre que amo. Sin lugar a dudas es el amor de mi vida.

-¿Estás nervioso?- me pregunta mi padre.

-Mucho, papá.

-Yo también lo estaba cuando me casé con tu madre.

-Bueno, si los nervios son una señal de amor verdadero los acepto con gusto.

Mi padre sonríe.

-Me equivoqué al juzgar a esta familia sin conocerlos. Se han portado tan bien con nosotros.

-Errar es de humanos, papá. Ellos no te tienen en cuenta eso.

-Lo sé, hijo y es lo que más me enfada.

-Papá, creo que te dejaste llevar por lo que decía el tío Carmelo.

-Ni hables de ese hombre. El daño que le ha hecho a nuestra familia, a tu madre... Nunca se lo voy a perdonar.

Le doy un abrazo a mi padre. Cuando me separo de él, la puerta de la habitación se abre. Mi madre entra, está preciosa, mi padre la mira de arriba a abajo.

-Joder, nena estás increíble- le dice.

Lleva un vestido verde agua ceñido. Mi padre le da un beso en la boca a mi madre.

-Ahora que estáis aquí los dos, porque últimamente no sé dónde coño se mete tu hermana- dice mi padre- Quería contaros algo.

-¿Qué pasa mi amor?- pregunta mi madre.

-Alessio me ha propuesto un negocio.

Frunzo el ceño.

-¿Qué negocio?- pregunto.

-Si os parece bien, voy a abrir un bar aquí en Calabria, así estaríamos cerca de ti y Arian.

-¿Quedarnos a vivir en Calabria?- pregunta mi madre.

Mi padre acaricia la mejilla de mi madre con sus nudillos.

-Tendríamos nuestra propia casa en la ciudad, estaremos más cerca cuando Danilo y Arian decidan tener hijos.

Mi madre sonríe ampliamente.

-Me encantaría- contesta ella- ¿Y la universidad de Bianca?

-Terminaría sus estudios en Roma, Alessio me ha asegurado que lo arreglará todo si decimos que sí.

Ni puedo creer que el tío de Arian esté haciendo todo esto. Me encantaría que mi familia viviera cerca de mí.

-A mí me encantaría que viviérais aquí en Italia conmigo- les digo.

-A mí también me gustaría quedarme, creo que Lisboa ya no es nuestro hogar- contesta mi madre.

-Entonces está decidido, nos quedamos- dice mi padre sonriendo.

-¿No vas a preguntarle a Bianca?- le pregunto.

-Tu hermana no va a tener ninguna queja- dice entre dientes.

Evito reírme, últimamente he visto a mi hermana siendo muy amiga de los primos de Arian. Al parecer, mi padre también se ha dado cuenta.

-Mi amor, es decisión de ella como quiere vivir su vida.

-Sí, ¿pero dos hombres?

Mi madre se encoge de hombros.

-No decidimos de quién nos enamoramos- contesta ella.