ARIAN #4 [Disponible en físico]

VEINTITRÉS

Danilo

Estoy muy frustrado. Han pasado dos semanas desde que perdí la memoria. Las cosas con Arian no van, ni para adelante y ni para atrás, se han estancado. Él me demuestra su amor cada día, pero yo no puedo. Hay algo que me frena y no sé qué es. Sólo tuvimos sexo aquella noche, no nos hemos vuelto a tocar. Bueno, yo no lo he vuelto a tocar, él quiere, sin embargo, me siento mal haciéndolo. Mi cabeza me sigue diciendo que Thiago es mi novio, que le estoy siendo infiel con Arian. Por más que intento convencerme a mí mismo de que no es así, no funciona. Nada funciona. Mi psicólogo dice que es un mecanismo de defensa de mi cuerpo. Joder, no. Quiero recordar. Apoyo la barbilla en mi brazo, estoy en una colina de la parte trasera de la casa, desde aquí se ve todo el viñedo y el jardín trasero de la casa. Llevo aquí un rato, me gusta estar aquí. Este lugar me da la paz que mi mente necesita. Estoy sentado con las rodillas pegadas a mi pecho y los brazos encima de ellas. Veo a Arian salir de la casa con uno de sus hombres, un tal Mario. Lo ha estado ayudando mucho últimamente, desde que el médico le dio permiso para salir de la habitación. Se está recuperando bien, no como yo. Escucho a Arian reírse con ese imbécil. Mierda, no debería haberlo insultado. Es que no me gusta que Arian esté cerca de otros hombres. Soy ridículo, no tengo derecho a reclamarle nada a Arian cuando ni siquiera puedo dejar que me toque porque pienso que estoy siendo infiel a un hombre con el que ni siquiera salgo. Oculto la cara entre mis brazos. Estoy tan confuso y tan frustrado. Quiero que mi cabeza funcione bien. Vuelvo a escuchar la risa de Arian y ahora también la de Mario.

-Odio esto- murmuro.

Levanto un poco la cabeza para mirar hacia donde está Arian, lo encuentro mirándome. Me hace un gesto para que vaya. No puedo, así que vuelvo a ocultar mi cara. Siento que lo decepciono por momentos. Escucho a alguien subir la colina.

-Señor Danilo, el señor Arian quiere que vaya con él.

Estúpido Mario.

-Dile que estoy bien aquí.

-Señor...

-Estoy bien aquí- repito interrumpiéndolo.

Escucho a Mario alejarse. Una lágrima cae por mi mejilla. Arranco hierba del suelo. Estoy enfadado, muy enfadado conmigo mismo por no ser capaz de recordar.

-Gracias Mario, puedes irte.

Levanto la cabeza cuando escucho la voz de Arian. Se sienta a mi lado con dificultad, apoyando la espalda en el tronco árbol.

-¿Qué haces aquí?- pregunto.

-No querías bajar, así que he subido contigo.

-No te hago bien, te pones triste cuando estoy a tu lado.

-No eres tú quien me pone triste, sino la situación.

-No lo hago a propósito.

-Lo sé, no te estoy culpando.

Me quedo en silencio. Como siempre, siempre lo mismo. ¿Por qué no puede ser todo tan simple como aquella noche? Disfruté tanto ese momento de intimidad con él, era como si todo mi mundo se concentrara en una sola persona, en Arian.

-Lo estoy jodiendo todo- sollozo.

-No estás jodiendo nada, mi amor. Has sufrido un shock muy fuerte. Ven aquí, por favor.

Miro a Arian, abre las piernas para que me siente entre ellas.

-Por favor- suplica.

Me muevo para sentarme entre sus piernas. Apoyo mi espalda en su pecho, Arian rodea mi cintura con sus brazos y me da un beso en la mejilla.