ARIAN #4 [Disponible en físico]

TREINTA Y SEIS

Danilo

-Tienes mala cara- le dice Gabi a Arian.

-Lorenzo se ha pasado toda la noche despierto con cólicos- dice mi esposo.

Gabi sonríe.

-La vida de padre, primo. Es muy dura, pero gratificante.

-Gratificante mis cojones- contesta León- Están siempre babeando, comiendo, llorando y enfermando.

-Y aún así los amas- dice Gabi.

-Putos críos manipuladores- gruñe León- Los odio, me quitan a mi mujer.

Mi pecho vibra por la risa. León es como un niño pequeño, puede protestar todo lo que quiera de sus hijos y sus sobrinos, pero nadie puede tocarlos. Mataría a cualquiera que intentara hacer daño a los niños. Se pone de pie y se marcha del salón.

-¿A qué hora llegan?- le pregunto a mi esposo.

El mira la hora en su reloj.

-Deben de estar al llegar- dice.

-¿Estás contento por ver a tus padres después de un mes? A tu madre debe haberle crecido la barriga.

Arian sonríe, me quita a Lorenzo de los brazos y lo tumba bocabajo sobre su pecho. Es el mejor padre que podría desear para mis hijos, es tan paciente y amoroso con Lorenzo y siempre se levanta por la noche cuando nuestro hijo llora.

-Tengo ganas de verlos a todos- dice.

-¡¿Dónde está mi nieto?!

Empiezo a reírme a carcajadas, Enzo entra dando voces, Lucía lo regaña por gritar. Enzo se detiene cuando ve a Lorenzo en el pecho de Arian.

-Es muy pequeño- dice.

Se acerca y lo toma en sus brazos, Enzo cuna a mi hijo y le acaricia la cara con suavidad.

-Hola piccolino soy tu nonno- le dice.

Lucía se acerca a Arian, él la abraza por la cintura y le da un beso en el vientre.

-¿Qué tal el viaje mamá?- le pregunta.

-Ha sido increíble, he visto ballenas, un montón de ellas.

-Mierda, yo también quiero verlas- protesta Arian.

Se echa hacia atrás y se cruza de brazos. Niego con la cabeza, la obsesión de Arian con las ballenas es tan grande como la de su madre. Aún conserva el peluche de ballena que le regaló su padre cuando lo conoció, ahora es de Lorenzo, duerme con él cada noche. Me levanto del sofá para saludar a Alessio y Génesis.

-Bienvenidos- les digo.

Génesis me da un beso en la mejilla.

-Gracias cariño.

Miro a Alessio.

-¿Cómo estás?- le pregunto.

Pasa su brazo por encima de mis hombros.

-Cansado, ha sido un viaje largo, por lo demás, estoy mejor. Gracias por preocuparte. ¿Qué tal las niñas y Matteo?

-Son una bendición, se han portado muy bien.

Alessio levanta una ceja.

-¿Matteo se ha portado bien?- pregunta incrédulo.

-En serio- contesto riéndome- Pregúntale a Arian si no me crees.

-Es verdad, tío. Matteo se ha portado muy bien, se ha comido toda la comida y no se ha peleado con León.

Alessio pone los ojos en blanco.