— Oye, ma'am.
Estaba congelada y podía incluso asegurar que tenía abierta la boca porque sentía el aire fresco recorrer hasta mis dientes.
— Oye, ma'am.
Repitió el alto joven, parpadeé muchas veces consecutivas, y la expresión de él parecía ser tan aburrida. Por alguna razón me puse a admirarlo; alto, contextura delgada, cabellos lisos y negros que le tapaban parte de sus increíbles ojos azules que además se refugiaban en unas largas pestañas. Un rostro tallado por los mismos dioses, diría Doris la mujer del bar en Sherk.
— Ma'am, oye.
Volví a escuchar, solo pude asentir llevando mi mano a la boca para verificar que la tenía abierta. Me sonrojé por lo rara que debía verme frente a ese chico.
— Ma'am.
— S-sí... ¡¿Qué-qué haces aquí?! — fue lo único que logré articular.
— Eitan me escribió que lo viniera a buscar a esta dirección.
Su voz tenía menos ánimo que su rostro, resultaba algo enigmático descifrar si estaba molesto o simplemente aburrido de estar parado allí.
— ¿Eita? ¿Tu quién eres? — pregunté confundida.
— Nadie que te interese ¿está Eitan aquí o no?
— ¿Sabias que muy amable no eres?
— No me interesa.
— Mientras no me respondas quién eres, yo no diré nada... si me disculpas, tengo hambre y voy a comprar algo.
Fue lo último que se escuchó mientras tomaba mi camino, pasé por su lado sintiendo el dulce aroma de su perfume.
Hice una mueca, pero, no me retracté, uno no puede andar dejando información a cualquier muchacho muy guapo que se cruzaba a las afueras de la casa de tu mejor amiga, no no, negaba hablando internamente con mi consciencia.Compré unas galletas, un jugo, un muffin y una barra de chocolate ¿por qué tanto dulce? Porque la noche se me amargó con ese tipo pesado de las afueras de la casa de Momo.
Iba comiendo el chocolate pensando si ya se había ido cuando comencé a sentir golpes.
Corrí con rapidez y me di cuenta que era la puerta de la casa de Momo, fruncí el ceño y decidí encararlo.— ¡¿Quién te crees que eres?! No ves que es una propiedad privada, ah ¡te voy a denunciar! Yo... yo llamaré a la policía.
El chico puso sus azulados ojos sobre mi, cosa que me hizo sentir un escalofrío, me estaba mirando fijamente. Traté de mantener mi postura sin titubear, pero, sentía que comenzaba a sudar frío ¿por qué sigue mirándome? Mi rostro comenzaba a hervir... ¿será que se enamoró de mi a primera vista?
— Tienes chocolate en los dientes y en el mentón.
— ¿Eh?
Mi cerebro de pronto parecía mandar alertas y mis pensamientos se lanzaron al vacío de la vergüenza. Una tetera hervida tenía menos temperatura que mi rostro en ese momento. Necesitaba una pala y comenzar a cavar un agujero para enterrarme viva, de los bochornos más horribles que me había pasado en mi corta vida. Mi dignidad se había ido de sabático.

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Un amor diferente
FanfictionKazumi es el tipo de adolescente que pareciera que el mundo compiló para brindarle una dosis de mala suerte, ella junto al club de los depresivos conviven el día a día hasta que el nuevo integrante se une a ellos, el famoso jugador Yamada. ©️; los p...