VIII

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Me quedé inmóvil, completamente congelada cuando sentí la mano de él buscando parte de mi rostro. Sus delicados dedos tocaron parte de mis mejillas pasando más de largo, su mirada estaba concentrada en la pantalla mientras que con la otra mano se ayudaba para apretar teclas sin perder concentración en el juego.
Pude sentir ser casi jalada hacia él, ejerció su presión con la mano entre el final de mi cuello y donde comienza la nuca. Dios, cerré los ojos, me va a besar, pensé y mi corazón solamente golpeaba mi cara torácica. ¿En qué momento pasamos a esto?
Entreabrí los ojos, yo sentía el calor de mi rostro y él empezó a girar su rostro tan inexpresivo como siempre, alzó parte de su cabeza acercándose a mi. Volví a cerrar mis ojos e instintivamente estiré mis labios, claramente, yo sí quería pese a ser menor, era ilegalmente atractivo a mis ojos y a los de muchos. Sentí su aliento, sentí su calor entre su respiración tan calma, mientras yo solo era casi un volcán a punto de erupcionar.

— Cambiáremos a la formación B, estaré entre los paladines, avísales a ellos.

Terminó de susurrar en mi oído el joven ojiazul sacando su mano volviéndola al mouse y seguir el juego sin importarle nada más.
Si yo pudiera convertirme en roca, lo haría o incluso si pudiera lanzarme por un puente en ese instante cuando abrí los ojos dándome cuenta que parecía una payasa con las mejillas coloradas y los labios estirados, me lanzaría.

Pestañeé un par de veces intentando entender que era lo que acababa de pasar, seguramente todas las personas vieron lo patética que había quedado cuando mal interpretó el acercamiento de Yamada, él solo estaba hablándole al oído para que los otros no supieran las estrategias. Con pesadez se fue acercando a cada uno hablándoles muy bajo y cerca del oído para darle la nueva instrucción del jefe.

— ¡Tenemos un grupo ganador!

El  animador con gran energía anunció, ya había pasado casi una hora desde que habíamos comenzado la competición; yo hice mi trabajo y traté de no acercarme a Yamada, quien me ignoró olímpicamente sin importarle mi presencia. Estuve entre mis otros compañeros que me daban instrucciones para dejárselas saber entre si sin ser escuchados.

— ¡Shaman's Crew!

— Gracias a la gran habilidad de su líder Gojo, y su excelente estrategia más comunicación de equipo, lograron ser los mejores.

Pude notar como todos aplaudieron, incluso mis compañeros que parecían estar desilusionados por haber perdido. El líder del grupo ganador tenía unos ojazos azules igual de hermosos que Yamada, no pude evitar quedarme mirándole y como su cabellera blanca le cubría, era realmente hermoso y un excelente jugador, mis mejillas se sonrojaron, él lucía mayor que yo y estúpidamente atractivo.

Mi brazo fue tomado por sorpresa difuminando cada pensamiento y alejando mi vista del líder ganador quien parecía haberme dedicado una seductora sonrisa.
Estaba con la mirada confundida, cuando noté que delante mío iban esos cabellos negros lisos, la espalda delgada y la altura de uno de los hombres más apuestos que había visto.

— Kazumi-San.

Su voz parecía ronca y algo fastidiada, no pude responder porque estaba muy conmocionada al ver que me llevaba tomada de la muñeca hacía la sala donde antes habíamos esperado.
Lo miré fijamente, sus ojos azules mostraban molestia, pude verlo cuando su ceño se frunció tras voltearse y quedarse parado frente a mi sin soltarme.

Un amor diferente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora