XVI

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— A ver, espera, me perdí en la parte que decías que te puso pomada en el pómulo.— reclamó Momo haciendo muecas, podría asegurar que le salen corazones por los ojos.

— ¿Por qué Yamada fue a tu casa? ¿Bajo qué tipo de condiciones? — Cuestionó incrédula Akane.

— ¡Eso da lo mismo Akane! ¡Ósea el hermoso y talentoso Akito estuvo a solas con nuestra desgracia hecha persona llamada Kazumi alías Zuzu! — exclamó la joven de cabellos cortos dando un golpe en la mesa.

Miraba una a la vez, pese a estar en un lugar público tomando el té; nosotras hablabamos como si estuviéramos en la sala de mi casa. Momo-Chan parecía estar extasiada con la situación y eso que ya ha pasado una semana, pero, Akane pareciera que le vertieron agua fría en la espalda, su ceño no deja de estar fruncido y esos ojitos verdes perdían su brillo a medida yo contaba todo lo que había pasado el Domingo anterior.

— Akito... digo, Yamada solo intenta ser amable con Mimi, sabe que ella no es buena con los videojuegos y al estar en el mismo gremio que nosotros quiere hacerla subir de nivel pronto.— empezó a hablar la ojiverde mientras jugaba con sus manos.

— Esa es la respuesta que buscas Kazumi, en tu historia no encuentro argumentos o incluso indicios de que le intereses  o si quiera quiera ser tu amigo.— continuo hablando mientras concentraba su mirar en sus propias manos.

— Akane, no tienes porque ser tan pesimista con Kazumi.— añadió molesta Momo.

— Akane-Chan tiene razón, solo intenta que yo aprenda del juego y ya, pronto hay un evento en F.O.S y sería un desperdicio si pierden por mi culpa. Además... Yamada es muy atractivo para fijarse... en mi.

Mi voz se apagó tras el pequeño flashback que hizo mi mente cuando Akito la semana anterior le decía "yo si saldría con alguien como tú". Puse mi mano en el pecho, mis inseguridades alentadas por las palabras de mi amiga me hacían cuestionar si realmente lo dijo porque le parecía atractiva o solo fue lastima que sintió en ese momento.

— Ya debo irme.— dijo Akane tomando sus cosas y dando inicio a su camino sin mirar a nadie.

— Creo que Akane hizo un comentario pasivo-agresivo, estoy segura que se muere de celos de que Yamada estuviera en tu casa.— murmuro Momo dejando caricias suaves sobre mi hombro.

— Momo-Chan, ¿tu crees que Akane se sienta atraída por Yamada?

— Sí, pude notarlo cuando yo conocí a Akito en la inauguración del local. Sus ojos brillaron cuando lo vió.

— Akane y él harían una pareja muy linda ¿no crees Momo-Chan?

— Si hablamos de belleza física, claramente, no soy ciega tampoco, Zuzu.

Sus palabras resonaban, Momo siempre era muy honesta al momento de opinar sobre algo, era algo que amaba de su personalidad, pero, en ese momento solo quería que se callara porque me sentía tan pequeñita que en cualquier momento comenzaría a llorar.

— Yo, creo... — susurré antes de que mi voz se quebrara.

— Sí.— dijo Momo estirando sus brazos para acurrucarme en su pecho, apoyó su mentón en mi cabeza para luego terminar su frase.

— Sí, Zuzu, te gusta Yamada.

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