Capítulo 21 "Huir y hallar"

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POV Omnipresente

— Escuchen, yo sé que estuvo mal, soy consciente que es un delito pero...

— Señorita...

—... era necesario, en el avión va mi esposa...

— Señorita...

—... si tengo que pagar una multa y perder...

— ¡Señorita, por favor déjeme hablar! — el oficial robusto que la acompaña en la zona de migración le termina gritando tras perder la paciencia dejando a la castaña  —, se paró frente a un avión que rodaba en pista, tuvo fortuna que solo se estaba estacionando.

— ¿Estacionando? O sea que... ¿no iba a volar?

— Iba, pero tuvo un desperfecto. Como verá, los están evacuando del avión.

Le señala hacia la enorme ventana desde donde se puede ver como las personas pasan por el puente de abordaje de regreso a la sala de espera. Entre la muchedumbre puede observar a la chica alta por la que había corrido casi un maratón con obstáculos. Por inercia se paró y buscó salir de la sala para ir al encuentro de Valentina.

— Hey hey, ¿a dónde vas? No te será tan fácil. — el uniformado se interpone en su camino y cierra la puerta antes que la chica lo atravesara.

— Vamos, por favor — Juliana casi se le hinca al guardia, quien se mantenía bloqueando el acceso —, fui una idiota con ella, quiero arreglar todo, quiero que me perdone. Te puedo dar...

Comienza a palpar sus bolsillos tratando de checar si tiene algo de valor, el anillo de Las Vegas no cuesta más de 5 dólares, tiene a lo mucho una moneda de libra esterlina y su teléfono. Continúa checando y al tocar su muñeca derecha...

— Este reloj — se lo quita y se lo ofrece al hombre de casi dos metros de altura —, le doy este reloj, es un Patek Philippe, cuesta más de 1.000 libras esterlinas, es tuyo.

Lo toma observando con detenimiento el accesorio, realmente se veía caro, la correa de piel se veía en buen estado, si lo aceptaba podría obtener una buena cantidad si lo sabia negociar bien con algún prestamista.

— ¿1,000 dijiste?

— 1,250 libras para ser exacta, es de las mejores marcas, suiza — la castaña estaba en vilo con la respuesta del hombre.

Él, sin embargo, sale a un costado de la puerta de la pequeña sala, Juliana nota como ha comenzado a hablar con alguien por teléfono en un idioma que no entiende, eso la tiene aún más nerviosa. La llamada no dura más de dos minutos.

— Te puedes ir, nadie sabrá del incidente — se guarda el reloj en su bolsillo —, un placer hacer negocios con usted.

— Muchas gracias — comienza a caminar con rumbo a... — disculpe, ¿cómo llego a la sala...

— Derecha, luego izquierda, segunda puerta.

— Perfecto, muchas gracias oficial.... — trata de leer el gafete que el guardia lleva puesto para identificarse — Mak... Emkwa... nazi? Oficial, solo oficial.

La castaña sale corriendo teniendo la ventaja que los pasillos estaban realmente vacíos, podía correr con libertad. Al llegar a la segunda puerta la cual tenía un letrero que lo identificaba como Sala 3. Al abrir, pudo ver a al menos 300 personas, lo que ocasionaba un barullo de conversaciones inentendibles y un mar de cuerpos que se movían todas direcciones por la preocupación de sus arribos a España.

"Por siempre en Los Angeles" - AU JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora