Mientras tanto en Los Angeles...
- Pam... escucha, lo que tú viste... - una revolucionada chica entra a la habitación sin siquiera tocar la puerta.
- Hey, ¿acaso no te enseñaron modales? - la inglesa se tapa a tiempo el torso a medio desnudar.
- Perdón, yo no... - el nerviosismo se hace evidente en Mariana, quien se voltea rápidamente para no ver -. Necesito explicarte lo que viste allá abajo.
- No necesitas... explicarme nada, solo... - Pamela comienza a hablar entrecortado debido a la dificultad de colocarse una camiseta teniendo el cabestrillo -... mierda.
- Déjame ayudarte... - la mexicana se comienza a acercar, no sin antes Pamela alejarse del casi toque.
- No, mejor vete, seguro te están esperando, espero te lleve con él de regreso a tu mundo de comodidades - continúa con la complicada tarea de colocarse la camiseta a pesar de saber que en su estado será imposible.
- No, ya se fue y no pienso regresar a México, tengo una gran razón para quedarme.
Ninguna de las dos dice algo más durante algunos minutos. Mientras Mariana se queda recargada en el marco de la puerta observando a Pamela, la ojiverde le da la espalda sin moverse ya que sentía la mirada de la menor de los Valdés.
- Sabes... - Mariana toma la palabra acercándose a la cama donde Pamela estaba sentada, cada una quedando en un lado dándose la espalda - Adoro a Juliana, pero ella es una cobarde y no quiero ser como ella. No quiero quedarme en el "¿qué pasaría si...?" y no intentarlo, no quiero enfocarme tanto en el trabajo y dejar escapar las cosas buenas de la vida. Honestamente no quiero eso. Lo que quiero es vivir mi vida al máximo sin que nadie me juzgue y por eso huí de Monterrey, no me veo con un esposo e hijos esperándole en casa, me veo viajando con mi persona favorita.
- ¿Ya terminaste? Sal y cierra la puerta - la voz de Pamela no titubeaba en su solicitud.
- No, no me pienso ir - Mariana se levanta de su lado de la cama y camina hacia la inglesa quedando frente a ella, quien no alza la vista ya que ver el suelo parece tener toda su atención -, no hasta que oigas lo que tengo que hablar contigo.
- Da la casualidad que yo no... - la chica del cabestrillo se levanta de la cama sin darse cuenta de lo extremadamente cerca que quedó de la prima de Juliana, su cercanía ocasionó que pudiera observar a mayor detalle los rasgos de la que había sido su dolor de cabeza los primer días de conocerla.
Mariana no podía dejar de mirar los ojos verdes de la chica que estaba a escasos centímetros y habría seguido así de no ser porque la más alta se separó rápidamente caminando rumbo a la puerta de la habitación dejando a la prima de Juliana parada sin darle la oportunidad de decirle palabra alguna.
Estaba a punto de salir del cuarto cuando una frase la detuvo.
- ¡Estoy enamorada de tí!
[...]
POV Valentina
Regresar a la zona poblada de la isla implico viajar rodeados de esa atmósfera de incomodidad creada a partir de que fuéramos interrumpidas en la camioneta. Minutos antes, Juliana no dijo palabra alguna mientras se recolocaba la camiseta y se arreglaba el cabello, algo que por milagro logró hacer y que la complicidad de los vidrios empañados le hizo ganar unos segundos antes de que Brenda insistiera tocando reiteradamente para luego nosotras hacer como que no escuchábamos por estar dormidas.
Si, dormidas.
Luego al subir a la camioneta que nos vino a rescatar, la cual es doble cabina, Brenda quedó como división entre Juliana y yo, la rubia abrazaba a la castaña, quien solo me veía de soslayo, no supe interpretar sus miradas.
- No debieron salir si saben como está el clima - Camilo mencionó sin dejar de mirar el camino algo lodoso -, pero pues al menos ya están a salvo, espero no pesquen algún resfriado.
- Espero que no, porque sino tendrás que alejarte de mi hasta que se te quite - replica Brenda besando la frente de Juliana.
Y eso era cierto. Al los habitantes de Tristán de Cunha estar tan alejados de la civilización su sistema inmunológico era muy débil para soportar un simple resfriado, por consiguiente los que no pertenecíamos a su comunidad teníamos que estar sanos para convivir con ellos.
Llegando al edificio nos metieron al bar para colocarnos chamarras y mantener a buena temperatura nuestros cuerpos, ambas tiritábamos de frío. Me dieron una taza con líquido humeante, no pregunté que era, solo sabía que lo necesitaba mi organismo.
- Señorita, será mejor que la lleve a donde sus compañeros, parece que seguirá lloviendo y allá estará más cómoda - Camilo me comenta, a lo que acepto.
Antes de irme agradezco las hospitalidades y le doy un leve saludo a Brenda y Juliana, quienes platican a cierta distancia de los demás. Están en su burbuja.
¿Por qué me duele el pecho? ¿Tal vez porque siento ya no siente algo por mí? ¿Por qué quiero ser Brenda? No lo sé, pero me molesta verlas juntas.
El camino a la pequeña cabaña no tarda mucho y lo agradezco porque no soy muy buena para romper el halo de silencia que suele rodear la atmósfera en este tipo de situaciones, además de que no creo que Camilo y yo tengamos un tema en común.
- Bueno, hemos llegado, que tenga buena noche, señorita - se despide el encargado del bar tras dejarme en la puerta.
Al verme, Piña y Esme son las que me reciben entre muchas preguntas, que dónde estuve, con quién por qué no avisé a donde iba, etc etc. Preferí no contestar y simplemente irme a dormir, no estaba de ánimo.
Por más que traté de conciliar el sueño no pude, en mi mente no se dejaba de reproducir las escena que pasó en el auto, no dejaba de pensar en ese beso, en el primer con Juliana en el que estábamos sobriss y que no era jugando. Había sido un beso real, que ambas queríamos y estábamos disfrutando, de no haber llegado los demás estoy segura que habríamos llegado a más.
Por más que me había sentido enojada con Juliana por haberse ido sin dar explicaciones, mi corazón volvía a latir por ella, la seguía amando y parecía no importarle lo que mi mente dijera ni que alguien más ocupara el corazón de ella, mi corazón amaba a esa testaruda abogada.
[...]
POV Juliana
Mis ojos no se apartaban de Valentina, cada moviento que hacía yo estaba al pendiente, me sentía como esa adolescente de 15 años que la admiraba a la distancia tratando de que no se diera cuenta.
Lo que pasó en la camioneta me tiene confundida, ¿me gustó? ¡Dios, si! Mi corazón se aceleraba de solo pensar en ello y por más que intento que se acompase, no puedo.
Me siento mal, mal por haberlo hecho, pero no me arrepiento. Sé que Brenda no se merece esto, pero no sabía que iba a suceder eso con Valentina y ahora no sé que hacer.
Quiero a Brenda, es linda, compasiva, amable, comprensiva y demás adjetivos positivos. Pero Valentina... ella es impulsiva, egoísta varias veces, divertida casi siempre y... aún siento cosas por ella.
¿La sigo amando?...
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NA: No pregunten donde andaba, solo diré que las cosas se me complicaron y me fue imposible actualizar.
Aquí les dejo un capítulo donde al menos uno de los personajes ya se atrevió a ser valiente, y fue quien menos esperábamos.
Bueno, espero lo disfruten en lo que publico el siguiente que ya lo he comenzado a escribir.
Se cuidan xxx
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"Por siempre en Los Angeles" - AU Juliantina
Random**Secuela de ¿Debería quedarse en Las Vegas?** Valentina en los Angeles. Juliana en Tristán de Cunha. Distancia de 14,000 kilòmetros. Una buscando a la otra, la otra queriendo olvidarla. Sus acciones las separa cada vez más pero el destino es tan ca...