Capítulo 5 "De barcos y otras cosas"

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POV Valentina

— ¿Puedes decirle a Pini que se apure? — le pedí a Esmeralda mientras terminaba de cubrir el equipo fotográfico para evitar se dañara durante el viaje.

— Está rogándole a Mr. Anderson otra vía para llegar a Edimburgo — la ojiverde respondía sin quitar la vista de sobre la fotógrafa que por sus movimientos corporales se notaba estresada.

Todos estamos estresados luego de que el viaje a la isla más remota del planeta se concretara tan rápido tras lograr reservar los lugares en la única embarcación, parecía ser un proyecto muy codiciado por el canal, no querían que Discovery Inc. les ganara la primicia. Hbíamos viajado desde Los Angeles y ahora aquí en Sudáfrica no teníamos más de 6 horas para descansar antes de que el SA Agulhas II zarpara con destino a Edimburgo.

Me tocaba encabezar el equipo el cual incluía a Óscar, Esmeralda, Fer Piña y un chico que sería nuestro asistente, no recordaba su nombre pero comienza con G. En un principio mi fotógrafa sería un chica estadounidense bastante conocida en el ámbito, sin embargo, Piña al saber de que sería un viaje a una isla aparentemente paradisíaca como Lesbos, se esmeró por que la incluyera en el equipo tras a la fotógrafa original salirle una sesión importante y dejar el cupo disponible.

— ¿Por qué no me dijieron que en esa isla no hay internet? — Fer regresa a donde nosotros al terminar su llamada —. No podré subir storys a IG ni presumir que seré de las pocas en visitar ese lugar.

— A guardarlas como recuerditos hasta que regresemos a tierra firme — le señalo para que se siente a mi lado y abrazarla mientras anuncian la hora de abordar para comenzar el largo viaje de 6 días que nos espera.

— ¿Ya le avisaste a alguien de este viaje?

— No, recuerda el contrato de confidencialidad, no podemos decir algo hasta nuestro regreso — menciono sin dejar de pasar las manos por su ruloso cabello.

— ¿Y si morimos en el viaje? — se sienta toda asustada.

— No pasara eso, Piña — Esme la calma —, estaremos en una gran embarcación no en una lancha, investigué todo, estamos a salvo.

— Si, tranquila, nada pasará, o bueno, tal vez si —Óscar deja a un lado el mapa que segundos antes revisaba a detalle —, que tal conoces al amor de tu vida en ese lugar remoto, se casan y... oh, perdón.

Él detiene su mar de palabras al darse cuenta de que ese es un gran tema que no me gusta oír, o no me gustaba.

—No, no, todo bien, ya pueden hablar de bodas y todo eso, no es como que me la fuera a encontrar pronto, no me quiere ver. Vamos, ni siquiera para firmar el divorcio.

— Imagínate que estuviera en Edimburgo.

Ni bien terminó Óscar la frase los cuatro nos comenzamos a reír porque eso era imposible, seguro Juliana andaba en Europa o incluso era mayormente posible que se hubiera regresado a México, ¿qué haría ella en una isla?

— Ya ya, que me está doliendo el estómago de tanto reír — Fer se acomoda bien en el asiento y los demás detenemos esa carcajada colectiva —. Seguro en ese lugar ni siquiera hay personas de nuestra edad, solo son 247 habitantes.

— Hey, yo soy la que dice los datos — Esme se remueve los auriculares para poner completa atención a la conversación —, y no, no creo ella esté ahí, hay registros de los apellidos de los habitantes del lugar y el Valdés para nada figura en la lista.

— No era...

El perifoneo del lugar me interrumpe, ya están llamando a los pasajeros de nuestra embarcación. Cada uno toma lo menos pesado y que por ende lleva lo más importante como documentos personales y credenciales de identificaciones de National Geographic, tras nosotros el demás equipaje es acomodado en su lugar en el barco para nosotros subir al barco.

— Bueno, no me quejaré de estar 6 días en este barcooote — Esme nos dice sin dejar de ver a algunos de los chicos sudorosos que desfilan ante sus ojos para subir cargamento.

Con boleto en mano nos dirigimos a donde uno de los miembros de la tripulación y quien es el encargado de darnos indicaciones a los pasajeros recién abordados. Nos indica cuales serán nuestros camarotes, al menos son individuales.

Lo primero que hago es conectar mi teléfono ya que eso de encontrar una toma de corriente en donde estábamos fue imposible. Espero unos segundos para encender mi móvil y darme cuenta que al menos hay señal de teléfono en el lugar que me permitirá avisarle a Eva que estaré ausente más días de lo estimado.

Estoy a nada de llamar a mi hermana cuando entra una llamada de un número desconocido pero que por la clave sé es de México. Titubeo entre si contestar o no, pero la curiosidad me gana.

— ¿Diga?

— ¿Carvajalita, dime qué eres tú? — una voz chillona bastante conocida grita del otro lado de la línea.

— ¿Mariana? — Es difícil no reconocer a la prima regia de Juliana, la última vez que la vi fue hace como 2 años.

— Si si, ¡necesito que me ayudes, tu gemeletrix me odia!

— ¿Mi geme qué? A ver Mariana, explícame bien para entenderte. Empecemos, ¿dónde estás?

— Pues en Los Angeles. Me escapé de Monterrey y me vine donde mi primis pero la huerca está de viaje, entonces me dejó con una vieja que es igualita a tí pero no eres tú, tu gemeletrix pues, y déjame decirte que aunque sean idéntica tú estás mejor conservada, estás di-vi-na.

— Mariana, no te desvíes del tema — le llamo la atención.

— Ah si, te decía, hable con mi primis por teléfono y me dejó quedarme en su apartamento pero ahí también vive tu gemela malvada. No quiero seguir aquí, ¡rescátame, Carvajalita!

— Mira, en verdad quisiera ayudarte, pero también estoy de viaje...

— Si estás con Juliana pásam...

— No, no estoy con ella, créeme que hasta yo quiero saber donde está — respondo irónicamente.

— Ash, ¿por qué nadie me quiere decir dónde está?... Entonces aunque sea déjame quedarme en tu casa, anda.

— Mariana, me traje las llaves, si me hubieras llamado antes te las habría dejado.

— Noooo, entonces... en casa de alguna de tus amigas — la desesperación era evidente en su voz.

El sonido local avisa de que nuestro barco está a punto de zarpar.

— Escucha, en estos momento no puedo ayudarte, está a punto de zarpar el barco y no sé, ya lo veremos cuando regrese de Edimb...

La llamada se corta luego de que el barco carguero avanza algunos metros, y ni siquiera pude hablar con Eva.


[...]


POV Pamela

—¿Así que soy la gemeletrix? — pregunto a la copia mal hecha de Juliana.

—Tú cállate, ¿quieres? — se recarga sobre la pared luego de colgar la llamada —, Val también está de viaje.

— ¿De viaje? Que raro, ella no lo había mencionado.

— Ay no sé, tendré que quedarme unos días más... y no, no pienso lavar los tras y todo eso que quieres que haga — se dirige hacia el pasillo para irse a encerrar a su habitación como lo ha hecho desde que llegó al apartamento.

— ¿Te dijo dónde está o a dónde va?

— No alcanzó a decirlo completo, se iba a algo de Edimb no sé, dijo zarparía su barco, y parecía estar como al aire libre, se oía como un puerto, ay no sé.

Es en ese momento que conecto la poca información que esta niña me ha dado.

Barco... Edimb... puerto... Ay no es cierto, necesito avisarle a Juliana.


"Por siempre en Los Angeles" - AU JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora