Capítulo 9 "Fantasmas del pasado"

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POV Juliana

No puede estar pasando, no puede estar pasando, es imposible, es que... ¡no!

— Juli, espera, no camines tan rápido... ¿qué demonios sucedió allí? — Marcela me sigue tratando de nivelas mi rapidez —, ¿las conoces?

— Es ella, Marce, no... no sé como llegó aquí, se supone que no debería pasar esto — me detengo luego de un largo trecho para recuperar mi respiración, cuando ya el puerto no está a la vista —, no entiendo nada.

— ¿Ella... — mi amiga trigueña se queda callada como si mentalmente uniera lo que dije con lo que pasó en el puerto — ... osea ELLA? Mierda.

Me retuerzo de los cabellos mientras miro hacia el camino que dirige al puerto, quiero regresar para constatar que solo fue una maldita visión, un espejismo que busca atormentarme. Tanto tiempo teniendo la seguridad de que no la volvería a ver en mucho tiempo y eso ayudaría a que mis sentimientos hacia ella se esfumara, pero no. Habiendo otras 7,000 millones de personas en el mundo y 320 millones de ellas solo en Estados Unidos, justo ella tenía que venir al lugar más remoto del planeta, ¡JUSTO ELLA!

— ¿Y ahora que vas a hacer? ¿La vas a enfrentar o te vas a esconder?... Para empezar, ¿quién de todas esas morras es tu morra?

— En primer no es mi mo...

— No te hagas pendeja — debo recordar que Marcela es del tipo de persona demasiado sincera, con groserías pero sincera —, sigues casada con ella, es tu morra y vas a tener que hablar con ella antes de que se te junte el ganado.

Mierrrr... Brenda, no me acordaba de ella, demonios, en este punto admito que lo mejor habría sido decirle la verdad, ahora tengo que encontrar Brenda y evitar se topen, que una sepa quien es la otra.


[...]


POV Valentina

— Hey hey, ¿qué pasó? Azotaste como res — Óscar menciona ayudándome a sentar de mejor manera luego de despertarme tras el desmayo.

— Era ella, Juliana — paso mis manos sobre mis ojos para aclararme la visión.

— ¿Juliana? Val, tal vez el viaje te sentó mal y estás viendo visiones — Esme replica a un lado mío, aún sostiene la botella de alcohol.

— No, era esa desgraciada — mi mirada barre el área a mi alrededor — la vi parada en el muelle.

— Val, no creo que sea ella, ¿cómo por qué estaría aquí? Es ilógico — Piña toma la palabra sin dejar de tomar el café humeante.

— Es que es ella, no estoy ciega, sé lo que vi — casi grito ya que nadie parecía coincidir, me tomaban a loca.

— Yo si la vi — Vera entra la conversación sorprendiendo a todos, es la que menos pensé me daría la razón —. ¿Qué? ¿Por qué me ven así? O sea, todos la conocen, al menos si los que estamos al tanto de la farándula. Y si, Juliana estaba parada por ahí junto con una que parecía delincuente.

— ¡Lo sabía, no estoy loca! — me acerco a la rubia para abrazarla fuertemente —, ahora si no se me va a escapar.

Y lo decía en serio, encontré a Juls en el lugar menos pensado y no la dejaría escapar, la cuestión era que, el solo hecho de saber que estamos en el mismo lugar y que ya sabe que estoy aquí me pone de nervios. 

¿Quiero verla?, eso es un si rotundo.

¿Qué haré cuando la tenga enfrente? Darle una cachetada, es es obvio, pero también quiero que me deje explicarle todo, por una vez en la vida que me deje contar las cosas, que me deje ser su mejor amiga como antes, que se de cuenta que si quiero seguir con esto que sea que tenemos. Nos casamos estúpidamente, lo sé, pero iba a funcionar, lo estaría, me enamoré de ella.

— Buenos días, todos sean bienvenidos a nuestra pequeña, alejada pero hermosa isla. Soy Mark Mitham, el administrador y quien está complacido de que un medio tan importante como National Geographic se haya interesado en nuestra pequeña burbuja. Ah y señorita... — se detiene y posa su mirada en mí.

— Carvajal, Valentina Carvajal.

—  Carvajal, ok, ¿está usted bien? me dijeron que se sintió mal tras desembarcar, ¿ya está mejor?

— Si, nada de cuidado, gracias por preocuparse.

— Aquí la seguridad de todos es lo más importante — me sonríe y continúa con su discurso —. Como les decía , es un honor, nunca habíamos recibido a un medio, y por supuesto les queremos ofrecer lo mejor que tenemos.

Todos tenían su atención puesta en el hombre canoso, pero la mía era la excepción, mis pensamiento volaban tratando de encontrar respuestas a mis preguntas, ¿cómo llegó Juliana aquí? ¿qué ha estado haciendo? ¿todavía me querrá? Quiero saberlo pero también tengo miedo de que no sea lo que espero.

— Les presento a mi hija, Brenda — el movimiento de la chica frena nosotras me baja de la nube donde andaba —. Ella se encargara de llevarlas a la casa donde se alojarán, y mañana pasará por ustedes para traerlos a desayunar  que comiencen con su investigación.

Una chica rubia y de ojos entre verdes y azules, ataviada con un overol de mezclilla y camiseta blanca, sin duda Brenda parece alguien agradable. Ella nos hace plática en lo que caminamos a lo largo de la calle principal de la isla, nosotros decidimos irnos de este modo para apreciar un poco mejor el paisaje, es hipnotizante al punto de que por un momento me olvido de andar como paranoica buscando a Juls.

— Bueno, mañana paso por ustedes a eso de las... ¿ocho está bien? — alegremente nos pregunta luego de mostrarnos el interior de la acogible casa —. Los llevaré a la oficina principal donde pueden revisar el archivo de la isla.

— Muchas gracias por tus atenciones, todos ustedes son muy agradables — respondo a nombre de todos, quienes asienten con la cabeza para darme la razón —. Mañana estaremos listos para comenzar con todo.

Nos despedimos de ella para finalmente descansar un poco luego de tanto tiempo parados, un baño con agua caliente no me caerá mal, necesito destensarme, algo que no durará mucho, no hasta que hable con mi aún esposa.

— Dilo — me alienta Esme desde la puerta que conecta la cocina con la sala —. Sé que quieres que te acompañe a buscar a Juliana.

— Apuntada — Piña grita desde la cocina donde ya prepara sandwiches junto con el chico que sigo sin recordar su nombre.

Bueno, parece que comienza la búsqueda de la esposa fugitiva.


[...]


POV Brenda

Los recién llegados son personas muy agradables, para nada son los estirados que nos quieren vender los pocos que los han conocido aquí en Tristan, estos chicos son geniales, sobre todo la que es la encargada de la investigación, durante todo el camino me habló sobre como mi hogar es bastante famoso pero que el difícil acceso complica que más personas nos visiten. Y eso es cierto, no habíamos recibido visita hace mucho, la mayoría que viene a la isla son personas que salieron en los viajes pasados a Sudáfrica.

— Hey, Marcela, ¿has visto a Jul? — le pregunto al topármela saliendo del bar.

— Estaba en su casa, supongo ahí sigue — señala sin soltar la botella de cerveza, algo habitual en ella.

Me despido y me dirijo a la casa de mi novia, casa en la que paso tanto tiempo que desde hace unas semanas he pensado en pedirle mudarme con ella, algo que he retrasado ya que siento estamos en algún tipo de bache desde que he insistido en saber de su vida en América. Ha sido erro mío el presionarla pero si somos una pareja debería haber confianza y sentir comodidad, pero no hemos logrado ambas, ni siquiera hemos tenido relaciones porque se pone nerviosa, le sale algún contratiempo y cosas así. La situación no puede seguir así, llevamos 4 meses, siento que oculta cosas y necesito saberlas.


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NA: Milagro de Lesbian God, publiqué 2 días seguidos, y principalmente porque ayer les dejé bien picados y con este cap me disculpo.

Bueno, eso era todo, disfruten la lectura.

"Por siempre en Los Angeles" - AU JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora