POV Juliana
Algo había cambiado en ella, o tal vez todo. No hablo del físico, aunque esa es una obviedad que no puedo ignorar, pero quisiera centrarme en como ha cambiado emocionalmente. Soy consciente que la manera de irme sin decir algo fue muy insensible de mi parte, pero sentimientos encontrados me orillaron a tomar una decisión impulsiva.
Valentina significa mucho en mi vida ¿o lo significó? Demonios, no sé en que tiempo verbal conjugarlo.
Verla luego de tanto tiempo me está afectando de mucha maneras. Pero sin duda el que al posar su mirada en mí no tuviera ese brillo que le caracterizaba me hizo preguntarme si yo era la razón de ello, no me perdonaría serlo pero hay una alta probabilidad de que si lo sea.
El viento casi helado descoloca mi cabello y me pone los vellos erizados, tenía tanto tiempo sin venir a este lado de la isla, a la casa de paja. Y no es porque quiera esconderme de Valentina, es solo que... necesito un momento de paz para ser capaz de decir algo en su presencia, y sin olvidarme de Brenda, a quien debo contarle la verdad antes de que todo se venga abajo como avalancha.
[...]
POV Valentina
¿Cómo fui tan estúpida y no pensar en este lugar? Pamela lo ha mencionado tantas veces y no se me ocurrió atar cabos. Las esperanzas de hallarla se me habían agotado antes de venir a esta isla, pensaba en joderle el despacho, y aunque parezca retorcido de mi parte, seguiré con el dedo sobre el renglón si ella no me permite que hablemos como las adultas que somos.
— Val, porfa, ¿podrías levantar tus calzones de princesas del baño? quiero estar lista para cuando me tope con el lindo chico fornido que estaba en el muelle — Vera me dice para luego meterse el cepillo con pasta en la boca.
— No son princesas, es de... Espera ¿Chico? ¿Cuál chico? Ahí solo habían señores... ¿acaso te gustan mayores?— me desperezo luego de levantarme de desayunar unas ricas tostadas con una mantequilla con un sabor bastante rico.
— Iugh no, boba. Me refiero al lindo isleño que me ayudó a bajar mi equipaje. ¡Que niño más lindo! Y luego cuando nos dieron la bienvenida ahí estaba con la que nos vino a dejar a la casa.
— Vera, tal vez es su novio y tú queriendo romper lo que tienen— Piña replica mientras llega aún en pijama y se dirige a preparar un café.
— Ay mi vida, esa rubia es igual de gay que ustedes, seguro ya les puso el ojo a alguna de las tres. A mi me gustan los chicos y ese hombre me lo voy a cenar — Vera guiña un ojo para caminar hasta el pequeño baño para terminar de arreglarse.
— ¿Qué vamos a hacer con ella? — pregunto a Piña — Ni para regresarla por equipaje.
Nos ponemos a reír ya que el tener a Vera aquí nos retrasará, ella es de las que quiere decirnos como hacer las cosas aunque no sepa hacerlo, y eso que no hemos mencionado sus problemas de ira, Vera es un estuche de monerías.
— Lista ¿a qué hora comenzamos a buscar a tu mujer? — Esme llega cual caperucita roja por la vereda tropical ya que lleva puesto un gran abrigo rojo y unas botas enormes.
— Ammm no, tenemos trabajo que comenzar — le cambio el tema y sigo bebiendo el delicioso té que me preparé con mucho amor.
— Vale, a ver — me toma de los hombros y me sienta en una silla frente a ella para que la vea directamente —. ¿Qué sentiste en cuanto la viste? Y no me digas que nada, ese desmayo no fue solo porque se te bajó la presión, nos dijiste que fue por ella.
ESTÁS LEYENDO
"Por siempre en Los Angeles" - AU Juliantina
Random**Secuela de ¿Debería quedarse en Las Vegas?** Valentina en los Angeles. Juliana en Tristán de Cunha. Distancia de 14,000 kilòmetros. Una buscando a la otra, la otra queriendo olvidarla. Sus acciones las separa cada vez más pero el destino es tan ca...