CAPÍTULO 31 (+18)

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—¿Qué mierda estaban tratando de hacer Exen? —el gruñido molesto me saca de mis cavilaciones.

—Solo íbamos a ayudar a Tamara.

—¿Con un puto exorcismo o qué? —apunta el circulo de sal y las velas.

—No es un exorcismo, era un conjuro.

—¡Tu cierra la maldita boca!

Mi prima aprieta la mandíbula bajando la cabeza, me mantengo en silencio sin ganas de ser su siguiente víctima.

—No te enojes, solo salió un poquito mal e invocaron a este cabrón —Exen apunta al chico que se llama Melek.

—No me invocaron, estábamos cerca y sentimos las vibras. Imposible no acercarse, cualquier ser pudo hacerlo, eran como una bola luminosa que llamaba la atención.

Miro a Häel de nuevo cuando niega molesto, trago saliva, ni siquiera me dirige la mirada. Sé que yo también tengo la culpa, pero Rean está bien. No nos pasó nada malo.

—Todo lo hicieron malditamente mal, necesitan otro cuerpo para eso.

—¿Otro cuerpo?

—¿Dónde crees que va quedarse el alma que saquen del cuerpo? —pregunta con evidente sorna.

—Ah, no pensé en eso.

—¡No pensaron en nada, te deje cuidando a Alya!

—Estaba aquí, la estaba protegiendo como me lo dijiste.

—¿Protegiendo? —la sonrisa de incredibilidad que le dedica se me antoja fría y llena de furia, sus pasos se aproximan hacia el tenso chico que aún se encuentra lastimado por los golpes que le han propinado sus hermanos—. Si yo no llego... Aradia es capaz de matarla.

—¡Que estaba yo aquí, joder! ¡No iba a dejar que les hiciera daño!

—¡Es que no entiendes que ya lo había hecho, jodido idiota!

El empujón del hermano mayor envía al pequeño contra un árbol, trago saliva al sentir la garganta seca, quisiera gritarle que no se desquite con él, pero parece ser que no puedo emitir palabra, las venas se marcan en los brazos de Häel, se nota cuan enojado esta.

—Basta, Ara no volverá a molestar. La chica está bien, ¿Por qué no te relajas, Häel?

—No me toques. —el pelinegro aleja su brazo de forma brusca, Melek levanta ambas manos en modo de paz. Niega antes de alejarse.

—Mátense entonces, siguen siendo unos críos de mierda.

Susurra con evidente frustración.

Me debato en sí debería de intervenir, soy consciente de que se habla de mí y Rean; que el rey del infierno se encuentra echando fuego por esa misma razón, pero... no sé qué es lo que tengo que decir.

Exen muerde su labio culpable, aunque no sea su culpa totalmente. Circe y yo fuimos las que se supone que investigamos más para que todo saliera bien, parece ser que salió peor.

La presencia de Häel se hace más fuerte y sé que es porque se está acercando, me remuevo inquieta por lo que vaya a decir, sin levantar la mirada siento como me toma en brazos. Nada sale de sus labios y eso solo me aterra más, coloco los brazos alrededor de su cuello, trago saliva mirando su perfil, solo mira al frente con la mandíbula endurecida.

Me pregunto si será buena idea hablar o solo quedarme callada hasta que lleguemos a la habitación, dejamos a los demás atrás sin decir nada. La caminata es silenciosa, solo escucho a los búhos en la lejanía, la penumbra del bosque me hace esconder el rostro en su cuello y aferrarme más a su cuerpo.

HÄEL  ↯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora