CAPÍTULO 5

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CAPÍTULO 5.

ALYA.

Coloco la prueba encima de la mesita de centro antes de dejarme caer en el sofá con una taza de té. Veo de reojo a mamá tomar la prueba esperando a que se dibuje la rayita.

—¿Por qué tienes pruebas de embarazo en tu habitación? —pregunto con curiosidad.

—Una nunca sabe cuándo las necesita —vuelve a dejarla en la mesa de centro. Le doy un sorbo a mí té.

—Que me desmaye y tenga vomito no quiere decir que esté embarazada, lo sabes ¿no? —dejo la taza en la mesa.

—Soy enfermera, lo sé perfectamente hija.

—Yo también lo sé y quiero decirte que estoy 100% segura de que no estoy embarazada.

—No perdemos nada con cerciorarnos mi niña.

Suelto un suspiro cansada, me acerco más a ella y tomo una de sus manos. Sus ojos con ojeras parecidos a los míos me miran fijamente.

—Mami, nunca me he acostado con nadie. Seguro es una infección, un virus, haré una cita en el hospital o le diré a mi maestra de urgencias que me revise.

—Ay mi vida, te juro que si pensé que lo estabas y aunque iba apoyarte en todo, me preocupe por tu carrera.

Mi carrera justo ahora es lo único que me importa, estoy centrada en ella con muy buenas calificaciones.

—No te preocupes—beso su mejilla volviendo a mi lugar, tomo mi té de la mesa y miro de reojo la prueba, frunzo el ceño—, ¿qué rayos? —dejo la taza de nuevo y tomo la prueba de embarazo desconcertada—. Mamá, salió positivo.

—Las pruebas caseras no son 100% efectivas Alya, recuérdalo.

—Lo sé, lo sé. Solo que se me hace extraño, es todo.

Me levanto y camino al baño para depositar la prueba en el bote de la basura aun desconcertada. Muerdo mi labio viéndola caer, me alejo tratando de despabilar mi mente.

...

—Bueno Rosie, haremos el trabajo en mi casa. Total estoy sola todo el día.

—Uy, ¿entonces podríamos hacer una fiesta?

Niego con una sonrisa mientras caminamos por los pasillos. La rubia esta tan loca que siempre ha dicho que mi casa seria perfecta para una gran fiesta. Y yo, claramente no estoy de acuerdo. Puedo apostar que hasta a mi madre le parecería excelente la idea. Con la condición de que yo limpiaría, claro.

—Deja esa idea tuya de lado. Destiérrala de tu cabeza, olvídala y mándala a volar.

—¡Alya! Nunca quieres hacer nada divertido.

Volteo a ver a mi mejor amiga con una sonrisa que rápido se desvanece al centrar mi vista justo en el chico que pasa por nuestro lado. Es como si todo su cuerpo desprendiera un aura maligna, juro haber visto negro alrededor de él. Camina lento, sin prisas, su ropa negra llama mi atención igual que su cabello, pero lo que me deja helada, es cuando sus ojos hacen contacto con los míos una fracción de segundos. Siento como mi pecho pesa de repente.

Sus ojos rojos se graban en mi mente como si fuese algo que nunca debería de olvidar.

Inhalo un par de veces mientras pienso en que los pupilentes le quedan horrorosos.

Me he quedado como estúpida observándolo hasta que solo veo su espalda, trato de volver a la normalidad porque hasta parece que lo he visto pasar en cámara lenta.

HÄEL  ↯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora