7.

180 42 1
                                    

"La mentira es la ilusión que oculta a la verdad"

"La mentira es la ilusión que oculta a la verdad"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Quedé en shock viendo en cámara lenta como la flecha avanzaba hacia mí. ¡Gracias a Dios que algo se interpuso en su camino!.

Ank apareció como una ráfaga. El aire de cargó de estática y olor a quemado. Miré a mí compañera y está se había convertido en un ser diferente al que conocía. Parecía un estatua de mármol que por alguna razón le salían chispas por todo el cuerpo. La flecha se rompió en su pecho y por alguna razón no me sorprendió.

— ¡No te muevas! ¡Y ponte detrás de mí!- me ordenó. Logré hacer un gesto de afirmativo con la cabeza.

Y comenzó el caos.

La mujer volvió a cargar el arco y comenzó a disparar flechas a una velocidad impresionante. No parecía intimidada por un ser como Ank. No le prestaba atención, solo tenía ojos para mí.

Ank se movía con una rapidez sobrehumana y recibía todas las flechas, era mí escudo humano... ¿o escudo extraterrestre?, y cuando estaba a tiro lanzaba desde sus dedos rayos eléctricos.

Hasta el momento no creía cuál peligroso era el mundo en donde me estaba adentrando. Supongo que gracias ésta pelea pude ver cuál letal puede ser con combate.  El terror me invadía pero no era lo único que me dominaba, había cierta euforia en mis emociones, unas ganas de ayudar a Ank a derrotar a esa mujer.

Una de las flechas se clavó a centímetros de nuestros pies.

— falló- dije y Ank se arrojó sobre mí. Un estallido nos lanzó hacia arriba y luego nos dimos de lleno contra el piso. Ank se llevó la peor parte.

La mujer saltó sobre Ank y se arrojó sobre mí. Me aprisionó contra el suelo y comenzó a asfixiarme. Traté con todas mis fuerzas de apartarla pero era más fuerte que yo. Mientras daba todo mí esfuerzo para sacarme está loca de encima, logré quitar una de las flechas del carcaj y se la clave debajo del omóplato. La perra dio un fuerte grito y cedió un poco el agarre. Lo suficiente para apartarla de una patada.

Me levanté algo mareado y ella se quitó la flecha a sangre fría. Me miró con una sonrisa perversa. Tomó otra flecha y cargó su arco. Respiré hondo, estaba acabado. Aún no había empezado mí aventura de héroe y ya estaba muerto. Tensó el arco y apuntó. Cerré los ojos para recibir lo inevitable. Un ruido de electricidad llenó el callejón. Abrí uno de mis ojos y vi a la mujer convulsionar contra el suelo. Ank estaba detrás de ella.

— ¡es hora de irnos!- dijo Ank. Me tomó del brazo y corrimos al auto. Arrancó rápidamente y salimos a toda velocidad del pueblo.

— ¡¿Quién era esa loca?!- pregunté cuándo logré calmar el latido de mí corazón. El peso de la situación me había caído segundos después de sentarme en el copiloto.

— ¡eso es lo de menos!- respondido Ank. Su forma blanca se había ido y había vuelto la mujer que conocía- ¡Tú eras su blanco!. ¿Por qué demonio fuiste a ese callejón?.

— sentí que me llamaban- admití.

— ¡corazón! lección número uno: si te llaman a un callejón oscuro no entres, ¡Es una trampa!.

— lo tendré en cuenta.

Al llegar a la casa Bek y Marina se me acercaron preocupados. Me examinaron unos minutos y se aseguraron que estaba bien. Bek me dijo que había sido valiente. Marina con toda la calma del mundo me dijo que fui muy estúpido.

Lorenzo llegó con su madre y su hermana mientras Ank preparaba un té para tranquilizarse. María me dio un fuerte puñetazo en el brazo y me dijo que estaba creciendo, que ya había estado en mí primera pelea. Su hermano me miró aburrido.

— Ank, Lorenzo, al despacho- ordenó la señora Caballero. Noté cierta tensión en el aire. Mí instinto me decía que iban hablar de mí a mis espaldas.

— si van hablar de mí debo estar presente- pedí. Lorenzo se detuvo a medio camino y su madre se dio la vuelta sorprendida- tengo derecho a saber la verdad. La verdad de porque estoy aquí realmente- la voz en el ático me había dejado con la duda y soy muy ansioso. ¡Necesito respuestas y ya!.

— está bien- dijo la mujer- te diré la verdad… si tu me dices ¿Cómo  es que lograste romper las botellas sin volar las cabezas de esos muchachos?.

Me quedé mudo. Miré a Ank y está evitó la mirada.

— no lo sé- admití.

— tener una concentración de ese tipo lleva años... Estoy segura que tú también te guardas algunos secretos- prosiguió la mujer.

— ¡digo la verdad!- me enojé. Detesto que me traten como mentiroso.

— madre- intervino Lorenzo- yo le creo- al oírlo lancé un gemido de sorpresa.

— tiene razón jefa- habló Bek- no miente.

— Creo que deberíamos decirle porque está aquí. Merece saberlo madre- la mujer miró a su hijo con fastidio.

— ¿cuestionas mis decisiones?- Madre e hijo compartieron miradas frías y calculadoras- ¡nunca lo hubiera creído de ti!. Me decepcionas Lorenzo.

Sentí una punzada de dolor en el pecho. Hace menos de seis horas le había dicho a Lorenzo que era un idiota que solo busca la aprobación de su madre. Y ahora ella le decía delante de todos que estaba decepcionada. Le había pegado, sin saberlo, en donde más le dolía. Había sido un completo idiota. El chico me había tratado mal desde un principio pero no se merecía que le lanzara un ataque a la yugular.

— lamento ser una decepción madre pero este es mí equipo y trabajé mucho para mantenerlos a todos con vida. Y la SCG acaba de convertir a uno de mis compañeros en un blanco.

— aún no están listos para saber más de la cuenta. Y no se habla más del tema, ¡es una orden!- la mujer nos miró uno a uno hasta fijar su vista en mí- no sé muy bien porque la SCG tiene interés en ti. No sé porque siquiera te conoce... Pero tendrás que estar preparado.

Una vez se fue, María le dió un abrazo a su hermano.

— no conocía esa parte rebelde tuya hermanito- le dijo.

— creo que es hora de que todos nos vayamos a dormir- le respondió.

Subí a mí habitación en silencio. Lorenzo estaba sentado en su cama leyendo. Tomé valentía y dije:

— siento lo que dije hace un rato- me miró por un segundo y volvió a su libro.

Al no tener respuesta me fui al baño incómodo y me di un baño. Al salir fui en busca de mí remerón para dormir. Alguien había dejado las cosas que compramos con Ank en el clóset. Me acerqué al espejo que había en la pared para ver las marcas del intento de asfixiarme de la loca. Algo llamó mí atención. Las marcas eran como si me hubiera querido quitar el collar, no asfixiarme. Al ver las marcas me percaté de una cosa: el amuleto de mí madre no estaba más en mí cuello.

Espectros, Amores y Fantasmas (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora