Bruno cree que es un chico común con bastante mala suerte hasta que aparece Lorenzo y lo sumerge en un mundo donde los superhéroes son reales y luchan por mantener la paz en los cuatro mundos.
*Todos los personajes de esta historia tienen más de 18...
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— no me voy a molestar con estas máquinas- le dije a Celestine, como si fuera un Jedi, los elevé en el aire y los aplaste con una fuerza invisible.
Celestine me observó con cara de Póker.
— no me intimidas- dijo- tú y el humano no tienen oportunidad.
Le lancé la bola de metal en lo que se habían transformado los androides pero ella no hizo el amague de apartarse. El metal se derritió antes de llegar a tocarla.
— tienes mucho que aprender- dijo la Fantasma- soy más poderosa que cualquier ser que haya pisado esta tierra.
— hablas mucho pero enseñas poco- dijo Lorenzo a mí lado. Desenvainó su catana- ¡Ven preciosa!.
Celestine sonrió, se levantó del trono con desgana y desenvainó sus dos espadas.
Su agilidad fue asombrosa. Nos derribó a los dos juntos de una patada y caímos al final de la habitación.
Lorenzo se incorporó primero y la atacó con brutalidad, Celestine era una gran maestra con sus espadas, detuvo cada uno de sus ataques con facilidad y de un golpe quebró la catana de su oponente.
— tu no me interesas- le dijo luego de levantarlo por el cuello y arrojarlo contra la pared.
Me incorporé a tiempo para hacerle frente pero ella fue más rápida, tenía una rapidez sobrenatural. Me tomó del cuello y comenzó a asfixiarme.
— pensé que serías un oponente digno- dijo mientras apretaba más fuerte- ¡no eres más que un niño!.
Lorenzo se acercó por la espalda para liberarme pero una pared invisible lo detuvo.
— si que te tiene afecto- dijo al ver a Lorenzo intentar penetrar la pared invisible- le daré una muerte rápida- mí chico fue expulsado de la habitación con gran fuerza, atravesó la pared con su cuerpo.
Me enfurecí, Lorenzo probablemente estaba muerto. El golpe debió de haber roto cada uno de sus huesos. Mientras luchaba por respirar lloraba por mí chico, la pared se vino abajo al minuto y me puse aún más nervioso, para un ser humano normal ese golpe debía de ser fatal.
Mientras me daba por vencido mí padre me susurró en el oído: recuerda lo que aprendiste.
Concentré todo mí enojo y frustración en un punto debajo de mis pies, luego flexioné mis dos piernas y empuje con fuerza. Mí enojó se convirtió en un poderoso huracán invisible, Celestine salió despedida hacia atrás con violencia.
Me puse de pie y respiré con dificultad. La mujer se repuso en seguida, agitó sus espadas para separar mí cabeza del resto del cuerpo, pero el golpe nunca llegó.
— ¡no tan rápido perra!- dijo María. Me alegré de verla- antes de bailar con él tienes que hacerlo conmigo.
Celestine y María chocaron sus espadas con decisión. Quise advertirle a María que se alejara pero no me salía la voz. Chica Gris no pudo contra ella, la fantasma la derribó de un movimiento y perdió sus dos catanas.
