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"La venganza nunca es buena, porque nos convierte lentamente en el villano que nos hizo daño."

Trataba de evitar a toda costa mirar a Lorenzo hacer su trabajo

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Trataba de evitar a toda costa mirar a Lorenzo hacer su trabajo. El chico estaba en cuero, mostrando sus perfectos abdominales mientras rellenaba el hueco que había dejado Ank al estrellarse contra la pared. Mí mente se volvió un cúmulo de fantasías cuando cruzamos miradas y me guiñó el ojo. ¡Era el albañil más sexy que conocía!.

- Bruno- miré a Bek- debes pintar la pared no tu ropa- miré la mano que sostenía el pincel y la encuentro pegada a mí torso. Si seré idiota.

- creo que después de terminar el trabajo deberíamos hacer terapia de grupo- dijo Marina mientras recogía los objetos por toda la casa. Alzó el sartén con desagrado y se tocó la nuca.

- ¿de que quiere hablar?- pregunto María. Se notaba que estaba furiosa. Ella y Ank estaban tratando de quitar la columna de tierra que Bek había formado en medio de la sala- ¿de como un fulano nos pateó el trasero en nuestra propia casa?- le dió un palazo certero al bloque y este se derrumbó.

- Operadora 3.0 hubiera activado el sistema de defensa si la electricidad no se hubiera ido- Aurelio estaba sentando en el suelo con las piernas cruzadas, mientras analizaba miles de cables de diversos colores- esa cosa anuló sistemas críticos.

- ¿todo para qué?- se preguntó Bek- para estar adentro de Bruno- miré al suelo y me pregunté por enésima vez si había hecho lo correcto al contarles lo que había sucedido. Tenía miedo de que me vieran como una amenaza y me echarán del equipo. Todo lo que sucedió fue extraño. No tenía una respuesta lógica.

- créeme, Bruno te incita hacer locuras por estar dentro de él- me puse rojo de inmediato y miré a Lorenzo con vergüenza, no era el único, se hizo un incómodo silencio mientras todos alternaban su mirada entre ambos. Él siguió con su trabajo.

Bek me miró fijamente y sonrió pícaro. Le hice un gesto obsceno, se rió.

- quizás quieras contarnos lo que haces para que un hombre nos dé una paliza por estar dentro tuyo- me molestó el brujo- o le preguntamos a Lorenzo que parece saber.

Intenté contestar coherentemente y contraatacar con algo astuto pero me fue imposible, de mis labios solo salieron un par de balbuceos.

- ¡¿QUÉ DEMONIOS PASO AQUÍ?!- me caí de la escalera oír su voz colérica. La señora Morena Caballero, madre de María y Lorenzo nos miraba a todos como si quisiera hervir nuestros golpeados cuerpos en aceite.

- madre- se apresuró Lorenzo- sufrimos un ataque de grado cuarto, aún no sabemos con exactitud quién fue pero estamos en eso.

- ¡Bruno!- me levanté del suelo y por alguna razón me puse firme- ¡al despacho!.

La mujer comenzó a caminar a paso ligero y la seguí hasta allí algo inseguro. Al entrar a la habitación me di cuenta que no era cómo las demás. No era ni cálida ni acogedora, era todo lo contrario. El color gris de las paredes, las pantallas que colgaban de ellas, el escritorio con tres ordenadores. Parecía la oficina de un CEO.

- Bruno- Morena se sentó en el escritorio- ¿Sabes por que estás aquí?

- la verdad no- dije con sinceridad- y realmente no creo que este aquí porque le tenían afecto a mí madre.

Morena Caballero, una de los dos miembros con vida que quedaba del viejo Comando Yaguareté, era conocida por tener el absoluto control de sus emociones y jamás mostrar la mínima expresión. No obstante mis palabras la llenaron de sorpresa.

- eres inteligente.

- señora, esa cosa que vino me dijo que estaba listo- Morena cerró los ojos y soltó un fuerte suspiro- quiero que me cuentes todo lo que sabes sobre nosotros.

- ¿sobre los mundos?

- si.

- existen cuatro mundos que conviven totalmente aislados entre sí por milenios. El mundo mágico, el mundo humano, el mundo profundo y el mundo espiritual.

- muchas veces se producen choques entre sí.

- para eso están los convenios. Los cuarto mundos crearon tratados para asegurar la paz y la armonía.

- y nosotros nos dedicamos a asegurar que los tratados se cumplan. Pero como existe la DIES, que está para proteger al mundo también está la SCG que busca la caída de los tratados y del mundo.

- ¿a donde quiere llegar?- pregunté arto de repetir lo que los chicos me habían contado muchas veces.

- ¿Qué sabes de el antiguo equipo?.

- Bek me dijo que usted y otro más sobrevivieron.

- El antiguo comando estaba compuesto por las seis personas más poderosas que existían en ese entonces, éramos cinco mujeres y un brujo. Nuestra última misión era poner a salvo un collar maldito que por desgracia había caído en manos de la SCG. La misión parecía fácil, interceptar el punto de entrega y tomar el collar. Lo complicado vino cuando uno de los miembros de la SCG activó el collar- la mujer envejeció diez años- el collar era una fuente de poder que pertenecía a un poderoso espíritu. Al activar el artefacto despertó al ser y ella le concedió al miembro de la SCG la habilidad para derrotarnos a todos... Solo tres personas volvieron de esa misión, el brujo, yo y tú madre.

Morena guardó un minuto de silencio.

- el espíritu se llama Celestine, no sabemos mucho de ella. Solo tenemos un dato clave, la SCG busca cumplir sus planes con ella a la cabeza y para ello primero deben traerla a este plano- prosiguió.

- ¡buscan las fuentes de su poder!.

- el collar lo localizamos gracias a los poderes de tu madre- la miré sin entender- si queremos evitar que Celestine vuelva de entre los muertos ¡debemos destruir sus fuentes de poder en este mundo!.

- para eso necesitan mis poderes.

- así es, pero eso no es todo. La SCG comenzó a cazar a todos los psíquicos para evitar que lleguemos a los objetos antes que ellos. Tu madre murió en una redada por parte de la SCG.

Me llené de rabia. La SCG me había quitado a mí madre y las ganas de vivir de mí padre. De niño me había dado cuenta que papá no era feliz. Podía ver sus ojos tristes, lo ocultaba de mí pero sufría en silencio. La única vez que deslumbre algo de felicidad en sus ojos fueron los momentos antes de irse de este mundo. Sabía que se encontraría con ella.

- ¿Quién la mato?- pregunté al borde de las lágrimas. Necesitaba saberlo. Debía saber el nombre del asesino para vengar a mí familia.

- la venganza no es buena Bruno.

- ¡merezco saber la verdad!- grité. Las cosas a mí alrededor temblaron.

Espectros, Amores y Fantasmas (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora