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"La fortaleza depende de tu voluntad"

"La fortaleza depende de tu voluntad"

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Estábamos atrapados. Las lianas nos apretaban con fuerza y ninguno de los tres sabía cómo sacárselas de encima. Lorenzo estiró una de sus manos y tomó la mía. Supe lo que me decía, al menos no moriría solo, moriríamos juntos.

Charlotte acercó a Lorenzo y tomó el anillo .

— esto fue demasiado sencillo- se felicitó- mí señora me recompensará generosamente- alzó el anillo y lo observó desde la altura- ¡es hermoso!

Necesitábamos un milagro para salir con vida y poner ese anillo a salvo. Ese milagro tenía nombre: Marina.

El río escupió una lámina horizontal de agua hacia nuestra dirección cortando todo a su paso. La lámina cortó la yema de los dedos de Ave Blanca y la separó del anillo.

Volvimos a ser libres y aproveché la ocasión para defender a mis amigos. La tomé de la muñeca y penetré su mente.

Navegué por todos sus recuerdos y miedos, me fui a lo más profundo de su ser hasta encontrarme en una habitación vacía. No había puertas ni ventanas, solo azulejos, hasta en las paredes. En el medio de la estancia estaba Ave Blanca sentada.

— he visto tus recuerdos- hablé. Mí voz sonó con eco- y sé a lo que temes. No tienes escapatoria.

Me acerqué a una de las paredes y de un golpe rompí los azulejos, unas sombras aparecieron de las grietas y comenzaron a torturar con gritos y murmullos a Charlotte.

— no tendrás el anillo- dije firme y materialice una puerta para volver al mundo real.

— pequeño Bruno- dijo una voz. No era Charlotte, sonaba lejana y tenebrosa. La reconocí al instante era la voz del ático, la voz que me llevó al callejón- eres tan ingenuo.

— tú- dije- ¿Quién mierda eres?.

— La que renacerá para restaurar al mundo- respondió y acto seguido soltó un penetrante grito. El sonido me caló hasta los huesos y me arrojó con fuerza hacia la puerta. La penetré de un golpe y volví a la realidad.

Me estaba ahogando. Abrí los ojos y me incorporé lo más rápido que puede. Estaba en medio del río, todo empapado y tratando de sacar el agua que me había entrado en los pulmones. Miré en dirección a Ave Blanca y la vi tomando el anillo del suelo. Me miró y me dedicó una sonrisa. Luego desapareció, de un parpadeo a otro ya no estaba.

— ¿estás bien?- preguntó Lorenzo mientras volvía a la costa.

— me duele todo el cuerpo- por alguna razón la voz me había hecho doler hasta los dientes.

— fue raro. La tocaste y ella comenzó a tener convulsiones, creímos que habías atacado su mente pero luego saliste despedido hacia el río.

— ¿por qué no tomaron el anillo?- pregunté.

— lo intentamos- Marina lucía exhausta- pero una barrera invisible nos impedía ayudarte.

— será mejor que nos fijemos como están los demás- volvimos al complejo en silencio. Yo a penas podía mover los pies. Iba arrastrándolos. Lorenzo no estaba mejor que yo, cojeaba de la pierna derecha. Miré hacia el lugar en cuestión y tenía un horrible hueco sangrando en el muslo.

— ¡estás herido!- gemí- necesitas atención urgente. Te haré un torniquete.

Me rompí mí camisa y procedí a curar la herida. Marina me dio un poco de agua para lavarla. No sabía muy bien que hacer así que la limpié con agua y la cubrí con el pedazo de tela haciendo presión.

— eres un pésimo enfermero- dijo Lorenzo entre risas. Amaba que tuviera resistencia al dolor y se tomara la situación con humor.

Luego de una ardua caminata por el bosque llegamos al complejo. Habíamos hecho muchos destrozos. El alfa se encontraba en el suelo, entre las piernas de Bek.

— ¡al fin aparecen!- dijo Ank. Nos acercamos a ella y estaba en medio de un círculo de personas con bastones. Los brujos realizaban una especie de ritual.

— ¡¿Cómo puede ser que se escapó?!- gritó un brujo vestido con un mono Rojo y cubierto de joyas.

— veo que la Federación está aquí- dijo Lorenzo. El brujo de Rojo se acercó.

— Infernal- saludó a Lorenzo.

— Maledón. Recibieron la alerta.

— así es …fue rápida está vez- se lamentó el brujo- ¿Que hace el GC6Y aquí?- Lorenzo esquivó la mirada interrogante del brujo.

— es confidencial. No se me permite hablar- respondió Lorenzo.

— La Federación también financia al GC6Y y tiene banca en el directorio, así que también nos debes lealtad a nosotros.

— estamos en busca de objetos mágicos que pueden traer de vuelta a una poderosa bruja fantasma. La SCG también está en la misma carrera que nosotros.  Hicieron nuevos amigos al parecer.

— escapó hace semanas de prisión. Cómo sucedió no sabría decirte pero los Bastoneros la encontrarán.

Dejé a Lorenzo y Maledón en su conversación y me acerqué a Ank.

— ¿Qué te sucedió?- pregunté.

— esa vieja me atrapó en un hechizo que ralentiza el tiempo. Era como moverme en miel. Los chicos aquí, están contrarrestando el hechizo. ¡Maldita vieja bruja!- los magos soltaron un quejido- sin ofender amores.

— ¡por favor!- suplicó Bek. Miré al alfa entre sus piernas- resiste Kevin, ¡no te vayas a morir!.

— Bek, bebé. Si no logro curar la herida y muero quiero que sepas que te amo.

— no digas eso tonto- los ojos del Brujo se llenaron de lágrimas- ¡no te atrevas a morirte! ¡Tu manada te necesita! ¡Yo te necesito!- Bek colocó las dos palmas en la herida que tenía el lobo en el vientre y comenzó a murmurar algo en un idioma que no entendí.

— pobre María- dijo Marina mirando su estatua, un par de brujas murmuraban algo en una lengua extraña y lanzaban polvos a María- espero que vuelva a la normalidad.

Me sentí observado. Miré hacia el bosque y vi un lobo. El animal me hizo un gesto con el hocico para que lo siguiera. Brillaba bajo la luz de la luna. Parecía estar hecho de luar.

Sabía que no debía seguirlo pero lo hice de todos modos. ¿Qué más tenía para perder? Básicamente una anciana nos dió una paliza. Me guió hasta un claro llenos de rocas, cada una tenía escrito nombres. Era un especie de cementerio.

El lobo cambió de forma y se transformó en un robusto hombre.

— Bruno- dijo con voz gruesa- es un placer conocerte.

— ¿Quién eres?.

— eso no importa- respondió el hombre mirando la luna- mí tiempo en este mundo se acaba. No puedo permitirme perder tiempo. Sacó de sus bolsillos una piedra- toma, con esto encontrarás lo que buscas. Mí padre me la dio cuándo murió junto con el anillo. Fui su guardián en vida y en la muerte.

Tomé la piedra, no tenía nada de especial, era un simple piedra con un lobo grabado en la superficie lisa. Parecía una piedra rúnica que sabía tirar una de las señoras a quien le cortaba el pasto.

— ¿Qué debo hacer?- pregunté

— eso ya lo sabes- respondió el hombre y se volvió niebla. Se elevó en una columna hacia la luna.

— ¿para qué demonios puede servir una piedra?- me sentía frustrado, habíamos empezado mal. Habíamos perdido el anillo, la SCG llevaba 2 y nosotros 0.

Espectros, Amores y Fantasmas (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora