Espectros, Amores y Fantasmas (LGBT)

33.

Lo habíamos logrado, cruzamos la frontera con Chile. Solo nos quedaba llegar al desierto y liberar a Marina. Parecía tarea fácil... Bueno... No tan fácil... La captura de la Dama Roja me puso en modo optimista.

— No tenemos ni planos del complejo... ¿Cómo sabremos dónde buscar?- se quejó Aurelio.

— mi amor, ¡baja la voz!- lo retó su chica.

Tomamos una mesa en McDonald's porque el viaje nos había dejado hambrientos. Cruzar la frontera de forma ilegal parecía fácil pero no lo fue, sin contar los Gendarmes. La DIES y la SCG habían montado todo un operativo entre los Andes.

— me preocupa el incremento de tropas en la zona- habló Lorenzo- la SCG tiene algo grande entre manos... ¡Nunca se habían atrevido a salir tantos al mismo tiempo!.

— es obvio que solo les falta un objeto y como también es obvio deben saber lo de La Dama Roja- observó Ank.

— esto va más allá- dijo Bek mirando había afuera- siento un desbalance en la magia, algo oscuro se acerca.

— cuando tengamos a Marina veremos qué hacer- dije- por el momento enfoquemos todos nuestros pensamientos en buscar la forma de entrar a la cárcel.

— la cárcel debe ser subterránea- dijo Aurelio desde su laptop- tengo dos satélites observando el desierto y no encuentro nada... Utilizaré un  escáner más avanzado para ver qué hay debajo de la tierra.

— ¿nos podrá dar un plano sobre el lugar?- pregunté.

— muy impreciso- respondió- si tuviera acceso a la base de datos de la SCG quizás podría...

— levantarás sospechas- Ank se puso serio- y nos esperarán con un ejército.

— ya saben que vamos- dijo Bek- ¡y apuesto mí vida que nos están esperando!.

— ¿Cómo podremos entrar a la base de dat...- Lorenzo me arrojó al suelo, las cosas a mí alrededor comenzaron hacerse añicos.

— ¡la concha de la lora!- insultó María- nos encontraron- tiró la mesa y comenzó a disparar.

Lorenzo me arrastró hacia la barricada improvisada de su hermana.

— ¿cuántos son?- le preguntó.

— nueve, cinco en el local y cuatro esperan en el estacionamiento. ¡Debí verlo venir!.

— ¡Bek!- llamó Lorenzo- Bruno... ¿Podrían con los de afuera?.

Bek me tomó de la mano y salimos agachados mientras Ank nos cubría. Llegamos al estacionamiento y comenzaron los disparos. Mí amigo brujo creó un escudo para protegernos. Solo uno de los agresores disparaba, los demás sólo nos miraban con una sonrisa llena de dientes.

— ¿No es raro que no disparen los demás?- pregunté.

— Bruno son...

— ¡Lobos!- dije mientras vi como uno se transformaba y se lanzaba sobre nosotros. Empujé a Bek y nos dividimos. Me oculté detrás de un auto para huir de los disparos.

Los otros dos lobos restantes se transformaron y rodearon al tipo del arma. El lobo que atacó primero se arrojó contra Bek.

— ¿Que esperáis Weon?- dijo el tipo del arma con un marcado acento chileno- ¡a por él!.

Los dos lobos olfatearon el aire y corrieron a mí encuentro.

— ¡está bien!- dije- ¡si así serán las cosas! ¡Al estilo Jedi!- alcé mí mano derecha y levanté un auto con el poder de mí mente y se los arrojé. Los lobos eran ágiles y lo esquivaron. El tipo del arma comenzó a dispararme. Arranqué un pedazo de puerta de auto para cubrirme.

— ¡Esto no puede empeorar!- los dos lobos se lanzaron contra mí cuerpo y a duras penas logré escabullirme debajo de ellos y busqué refugio debajo de un vehículo. No duró demasiado, un lobo lo levantó sin esfuerzo y lo tiró lejos.

Ya sin muchas esperanzas hice lo impensable lo levanté con el poder de mí mete y lo ahorque. El otro lobo retrocedió.

— ¡Ahí te va!- le dije al tipo del rifle y se lo arrojé.

Para mí mala suerte me olvidé del segundo lobo y este me tiró al suelo y me clavó las garras en el brazo. Me moví a tiempo para evitar que cortara mí cabeza. Arranqué los techos de dos autos y lo envolví como si fuera un canelón.

— ¿Bek?- miré hacia mí alrededor y vi a mí amigo acabado con el lobo que había arrojado.

— es tu turno- le dije al que tenía atrapado. Una tercera lamina se desprendió del coche más cercano a alta velocidad y le cortó la cabeza.

El tipo del arma se dió a la fuga pero bek le lanzó un haz de luz y quedó paralizado.

— ¡bien hecho!- le dije.

Dentro del local se oían disparos, fuimos a ayudar, pero Lorenzo y María se arrojaron por la ventana. El chico traía a Aurelio debajo del brazo. Luego hubo una explosión.

— ¡Ank!- grité.

La chica salió como si nada de las llamas.

— atrapamos a uno... quizá tenga algún tipo de acceso a la Base de Datos- dijo Bek.

— ¡bien hecho!- celebro Ank.

María rompió su remera y comenzó a vendar la herida que Aurelio tenía en una pierna.

— te sacaremos la bala en cuanto lleguemos a la cabaña- le prometió, el de anteojos solo asintió con la cabeza.

Unos brazos fuertes me atraparon.

— ¡estás lastimado!- me dijo mientras miraba mí herida en el brazo- un lobo me clavó sus uñas.

Lorenzo se rompió la remera y cubrió mí herida.

— ¡es hora de irnos!- dijo Bek mientras se oían sirenas que se acercaban.

Llegamos a la cabaña que habíamos alquilado. María tomó el botiquín de primeros auxilios y comenzó a curar a su novio, Lorenzo hizo lo mismo conmigo.

— Ank, fíjate si ya se le pasó el hechizo a nuestro prisionero- pidió Lorenzo. Ank accedió.

— está despierto- informó la chica.

— será difícil sacarle la información que queremos- dijo Bek.

— yo puedo- dije- puedo hacerlo hablar.

— ¡ni hablar!- se opuso Lorenzo- ¡Estás lastimado! ¡Tienes que descansar!.

— lo haré después de sacar la información- dije firme.

— yo soy el líder y yo doy las órdenes- ¡Dios! Parecía un niño de lo obstinado.

— ¡lo haré igual!.

— ¡Bruno a Descansar!.

— ¡la pueden cortar!- se quejó Bek- parecen dos idiotas... Lorenzo no estamos en una novela, así que deja el papel de fuckboy posesivo y sobreprotector. ¡Esto es una guerra!

Me levanté con el brazo vendado y me acerqué al prisionero.

— ¡muy bien!- dije- veamos que secretos guarda esa preciosa cabeza tuya.