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— bebe un poco, no te hará nada- dijo Bek mientras me servía un poco de sidra- después de todo este triunfo es tuyo

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— bebe un poco, no te hará nada- dijo Bek mientras me servía un poco de sidra- después de todo este triunfo es tuyo.

Había logrado engañar a la perra de Dama Roja con mí plan y el collar ahora estaba en  una bóveda de máxima seguridad debajo de la casa, para mayor seguridad arriba de ella vivíamos nosotros: seres con habilidades especiales.

— creo que hay que darle el crédito a Aurelio, él evitó que muchos petardos nos hundieran- Aurelio me miró sorprendido e hizo un gesto de gracias algo torpe.

— nos cagamos en La Dama Roja. Y esa mujer es una perra mayor- celebró Ank.

— Ank, entiendo que estés féliz pero La Dama Roja es la abuela de Lorenzo y María- reprendió suavemente Marina- ten un poco más de cuidado.

— no importa Marina... Sé que mí abuela es una perra- dijo la hermana en cuestión luego de tomar un poco de fernet con Coca.

— deberíamos estar preparados para la próxima fase de la misión- dijo Lorenzo- ¿cómo es posible que no recordemos nuestros nombres claves?. ¡Parecemos novatos!

—  Lorenzo, cielito, si quieres tener cara de culo bien, pero lejos de aquí que arruinas la fiesta- pidió no tan amablemente Ank.

— ¿qué le pasa a Ank?-preguntó Marina a Bek.

— las victorias la emborrachan- respondió el Brujo.

— me largo- gruñó Lorenzo y subió hacia las habitaciones.

Suspiré molesto y lo seguí.

Nos aguardaba una gran conversación.

Desde que un helicóptero de la DIES nos rescató de morir congelados en pleno Atlántico Sur, no habíamos hablado. Por supuesto que no. El chico había omitido un pequeño detalle que me enojaba SU abuela HABIA MATADO a mí madre.

Me había quitado la posibilidad de conocerla,

Le había quitado a mí padre felicidad.

Había arruinado a mí familia.

Y tenía que pagar.

Y él, muy maldito me había detenido para que no acabará con ella.

Abrí la puerta de nuestra habitación y lo encontré en el lado de su habitación. Acostado en su cama leyendo un libro. Me miró fijamente.

— pensé que te quedarías más tiempo en la fiesta.

— nunca salí a una fiesta pero estoy seguro que un par de chicos tomando alcohol y pizzas no es una fiesta.

— si hay música, alcohol y perreo- contestó fríamente- lo es.

— ¿Cuándo planeabas decírmelo?- me miró incómodo.

— no es algo que me enorgullece.

— merecía saberlo.

— tuve mis motivos Bruno- dejó de prestarme atención, se centró en el libro.

— te interpusiste en mí camino. La protegiste- acusé.

Soltó una media carcajada, casi parecía un quejido. Lanzó el libro a mí cama y me miró fijamente de nuevo.

— ¿Crees qué porque un espíritu te enseñó a controlar tus poderes de forma acelerada podrías con ella?. ¡Estás loco!. No tienes oportunidad. ¡Eres un novato!. Si te detuve era para que ella no terminara el maldito trabajo que empezó.

— no soy el campesino débil que encontraste en ese pueblo. Cambié, soy más fuerte.

— ¿Sí?- su sonrisa parecía sádica- veamos que tan fuerte eres.

Antes de poder reaccionar se levantó de la cama, me tomó del brazo y me arrojó al suelo. No lo vi venir, estaba en su mente pero no logré anticipar el ataque.

— ¿Ves?- me dijo mientras me apretaba contra el suelo- sin tus poderes no eres nada en este juego.

— ¡Sal de encima mío!- me obedeció de mala gana- ¿Qué te sucede?.

— mató a tu madre- dijo- por eso no te dije la verdad. Madre me contó su conversación contigo y me pidió que te dijera. Merecías saberlo pero no quise hacerlo.

— ¿Por qué?- pregunté.

— desde un principio le pedí a madre que no te dijera nada- me enfureció. ¿Acaso no merecía saber lo de mí madre?. ¡La memoria de mí madre merecía ser salvada! Y él quería ocultarlo todo como si eso me ayudara en algo. Mí madre me había legado una parte de ella y él pretendía ocultar gran parte de eso.

—¡lo más cruel que pudiste hacerme!

— te hice un favor.

— ¡no saber que le pasó a mí madre es un gran favor!- dije con  sarcasmo- ¡perdí la paz cuando me enteré que mí madre había muerto asesinada! ¡Perdí la paz cuando me dí cuenta que papá tenía que vivir con todo eso solo… para protegerme!.  ¡¿Acaso eso es un favor?!.

— Lo siento Bruno... Pero no puedo permitirme perderte- sus palabras me tomaron desprevenido- si sabías la verdad irías tras ella y eso será tu perdición. Ella no es como el resto. Ella es letal.

— ¡claro que iré tras ella!

— no, si puedo evitarlo. No dejaré que te ponga una mano encima. Nunca.

— ayúdame acabarla.

— no puedo hacer eso.

— no te entiendo Lorenzo- intenté acercarme pero me apartó.

— es normal que estés molesto conmigo por no decirte que era mí abuela.

— no estoy molesto- mentira, lo estaba y mucho- algo dolido.

— quisiera que las cosas fueran de otro modo pero no lo son. Te has burlado de la mujer más peligrosa del mundo, serás su blanco principal.

— ¿A dónde quieres llegar?.

— la próxima salida no vendrás con nosotros, te quedarás con Aurelio. Aquí estarás más seguro.

— ¡No lo dirás en serio!

— esto es muy serio Bruno.

— no puedes pedirme eso... ¡Soy importante para la misión!.

— trabajarás desde aquí- le di un empujón. Lo miré desafiante, él nunca me devolvió la mirada.

— no me quedaré aquí.

— el equipo acatará mis órdenes. Soy su líder y sé lo que hay que hacer.

— Somos Yaguaretés Lorenzo, somos un equipo, luchamos juntos. ¡Somos las bestias salvajes que protegen a los mundos de los malos!

— tu slogan no me hará cambiar de opinión. Y se acabó la discusión.

— ¡No puedes tratarme así!. Porque seamos algo no te da el derecho de intentar "protegerme" como si fueras un novio tóxico.

— madura Bruno. Lo nuestro es... Fue solo algo temporal, sin compromisos.

— ¡no es cierto!- mis ojos comenzaron a humedecerse- ¡Dime qué no es verdad lo que dices!.

Evitó mirarme. Pronunció todas sus palabras con un frío incalculable, pero no me miró en ningún instante. Tenía la vista pegada al suelo.

Sabía que mentía. Aún si protegía su mente de mí.

— lo siento- susurro antes de dejarme solo en nuestra habitación. Me arrojé a mí cama y comencé a llorar.

Todo esto era una mierda.

Espectros, Amores y Fantasmas (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora