Lucerys VI

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La primavera ha llegado entre las nieves.
No creas, sólo sé,
que he dejado aquí la pasión, y he ganado la pena.
Con boca de espanto: "saluda viejo amigo".

здравствуй ― перемотка (Traducción propia)

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Jace y él han sido buenos hermanos. Desde siempre, Luke ha considerado que su lugar está al lado de Jace, apoyando sus decisiones y sus luchas. Esta es la razón por la que, el lunes en la mañana, no sabe reconciliar esto con el hermano que ve en la mesa del desayuno, revolviendo el cereal sin levantar la vista.

Su madre, sentada del otro lado de la mesa, mira a Jace con los ojos colmados de lágrimas. Ninguno ha podido pedir disculpas como se debe, Lucerys ni siquiera puede ponerse del lado de alguno. Sigue enojado, no puede conciliar lo que pasó con Jace con sus propios sentimientos. Se odia. Odia a Aemond. Odia a sus padres. Todos están tan dispuestos a mantener una fachada que se lastiman sin tener pensar en los otros.

Sale de casa sin desayunar. Papá Harwin es quien lo lleva al colegio, puesto que Laenor se ha comprometido a ser responsable de Jace hasta que todo encuentre su equilibrio. Es una decisión muy propia de sus padres, el dividir los frentes para evitar los choques innecesarios. Hay un momento, cuando su padre dice que "necesitamos recordar que somos familia" en el que su lengua tiembla y quiere contarle todo... que ha estado viéndose con Aemond, que estaba haciendo en el lago con él, que tiene el corazón roto y no sabe qué hacer con ello.

Evita la tentación recordando que no es su lugar quitar la atención del verdadero problema: el sobrino o sobrina que se gesta en el vientre de su tía. Él y Aemond pueden volver a su animosidad tensionada, con miradas incómodas de lejos, no será un cambio muy notorio a lo que vivían un par de meses atrás.

Se despide de su padre prometiendo ir a casa temprano y llamar si necesita salir de clase.

Pasa la mañana concentrado en sus materias, pensando en formas de ordenar cadenas proteicas. No tiene ganas de hacer nada más que transcribir lo que sea que le solicita su profesor, perderse en la maraña de palabras entretejidas de Penthossi y Ponienti.

Salir a almorzar es una tortura.

―¿Pasó algo malo? ―Kermit, a pesar de su clara negativa, sigue siendo un atento compañero―. No te ves como tú.

Una parte suya, la más primitiva, desea lanzarse a los brazos de este hombre afectivo y suave. ¿No lo recibiría con la gracia que pretende merece? ¿No sería aquello que ha fantaseado siempre por obtener? La respuesta es "No", aunque intente convencerse de lo contrario. Su única necesidad física es Aemond, el Aemond que le mira con odio y le trata con deseo.

―Hay problemas en casa ―es lo que puede articular―. Nada grave, pero si ha sido un poco sobrecogedor.

El chico le da una mueca de comprensión, una que pretende decir que así son las familias. Luke podría decirle al menos tres razones, científicas, por las cuales su familia es diferente de las demás, pero no se atreve. Eso sería una justificación más que innecesaria de sus propios pensamientos, donde la culpa ha dado paso a justificaciones extravagantes.

―Si quieres, podemos ir al cine. ¿Te puedes saltar tu clase de valyrio?

La idea de ver a Aemond le emociona y duele por igual. No puede con ello, no ahora.

―Sí, he mejorado lo suficiente como para que mi qȳbro no me moleste ―Kermit frunce el ceño ante la palabra en idioma desconocido.

―¿Es la palabra para maestro?

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