Un año para enamorarte | JeffBarcode

Capítulo 2

—Creo que hemos bebido lo suficiente, dije tomando el hombro de mi amigo, que pese a ser pequeño, bebía como camionero —Me iré a dormir.

— Aún es temprano Barcode, dijo tomando mi mano y volviéndome a sentar — Es tu cumpleaños, no seas aguafiestas.

—Dices eso, porque tú no tendrás que viajar con resaca, dije recibiendo el vaso de tequila que me había colocado en la mano — El último y me iré a la cama.

—Vale, dijo contando hasta tres para que bebiéramos al mismo tiempo, apenas lo hice, sentí como el licor quemó mi garganta y calentó mi sangre —Mañana te iremos a dejar al aeropuerto con Bible.

—No es necesario, tu no despertarás mejor que yo, dije poniéndome de pie y afirmándome en el sillón, entendiendo que ese chupito no había sido buena idea.

—Claro que es necesario, iré a despedir a mi mejor amigo, al que no veré quizás en cuanto tiempo, dijo en tono dramático.

Moviendo la cabeza sonreí, le di un beso en la frente y me dispuse a caminar hasta la habitación, de pronto el camino se empezó a mover, mi vista se volvió borrosa y mi ritmo cardíaco se aceleró, con calma me afirme en la pared y empecé a tomar mi pulso, el alcohol no era un buen consejero ya que cada vez que llegaba a 20, perdía el lapso del tiempo o el ritmo de conteo, cuando descarte que estuviera sufriendo un infarto, volví a colocarme derecho, pero eso hizo que mi mundo se diera vuelta, mis rodillas perdieron consistencia y caí, extrañamente mi cuerpo nunca llegó al suelo, o quizás estaba tan borracho que no lo sentí.

Un exquisito olor a fresco, entre colonia y after share inundo mis sentidos, pero fue una suave y masculina voz la que logró poner mi piel chinita — Tranquilo muñeco, te tengo, no te preocupes todo estará bien, dijo alguien cerca de mi oído y si bien debía estar alerta, sus palabras lograron tranquilizarme y fueron lo que necesité para dejarme caer al vacío de la inconsciencia que me estaba llamando.

♤

Estiré los músculos de mi cuerpo, como si fuera un gatito al sol, la cama que me abrazaba era tan cómodo que no tenía ánimos de abrir los ojos, sin embargo, sabía que tenía un viaje que hacer, no sé cómo logré despertar antes que sonara mi alarma, pero era una ventaja ya que tendría tiempo de ducharme y hacer que Build se levantara, al pensar en la resaca que tendría mi amigo sonreí.

Finalmente abrí los ojos y me dediqué a mirar el techo, de pronto me di cuenta de que las vigas a la vista eran hermosas, pero no era algo que haya visto ayer, con lentitud recorrí las paredes de un profundo azul, muy distintas a las blancas y pulcras de mi habitación de hotel, cuando descubrí que estaba en un lugar que no reconocía, me senté de golpe, haciendo que un fuerte dolor de cabeza me golpeara.

Sin prestarle atención a las náuseas y jaqueca, me puse de pie, en ese momento, observe que estaba vestido sólo con unos bóxers y una camisa que me quedaba muy grande, muestra clara de que no era mía, sintiendo que en cualquier momento me desmayaría, caminé a la gran puerta negra, con temor giré la manilla y casi di un salto de felicidad cuando esta se abrió, quizás solo había visto muchas películas de terror y mi mente aún alcoholizada me había hecho imaginar un escenario terrible.

Con cautela caminé por los grandes pasillos, sin lugar a duda esta era una gran casa, juro que, si no estuviera en esta extraña situación, me hubiera encantado recorrer y ver todo con calma y detalle.

Cuando llegué al elegante salón, vi a un hombre sentado frente a una gran chimenea, sin hacer ruido me acerqué a su lado y pude comprobar que tenía hermosas facciones, era un joven de unos treinta y tantos, piel blanca y lechosa, cabello castaño, nariz recta, mandíbula masculina y labios muy lindos, sin lugar a dudas era un chico alto, quizás de mi porte o unos centímetros más alto que yo, al menos sus largas piernas estiradas sobre la alfombra, me hacían pensar eso, sin embargo su cuerpo era musculoso, claramente mucho más trabajado que el mío.