Capítulo 7

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Me miré al espejo y los moretones ya se habían borrado de mi cuerpo, quedando un casi imperceptible circulo violáceo cerca de mis costillas, la paliza de los hombres de Ta, habían sido severa, pero me había traído muchas cosas buenas, el moreno se había abierto y estaba muy preocupado por mí, al punto que casi no se despegaba de mi lado.

Con una sonrisa lo vi jugar en el patio con los niños, su cabello negro se movía con el viento y debido al ejercicio que hacía, suspirando cerré la ventana del cuarto y bajé.

Con rapidez llegué al patio y me senté en la mesa a desayunar, cuando llevaba la mitad de un omelete en el estómago, unos brazos se cruzaron por mi pecho y unos labios suaves tocaron mi mejilla.

— ¿Cómo te sientes?, dijo Barcode en un susurro, con un suspiro tomé su cuerpo y lo senté en mi regazo —Tu ceja está completamente cicatrizada.

—Estoy bajo el cuidado de un excelente médico, dije metiendo mi nariz en su cuello y absorbiendo su aroma —Me siento magnifico muñeco.

—Me alegra escuchar eso, dijo acariciando mis cabellos, yo en ese momento, podía ronronear como gatito al sol —Jeff, ¿ese hombre que te golpeó no es un peligro verdad?

—Muñeco, nadie te tocará un pelo mientras estés conmigo, dije haciendo que me mirara —No tienes que estar asustado o preocupado.

—No lo digo por mi Jeff, dijo el tocando mi mandíbula —No quiero que vuelvas a estar en peligro por mi culpa.

—No es tu culpa ser perfecto, dije acariciando su cuello y disfrutando el temblor que recorrió su cuerpo —Y que todos los idiotas, caigamos rendidos a tus pies.

—Exageras, dijo el besándome con suavidad, sus labios eran suaves, tentadoramente sensuales y muy dulces, debido al bálsamo labial sabor a cerezas que ocupaba, me encantaba como el cuerpo del moreno reaccionaba a mi tacto, no habíamos pasado de los besos y algunas caricias sobre la ropa, sabía que nuestro encuentro sexual era inminente, había tanta tensión y química entre nosotros, que podíamos calentar a cualquiera que estuviera cerca.

¿Dónde has vivido todo este tiempo Barcode?, dije acariciando su trasero descaradamente — ¿Qué no sabes lo tentador y sensual que eres?

—En un hospital, con ojeras y trajes ridículos, dijo moviendo sus caderas contra mi semi erección, sin poderlo evitar, gemí sobre su cuello —Es mejor que nos detengamos, hay niños cerca.

—Lo se bebé, es sólo que me vuelves un poco loco, dije suspirando mientras afirmaba mi cara en su hombro.

— ¿Un poco?, dijo enarcando una de sus cejas y sonriendo con picardía.

—Tienes razón, dije dándole un pico en los labios —Me vuelves completa y absolutamente loco.

—Phi Barcode, es nuestro turno de contar, dijo mi hermanita jalando del brazo al moreno, haciendo que se levantara de mis piernas, para volver a jugar con los niños, antes de desaparecer, el pelinegro se dio vuelta y me cerró un ojo, ese pequeño gesto, hizo que mi miembro punzara dentro de mis pantalones.

En silencio terminé de desayunar y me fui a trabajar a mi despacho, por suerte los negocios legales que mantenía iban viento en popa y los ilegales, los había reducido considerablemente, lo suficiente para seguir teniendo poder y seguridad, pero también para mantener mi conciencia un poco más tranquila.

—Nos llegó información, de que llegará un cargamento de personas desde Corea, dijo Mile sentándose frente a mí —Será en tres noches, aún no sabemos si están involucrados nuestros queridos amigos Sarucha, pero hay altas probabilidades, de así sea.

Un año para enamorarte | JeffBarcodeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora