Capítulo 13

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Mis brazos estaban helados y adormecidos, traté de refregarme los ojos, pero no pude hacerlo, apenas intenté enfocar mi vista en algo, un dolor de cabeza monumental me asaltó, el olor a humedad me invadió y me dieron arcadas, cuanto intenté tapar mi nariz, descubrí que mis brazos estaban encadenados sobre mi cabeza y sólo eso me mantenía en posición vertical

De pronto las últimas horas llegaron a mi mente, tenía una reunión con Mild Sarucha y nos emboscaron antes, giré el cuello y vi a mi amigo en las mismas condiciones a mi lado —Mierda Boss, despierta, dije moviendo mi cuerpo y tratando de tocarlo con mis piernas, lo cual se dificultaba por la distancia a la que estábamos, el movimiento hizo sonar las cadenas con fuerza y que mis hombros y muñecas dolieran.

Impulsándome una vez más, logré golpear las piernas de mi amigo, haciendo que este se quejara. Unos minutos después despertaba igual de desorientado y adolorido que yo — ¿Dónde estamos Jeff?, preguntó con la boca seca.

Cuando iba a contestar, que no tenía puta idea, una voz ronca me interrumpió —Despertaron las bellas durmientes, dijo el hermano mayor de los Sarucha —Creo que ocupamos mucho sedante, para traerlos hasta acá.

—No sabía que te gustaban estos juegos Mild, dije tratando de que mi voz sonara segura —No somos niños, porque no nos sueltas y hablamos como personas civilizadas.

— ¿De la misma forma en que hablaste con mi hermano menor?, dijo casi escupiendo las palabras — ¿Le diste posibilidad a mi hermano de hablar?

—No he visto a tu hermano menor, dije con cansancio, mis músculos pedían un descanso —No te mentiré, mi idea era matarlo, pero llegamos a su cuarto cuando ya estaba en el otro mundo.

—No me mientas pedazo de mierda, dijo golpeando mis costillas con su puño cerrado —Te haré sudar y llorar sangre, desearás la muerte con cada célula de tu cuerpo, pero no la tendrás, hasta que crea que es suficiente y que has pagado con creces la muerte de mi hermano.

—No soy un tipo fácil de quebrar, dije tratando de recuperar el aire que había perdido con el golpe —Puedes torturar, destrozar o matarme, eso no quitará el hecho de que yo no maté a tu hermano.

— ¿Crees que soy idiota?, dijo golpeando de nuevo, por reflejo encorve mi cuerpo, tratando de proteger mi costado, lastimando con fuerza mis muñecas —Mataste lo único que me quedaba.

De ahí dejó de hablar y se dedicó a golpearme por todos lados. Durante minutos me sentí como un saco de box, el dolor ya estaba ramificado en toda la parte superior de mi cuerpo, me faltaba el aire y la boca me sabia a sangre. Los gritos de Boss invadían el lugar, exigiendo que me dejaran de lastimar, tales exigencias se volvieron en ruego, cuando sintió el sonido de una de mis costillas al quebrarse resonando por todo el lugar, el dolor fue tan profundo que pensé que me iba a desmayar, pero no tuve esa suerte.

Los golpes cesaron y me sentí malditamente feliz por ello, el aire de a poco empezó a llenar mis pulmones y el pitido en mi oído se iba yendo lentamente, un fuerte grito a mi lado me hizo sentir un escalofrío en todo mi cuerpo, giré mi cabeza para ver como un hombre grande que no había visto antes enterraba una pequeña navaja entre las costillas de Boss.

—Son unos malditos cobardes, dije desesperado —Suéltenos hijos de puta y peleen como hombres.

Las lágrimas empezaron a nublar mi vista, no podía hacer nada por defender a mi amigo, su cuerpo estaba cubierto de sangre y se notaba a leguas que respirar era doloroso, quizás la navaja había lastimado un órgano vital y eso le impedía oxigenarse con normalidad —Enfócate en mí, quien mató a tu maldito hermano fui yo no Boss, dije lo primero que mi mente creyó que serviría para que dejaran de lastimar al pelinegro.

Un año para enamorarte | JeffBarcodeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora