Capítulo 5

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—Te pediría la cara para hacer amigos, pero de seguro los espantaría a todos, dijo Boss sentándose a mi lado — ¿Qué te tiene tan mal?

—No bromees, no estoy de ánimo, dije sonando demasiado borde.

—Puedo verlo, dijo echando leche a sus cereales — ¿Por qué no me dices que te tiene así, puede servir para que te desahogues?

—Me pegué 20 minutos bajo el agua congelada para bajarme el calentón que me metió Barcode, dije molesto de sólo recordar, lo agradable que se había sentido frotar mi cuerpo contra el suyo.

—Así que todavía no puedes llevar al muñeco a la cama, dijo el pelinegro riéndose —Te está fallando el encanto Jeff.

—No es que no haya podido llevarlo a la cama, es que me pone a 100 y después me deja con las ganas, dije bebiendo un café tan amargo como había empezado mi mañana —Tengo la polla dolorida de tanta erección sin final feliz.

—Pues follate a otro, ¿no me digas que en este tiempo que Barcode está aquí, no te has follado a nadie?, dijo enarcando una de sus cejas, cuando vio mi cara, abrió los ojos sorprendido — ¿Piensa convertirte en monje o qué?

—No hables idioteces Boss, dije sintiendo que hablar con mi amigo, sólo me estaba enojando más —No quiero a nadie que no sea Barcode.

—Pues te tiene bien agarrado de las bolas el moreno, dijo en un suspiro —Yo que tú, le enseñaría que no te tiene comiendo de su mano.

—Dejemos de hablar de mí y mejor cuéntame, que te traes con Noeul, dije sirviéndome más café y disfrutando de la cara de estupefacción que pusó mi amigo —No te hagas el desentendido, que se te cae la baba cuando miras al muchacho.

—Tengo ojos Jeff, el crío esta como quiere, dijo estirando el cuello —Pero tú sabes que el amor no va conmigo.

—Yo decía lo mismo, hasta que llegó Barcode, dije suspirando con frustración.

—Y mira cómo te tiene amigo, dijo riéndose nuevamente de mi —Porque no vienes conmigo a trabajar, así te olvidas de tu demonio de ojos negros.

De ahí en más, anduvimos recorriendo las tierras donde se construirá la casa para los niños, estaban avanzando muy rápido, lo cual me llenaba de alegría, los niños siempre habían sido mi debilidad, ellos merecían ser felices y tener una niñez sencilla donde pudieran jugar, estudiar y hacer amigos.

Después de eso, tuve dos reuniones con unos accionistas, desde que había ingresado al negocio me había negado a abandonar los negocios lícitos que tenía mi familia, ya que pretendía vivir de ellos cuando nos retiráramos.

Llegué a casa cerca de las 22:00, estaba agotado y hambriento, fui a la cocina y me hice un sándwich, era tanta mi hambre, que antes de llegar al cuarto me lo había comido, quería darme una ducha y acostarme con mi moreno, le pediría disculpas por mis malas palabras y esperaba que me dejara dormir con él.

Abrí la puerta y todo estaba a oscuras, cuando mis ojos se adecuaron a la oscuridad, vi que el cuarto estaba vacío, había ropa tirada sobre la cama y no había señales de Barcode, con el corazón en la boca bajé, en el camino me encontré con Boss.

— ¿Dónde está Barcode?, dije sin pararme a conversar con él.

—Si no sabes tú, ¿cómo voy a saberlo yo?, dijo tratando de bromear.

—Barcode no está, déjate de molestar y ayúdame a encontrarlo, dije enfurecido, cuando estaba a punto de salir, uno de mis hombres se me acercó.

Un año para enamorarte | JeffBarcodeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora