Parte de la mañana fue tranquila. Fuimos a desayunar y luego nos sentamos a analizar lo que había sucedido.
-Mjm, esto es una locura -dijo Román mientras sacaba un chocolate de la máquina expendedora.
-¿De qué rayos hablas ahora? -preguntó Tej, frunciendo el ceño.
-Es que estoy mirando estas imágenes y me parece que son como nuestros gemelos malvados. Mira, este tipo negro aquí es guapo, obviamente soy yo. Y tenemos un Hobbs en versión blanca, este es Han, y mira, Tej, con gorra, casi como tu mini copia. -Señaló con una sonrisa hacia Letty-. La pelinegra es Valeria, igual de ruda y guapa. -Se rió, negando con la cabeza-. Oye, Brian, ¿y esta sesión de fotos cuándo fue?
Brian le sacó el dedo medio a Román, provocando risas entre el grupo.
-Todos sabemos que eres la rubia bonita -solté una pequeña risa.
-Lo ves, Val sabe que tengo razón. ¿No es así, Val?
-Román tiene razón -respondí, mientras él me miraba con una sonrisa triunfante-. Eres la rubia más bonita de aquí.
Un coche llegó y todos nos giramos a verlo. Hobbs bajó, con una expresión seria.
-Todos, escúchenme. Hay dos cosas importantes. Primero, esta es la peor ciudad para combatir el crimen; hay cámaras de circuito cerrado en cada esquina. Segundo, tengo el video del ataque. Analicémoslo y veamos qué podemos averiguar.
Hobbs le entregó un disco a Tej.
-¿Qué es lo que sabemos? -preguntó Dom, ansioso.
-Sabemos que tienen motores especiales. Escuchaste cómo cambiaban de velocidades.
-Transmisión secuencial -confirmó Dom, asintiendo.
-La verdad, no parece un motor cualquiera -agregó Brian.
-Era un turbo diésel -dijo, pensativo.
Era evidente que hablaban de los autos extraños que traía Owen.
-¿Vieron cómo soportó los golpes? ¿Y aún se mantuvo en las cuatro llantas?
-Sí, hidráulica -dijo Tej, con los ojos entrecerrados.
-O suspensión magnética -dijimos Brian y yo al mismo tiempo, sorprendidos por el hallazgo.
-Pero, ¿quiénes tienen acceso a esos componentes? Y más aún, ¿quién puede fabricar algo así?
-Pocos talleres mecánicos en Londres -respondió Brian, pensando en voz alta.
-No un taller cualquiera. Tenemos que profundizar. Han, Gisele, Valeria, Román, es su turno. Si encontramos a quien hizo esos autos, encontramos a Letty.
-Los acompaño -dijo la oficial, pero no me sentía cómoda con su compañía.
-Oh, no hay suficiente espacio en el auto, así que mejor me quedo -dije rápidamente. Román, Han y Gisele me miraron con confusión.
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Rapidos y furiosos: Una historia de amor
FanfictionSi el peligro corre por tus venas, no importa cuánto te escondas: eventualmente te alcanzará. Lo aprendí cuando me enamoré de un policía, el tipo de hombre que juró proteger y hacer cumplir la ley. Pero el amor tiene una forma curiosa de retorcer lo...