Corrí varias cuadras, esquivando autos y peatones, hasta que finalmente los encontramos.
—Entrégamelo, O'Conner —exigió Dom, apuntando a Brian con su arma.
—Si lo quieres, tendrás que dispararme —respondió Brian, firme, sus ojos llenos de resolución. No había miedo, solo aceptación.
El sonido del disparo perforó el aire, una única bala impactó en el pecho de Brian. Él cayó al suelo, como si el mundo entero se detuviera.
—¡Noooooo! —grité desesperada, lanzándome hacia él—. Amor, por favor, quédate conmigo... —Intenté hacer presión en la herida con las manos temblorosas—. ¡No me dejes, por favor! —Suplicaba, pero ya era tarde. Brian no me respondía. No me escuchaba. Su sangre manchaba mis manos y mis lágrimas caían sobre su rostro inerte—. No me dejes...
—Tenemos que irnos o nos atraparán —dijo Hobbs con urgencia, pero su voz sonaba distante, como si llegara desde otro mundo.
—¡No me importa! —grité furiosa, sin apartarme de Brian—. ¡Que me lleven si quieren! ¡No me voy a ir sin él!
Hobbs se acercó y me tomó del brazo, tratando de arrastrarme.
—Por favor, no hagas esto más difícil, Valeria —me dijo, con una calma que me enfurecía más.
—¡No, Hobbs! ¡No me voy! —grité, resistiéndome, pero él me levantó como si no pesara nada, cargándome al hombro.
—Lo siento, Valeria, pero no te puedo dejar aquí —murmuró, sin detenerse.
Mi pecho se comprimía, la respiración se me hacía cada vez más difícil, como si el aire se negara a entrar. Mi mundo se había desmoronado en cuestión de segundos, y yo no podía hacer nada para detenerlo.
Después de correr varias cuadras, Hobbs finalmente me bajó, pero no soltó mi mano. Me mantuvo cerca, como si supiera que podría intentar huir.
Al llegar al escondite, me dejé caer en un banco, derrotada.
—Ramsey tenía razón —susurré, y todos me miraron—. Dom... Dom es un traidor.
—¿Por qué estás llena de sangre? —preguntó Tej, alarmado—. ¿Dónde está Brian?
Las lágrimas brotaron con más fuerza al escuchar su nombre.
—Dom... Dom le disparó —dije entre sollozos—. Una bala en el pecho... y lo mató.
Tej dejó escapar un jadeo ahogado, incrédulo.
—No... no es posible —murmuró.
—Dom jamás le haría daño a Brian —insistió Letty, negando con la cabeza, como si con eso pudiera cambiar lo que había pasado.
—¡Ese maldito lo mató! —grité, levantándome de golpe—. ¡Y yo haré que pague, lo juro! Sufrirá mil veces más.
Letty intentó abrazarme, pero la aparté bruscamente.
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Rapidos y furiosos: Una historia de amor
FanficSi el peligro corre por tus venas, no importa cuánto te escondas: eventualmente te alcanzará. Lo aprendí cuando me enamoré de un policía, el tipo de hombre que juró proteger y hacer cumplir la ley. Pero el amor tiene una forma curiosa de retorcer lo...