Capítulo 18

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Saint regreso al complejo Noppakao a la hora del almuerzo tal y como lo había prometido, disfrutaron de una deliciosa comida de la cual aquel omega repitió tres veces acabando con todo, comió tanto que habia preocupado un poco a Fluke por no hacer suficiente, la razón que les dio para su gran apetito fue que mientras no estuvo con ellos se fue ayudar en la zona de reconstrucción y gasto mucha magia en los trabajos que realizo.

—Chicos ya que todo está terminado aquí, ¿porque no me ayudan con mi casa?, la tengo en estado de abandono...

—¿Porque tenemos que ayudarte? —, pregunto Kao cruzándose de brazos.

—Yo ayude aquí, lo más honorable de tu parte es hacer lo mismo.

—Yo no te pedí ayuda, viniste porque quisiste... Muchas veces te dije que no te quería aquí.

—¡No seas malo!, ¡Fluke! —. Volteo hacia el otro omega con su mejor cara de desvalido —¿Verdad que si me van ayudar?

—Si, podemos ir hoy en la tarde y terminar mañana.

—¡Ves!, él si me entiende—. Se abrazo al castaño quien no pudo evitar reír por tan infantiles gestos.

—Pero yo no he dicho que vaya a ir, si Fluke quiere hacerlo es su problema...

—¡Tienes que ir!, él todavía está a cargo de ti así que no te queda de otra que acompañarnos—. Le saco la lengua sabiendo que habia ganado aquella batalla.

El pelinegro solo rodó los ojos sabiendo que era cierto y que no le quedaba más remedio que irse con ellos, salieron de la casa hacia el primer punto de aparición para en un abrir y cerrar de ojos encontrarse del otro lado del planeta en donde estaban la mayoría de las casas de los miembros de las fuerzas guerreras, caminaron entre las calles de aquel conjunto residencial hasta que por fin llegaron a la de Saint.

Al abrir la puerta todo lo que pudieron ver fue desorden, había ropa tirada en todas partes, además de platos sucios en la cocina, se notaba que llevaba tiempo sin hacer la limpieza, tanto que Kao y Fluke hicieron una mueca al ver todo aquello —¿Como puedes vivir así? —, expreso el alfa no quedándose callado al ver todo aquel desastre.

—Bueno es que he estado ocupado, lo único en condiciones es mi cama—. Señalo la puerta de la habitación que estaba abierta y en efecto aquel mueble era lo único que estaba arreglado.

—Y quién sabe desde cuando no cambias las sábanas—. Replico Kao con una mueca.

—¡Oye tampoco así!, esas si están limpias, aunque creo que son las ultimas que quedaban, pero bueno no importa ustedes están aquí y me van ayudar—. Los miro esperanzado.

—Por algo existe la magia—. Lo golpeo en la cabeza y se adentró a la casa para ver por donde comenzaban.

Fueron tres horas y medias en las que trabajaron en silencio y ya el lugar parecía otro, Saint se había encargado de recoger toda la ropa tirada y para lavarla, mientras que los otros dos quitaron el polvo y asearon los mueble que conformaban aquel lugar.

—Al parecer somos buenos en esto, creo que deberíamos montar una empresa de limpieza—. Bromeo Fluke al ver que habían casi terminado con el trabajo.

—Pues no creo que se mantenga así, conociéndolo en poco tiempo tendrá nuevamente un desastre...

—Bueno, pero por lo menos hoy va a dormir en una casa limpia—. Sonrió el omega para luego cambiar su semblante y decir —Nike y Judo se están acercando, de seguro vienen a buscarme para acompañarme a casa, nos vemos mañana —. Se alzo un poco y le dio un pequeño beso en los labios al pelinegro —Hasta mañana Saint—. Se despidió del otro para luego salir y encontrarse con sus amigos, quienes le dieron un abrazo e irse al punto de aparición.

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