El planeta tierra.

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Kakarotto pasó otro día más terminando de arreglar la nave con la que llegó a ese planeta siendo un niño. La noche anterior había sido muy relajante, pero no se podía dar el lujo de estar disfrutando siempre, pues la idea de ir al planeta al que sus padres deseaban que cayera no se le salía de la cabeza, llegando casi a ser una obsesión.
El saiyajin terminó de armar su nave para cuando el sol ya había salido.

Kakarotto: Por suerte para mí la nave tiene el historial de las coordenadas puestas, así que que podré marcar las de este lugar y las de la tierra y cualquier otro punto de interés.

La nave comenzó a parpadear en su interior debido a los distintos focos, señal de que la reparación del dispositivo había sido más que exitosa.

La nave comenzó a parpadear en su interior debido a los distintos focos, señal de que la reparación del dispositivo había sido más que exitosa

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Kakarotto: Perfecto, el viaje será de tan solo 3 días, lo suficientemente corto como para dormir y llegar fresco.

Así fue como el hijo de Bardock se metió a la nave con un poco de comida guardada y le indicó que partiera de inmediato a las coordenadas puestas por sus padres años atrás.

Kakarotto: Según entiendo la tierra es un planeta débil e incompetente, estimo que el promedio de poder de sus habitantes no será de más de 85. Debería ser sencillo enfrentarme a cualquiera que se interponga en mi camino.

Así fue como por fin Kakarotto ese molesto planeta para dirigirse al planeta cuyo destino era el que le habían planeado. Claro que el saiyajin tenía aspiraciones mucho más altas, pero ese iba a ser un excelente punto de partida.
Sin hacerse esperar, la nave salió de la atmósfera del planeta a una velocidad inmensa y se sumergió en la oscuridad del espacio.

Claro que el viaje no fue precisamente emocionante, eran tres días de estar sentado esperando a llegar a su destino, pero Kakarotto se permitía ser paciente

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Claro que el viaje no fue precisamente emocionante, eran tres días de estar sentado esperando a llegar a su destino, pero Kakarotto se permitía ser paciente. Durante el transcurso de este pequeño viaje por el espacio, el hijo de Bardock planeaba sus siguientes movimientos.
Las dudas también pasaban sobre su cabeza, como qué podría encontrar allí, que clase de habilidades (por más débiles que fuesen) tendrían los terrícolas y cómo las podría usar a su favor.

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