Esferas del dragón.

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Kakarotto, también llamado Son Goku en el torneo, había derrotado a Piccoro Jr., la reencarnación del antiguo Piccoro Daimaku que conquistó el mundo y se volvió el rey de la tierra durante muchos años hasta su llegada. El hijo de Bardock había llegado a la tierra en busca de su destino real, ya que sus padres pretendían que él viviera su vida en aquel mundo, pero el destino tuvo otros planes y fue enviado a Kannan.
Sin embargo, no fue solo su destino lo que encontró, sino todo lo que él siempre desfrutó: poder, enemigos fuertes, comida deliciosa, mujeres bellas, y un nuevo arsenal de técnicas y habilidades de combate que de forma autodidacta muy poco probable era que las hubiese aprendido.

Pero de todo lo que había descubierto en su estancia en aquel lugar, posiblemente... las esferas del dragón eran el mayor hallazgo. Estos orbes, una vez que estaban los 7 juntos, eran capaces de invocar a un dragón capaz de cumplir cualquier deseo.
Si bien en un principio estuvieron inactivas, Kami-Sama las reactivó a pedido personal de Kakarotto. El saiyajin, que había llegado a ese planeta sin nada y con un poder de 1.220, ahora lo tenía todo: un poder de pelea de 12.000, una cantidad enorme de técnicas, mujeres que estaban locas por él y a su disposición, un rival poderoso y ahora estaba próximo a obtener lo más preciado.... las esferas del dragón.

EN LA ALDEA JINGLE:

En una aldea pequeña, cubierta por una incesante nevada y rodeada por montañas con una rara torre cerca de ella, se podía ver una serie de casas extrañas con forma redonda y no muy grandes. La gente iba caminando con despreocupación y calma, por fin la paz reinaba en la tierra tras la caída del temible Piccoro Daimaku.
Habían pasado unas pocas semanas desde que Kakarotto fue proclamado campeón mundial del torneo de las artes marciales, aunque era evidente que el dinero y la gloria de ese torneo le significaban poca cosa.
Hablando del saiyajin, nos enfocamos en una casa en particular.

???: Ya veo, entonces por eso te vas a quedar. Bueno, diría que es una pena, pero yo estoy encantada.– comentó una voz femenina en tono coqueto.

Kakarotto: Ajá. Bueno, no es como que estuviese en mis cálculos que Piccoro fuese a evaporizar toda la isla.– contestó el guerrero se clase baja.

Dentro de la casa vemos a Kakarotto acostado en una cama, solo que con una mujer pelirroja, totalmente desnuda, acostada sobre él. Sus pechos chocando con el de Kakarotto y su cabello rojo cubriéndole la cara.
El saiyajin tenía sus brazos rodeando sus caderas y su cola reposando un poco más abajo que eso.
Obviamente se trataba de Suno.

Suno: Pero... ¿por qué te esperaste hasta ahora?

Kakarotto: Bueno, resulta que Bulma había juntado las esferas... pero su casa es grande y antes fui a visitar a Milk.

Suno: Ajá. Visitarla...– musitó en tono acusador.

Kakarotto: ¿Qué? Es una amiga.

Suno: Seguro. Peeero.. apuesto 100 zenis a que soy mejor amante que ella.– dijo con una sonrisa juguetona.

Kakarotto: ¿Solo 100? Acabo de ganar un torneo mundial. En fin, te lo pierdes.– respondió rápidamente, causando una risa en Suno.

Suno: Jajaja. -Aysh-... Bueno, supongo que era de esperarse. Te ves como cualquier cosa menos como un hombre de sentar cabeza.

Kakarotto: ¿Te pone celosa?

Suno: Tal vez... un poco...– contestó haciendo una mueca celosa.

Kakarotto: Oh, vamos, no seas así.– contestó dándole repetidos besos en la cara y cuello.

KAKAROTTO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora