Raditz

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Kakarotto estaba con la boca en el piso, y eso ya era algo digno de verse para ser alguien que siempre se salía con la suya hablando o manipulando a la gente con palabras, cosa que aprendió para sobrevivir en un mundo hostil. Sin embargo, lo que el visitante recién llegado acababa de decir simplemente le sacudió la mente.
Las amantes del saiyajin no estaban diferente, incluso aún más impactadas. Las dos estaban escondidas detrás de su hombre primero porque estaban desnudas, pero ahora se escondían más por temor que por otro motivo. Ese sujeto se veía parecido a Kakarotto, tenía la misma armadura y esa mirada afilada y llena de arrogancia que lo caracterizaba.

En cuanto al mismo él estaba con las muñequeras, botas y el pantalón de su armadura, por lo que su cuerpo bien marcado y lleno de cicatrices era visible. El hombre de cabello largo notó eso con una sonrisa en el rostro mientras analizaba al muchacho.
Este por otro lado, estaba muy shockeado pero se mantenía en pie y cubriendo a Suno y Lunch de ese hombre. Su cola se movía con mucha flexibilidad, indicando una fuerte emoción. Durante el silencio, lo único que se escuchaba era la cascada que estaba detrás de ellos y que caía al lago, en cuya orilla estaba parado ese tipo. La mayor sorpresa había sido que ese hombre conocía el nombre de Kakarotto.






 La mayor sorpresa había sido que ese hombre conocía el nombre de Kakarotto

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Raditz: ... Te has convertido en todo un guerrero por lo que veo... Kakarotto.








Kakarotto: (¿Por qué

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Kakarotto: (¿Por qué... siento un ki así de familiar? Su poder de pelea... a simple vista puedo decir que es más de 1.200).




Kakarotto no estaba en guardia, pero si estaba en extremo alerta, más que nada en forma mental. Era la primera vez que sentía algo como lo que le estaba ocurriendo ahora, puesto que no era miedo exactamente pero tampoco estaba tranquilo.
Sus amantes detrás de él se mantenían ocultas mientras la cascada aún las salpicaba bastante detrás de ellas. El recién llegado las miró, por lo que estas reaccionaron escondiéndose más detrás de la espalda del saiyajin de la tierra, más que nada porque estaban desnudas frente a un total desconocido.
Hubo un pequeño silencio de nueva cuenta en el que otra vez lo único que se escuchaba era la cascada cayendo en el lago y a la naturaleza que rodeaba ese sitio tan lleno de vida y color verde.... claro, hasta que ese sujeto rompió el silencio.





KAKAROTTO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora