Nota: hola a todos y todas, disculpen la tardanza pero he estado mal de salud. También me disculpo por no responder a los bonitos comentarios que me ponen, me pondré al día cuando me sienta mejor.
Mil y mil gracias siempre por su animo, les envío un abrazo a todos todas.
Sin más, a leer¡¡
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La vida cotidiana del linaje inu transcurría entre entrenamientos e irse fortaleciendo. Si había existido alguna tensión, esta se había desdibujado con el pasar de los días. Inuyasha ya no estaba tan hostil con su hermano y Sesshoumaru había disminuido su forma frívola de expresarse.
Algo que también se estaba volviendo cotidiano, era que Sesshoumaru los acompañara hasta que Inutaisho se durmiera; pero el pequeño bribón era tan astuto, que en algunas ocasiones fingía dormir y tomar de la tela de la ropa al rey para que no se fuera. Es así, que en algunas ocasiones, los tres dormían en la misma cama.
A pesar de que todo marchaba bien, cada vez que pasaban más días Sesshoumaru comenzaba a sentirse molesto y es porque tan solo faltaba un mes para que los líderes de las tierras del Este asistieran a su palacio. Se sentía inquieto, no quería que esos demonios olieran, miraran o presenciaran a Inuyasha y a su hijo; pensar en eso le daba un amargo sinsabor y su yoki rugía agitado.
Esa congoja descendió un poco, cuando en uno de los entrenamientos, observaron a Totosai descendiendo desde el cielo.
– Hola, hola– comentó tranquilamente el viejo.
– Anciano– saludó Inuyasha– ¿vienes con las espadas?
– Tranquilo, tranquilo– calmó el viejo– las traje conmigo, ¿ acaso querías que Sesshoumaru me matara?
– Perro que ladra, no muerde– comentó Inuyasha y escuchó un gruñido por parte de su hermano y una risilla por parte de su hijo.
El viejo sacó las espadas que estaban en unas hermosas fundas. Una de las katanas tenía el mango violeta con un maravilloso tallado. Cuando Sesshoumaru la desenfundó, quedó muy a gusto con la creación; esta espada si bien su filo era de color gris, tenía un matiz manganeso. Era una mezcla perfecta entre ambos tonos que la hacían ver exclusiva y única.
Tomó la segunda espada, la cual era más sobria, pero muy elegante. El mango era negro con diamantes celestes; la funda, era un grabado de dragón en un color mármol... digna espada de la realeza. Al desenfundarla quedó muy grato al ver el color ónix de la katana... era realmente pura, una espada que jamás mostraría imperfección y tampoco piedad de ser usada.
– Buen trabajo– espetó– pasa donde Jaken por tus honorarios.
– Me alegra que le hayan gustado, señor Sesshoumaru– dijo con alivio el herrero.
– Son esplendidas– comentó Inuyasha mientras las miraba– ¿qué habilidades tiene?
– Tensukodai (Colmillo Ancestral) – habló el viejo mientras sostenía la espada violeta– tiene muchas similitudes a Colmillo de Acero, así que creo que es la más pertinente para ti, Inuyasha. Sin embargo, tiene una habilidad y es que puedes objetivar los cortes.
– ¿Objetivar?– preguntó curioso.
– Si, te daré un ejemplo.
Todos vieron como Totosai ubicaba a su buey delante de un árbol; utilizó la espada sobre el animal que estaba pastando pero lo que se cortó fue el árbol... la criatura ni se inmutó y salió completamente ilesa.
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El unificador
FanfictionInuyasha vive una cruel tragedia al perderlo todo, su mundo cambia drásticamente a raíz de la guerra con Naraku y de una silenciosa profecía, en la cual, será salvado por el ser denominado "EL UNIFICADOR". Pareja: Sesshoumaru x Inuyasha