Inuyasha vive una cruel tragedia al perderlo todo, su mundo cambia drásticamente a raíz de la guerra con Naraku y de una silenciosa profecía, en la cual, será salvado por el ser denominado "EL UNIFICADOR".
Pareja: Sesshoumaru x Inuyasha
Nota: hola queridos y queridas, no tardaré mucho con esta nota. Primero mis disculpas por hacerles esperar, mi vida ha dado un giro algo drástico en estos dos últimos meses y apenas me estoy adaptando y recuperando la inspiración.
Para recuperarla, volví a leer la historia y sus comentarios, que intenté darles like a todos, como una forma de corresponder su compañía. Mil gracias por seguir ahí. Lo segundo, es que les deseo una feliz navidad y mucho amor y tranquilidad en sus corazones. También fue por estos tiempos que nació esta historia y nos ha permitido seguir juntos y juntas este recorrido.
Tercero, volver a agradecer su compañía y mensajes, porque ustedes me motivan a esforzarme más. Les dejo una imagen que cree en IA, de Inuyasha e Inutaisho deseándoles una feliz navidad.
¡Sin más, a leer!
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**Resumen del capítulo anterior**
– Nos entregó estas perlas como una ayuda para derrotar a Naraku– mencionó el príncipe.
– Lo haremos– mencionó el monje mientras le apretaba el hombro a Inutaisho en muestra de apoyo– haré una plegaria por su alma.
– Ambos hicieron bien al darle su última voluntad– dijo Hitomi más para Koga que para Inutaisho.
– No soy tan cruel como para no permitir que alguien moribundo cumpla su última voluntad– comentó levantando los hombros pero luego se quejó por el dolor.
– Naraku debe morir pronto, no podemos dejar que siga causando estragos– concluyó Jaken, luego de ver toda esta tragedia con Zero, que incluso, se remontaba muchos años antes de servir a su señor.
**Fin del Resumen**
– ¡Maldita inútil!– gruñía Naraku cuando uno de sus insectos vino con la noticia de su deceso. Demonios completos, híbridos o humanos, todos eran débiles si poseían sentimientos. Es por eso, que cuando mató a Kikyo, sintió tranquilidad; cuando ella desapareció es como si sus emociones hubiesen entrado en un shock permanente. Ya no sentía ira, dolor, ansiedad, envidia, añoranza... ahora solo vivía por pura inercia.
Todo eso antes de revivir, ahora, su némesis le daba nuevos motivos.
Inuyasha no había quedado roto como él, al contrario, estaba al lado de un poderoso demonio y habían tenido descendencia.
¿Dónde había quedado ese amor que él tanto profesaba?... enterrado, tal vez muy en el fondo de su corazón, pero también, estaba enterrado con las mujeres que le arrebató.
¿ Por qué entonces entre más le arrebataba a Inuyasha, más tenía?, ¿ qué debía hacer para verlo caer en desesperación? Lo vio sufrir por Kikyo y sus amigos, pero quería mucho más, quería observar el rostro abatido de Inuyasha rogándole por misericordia, porque se detuviera y lo liberara de ese tormento.
