El unificador

Capítulo 19: La travesía

Nota: Hola mis queridos y queridas, disculpen la horrible tardanza.  Mi trabajo, estado de salud y un diplomado me han quitado toda la energía. 

Tampoco me ayudó la ida de inspiración, pero poco a poco retomé y salió este cap.  

Agradezco que sigan esperando esta historia y también a quienes se tomaron un tiempo para escribir un mensaje de aliento.   Espero que les guste este cap y sin más, a leer.

***

– ¡¿ Estás loco, maldito monje?!, yo no soy ese bastardo de Naraku– gritaba el lobo intentando liberarse de la fuerza que lo ataba al suelo.

– Eso diría el mismo Naraku– mencionó el hombre mientras se inclinaba y tocaba con un palo la cara del demonio– cabello negro, aura poderosa y está acompañado de un youkai, no creo equivocarme.

– ¡ Imbécil! Tienes al demonio equivocado, no soy Naraku, mi nombre es Koga y pertenezco al clan de los lobos y él es Jaken, sirviente del Rey Bestia y del Príncipe.

– ¿ Rey Bestia?, ¿ Lord Sesshoumaru?– preguntó impactado el monje y luego se rio– ¿ por qué estarían los lores en estas tierras?– indagó con burla.

– Buscando a Naraku, ¡humano tonto!– se quejó Jaken.

– Si fuera un poco cierto lo que dicen, creo que los lores estarían...a... quí... – comentó entrecortadamente al sentir el filo de una espada en su cuello.

– Aquí estoy– mencionó gravemente Inutaisho quien no quitaba la espada del cuello del humano– libéralos del hechizo, ahora.

– Bien...– dijo tranquilamente el hombre mientras hacía algunas posiciones de manos y liberaba a los demonios.

– Ya... ya me puedo mover– expresó el lobo mientras se ponía de pie.

– ¿Qué haremos con él?– preguntó Hitomi curiosa.

– Sé que nos confundió, pero al parecer también va tras Naraku– comentó Koga– ¿ que tal una tregua?

– ¿Una tregua?, creo que estás siendo muy benévolo– habló la hanyou.

– La muchachita tiene razón– añadió el monstruo verde.

– Escuchemos su historia primero– habló autoritariamente Inutaisho y todos guardaron silencio.

– Gracias por permitirme hablar, majestad– comentó el monje mientras se inclinaba en una rodilla. Había escuchado desde su morada el buen mando que había tenido el clan Inu a manos del señor Sesshoumaru y el príncipe, por eso tenía tanto respeto porque consideraba que esos seres seguían los principios de su grupo– quisiera que habláramos esto en un lugar más privado, es información muy importante.

El demonio asintió y pronto se pusieron en marcha para encontrar un lugar. Ingresaron a una pequeña vereda humana y pagaron por una casa de alojamiento. Las personas estaban sorprendidas de tener allí al príncipe, pero Jaken les pagó por su prudencia y no extender la información de su estancia.

– Creo que puedes ir hablando– anunció Inutaisho quien estaba sentado elegantemente. Todos no podían dejar de mirarlo fijamente y es que aquel demonio realmente resaltaba. Koga no podía negar que Inutaisho era la viva imagen de Sesshoumaru, elegante y fuerte, lo había instruido bien.

– Majestad, soy un monje de los templos del Norte, nuestro culto siempre ha estado velando por el equilibrio, por eso creemos que las relaciones entre demonios y humanos puede estar en buen termino. Somos neutrales en las guerras pero ayudamos al desamparado sin importar su origen, por eso nos hemos caracterizado – tomando aire– sin embargo, nuestros templos fueron arrasados y casi extintos por un demonio.