La profecía se ejecuta tercera parte

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Nota: hola a todos y todas,  mil gracias por seguir leyendo esta historia.  También a las personas nuevas que se van sumando.  Me siento muy agradecida por la compañía.

He tenido poco tiempo ya que estoy en un diplomado y me absorbe bastante, por eso no he podido responder sus mensajes pero los tengo muy presente.  También tengo en la mente el guion para una novela que quiero poner a concursar, luego les estaré contando de ese proyecto.

Gracias a por las opiniones del cap anterior, son muy diversas y eso me llevó a tomar la siguiente decisión:  " las cosas se irán dando en el camino", así que si Koga toma un papel importante o no, lo iré decidiendo a medida que vaya escribiendo y con ayuda de sus opiniones.

Espero que este cap también les guste, ya pronto llegaremos al ansiado encuentro. 

***

– ¿De qué hablas niña?– preguntó el lobo molesto– no es así.

– Oh... solo parecía– mencionó haciéndose la desentendida– sino es así, deja de verlo tan fijamente o más personas podrían malinterpretarlo– concluyó para luego ponerse de pie y seguir con su función de sembrar las semillas.

Koga gruñó ante la sensatez de la hanyou. Él debía portarse como guardián y proteger al hijo de su amigo, nada más. Tampoco podía negar que sentía un pequeño hormigueo cuando interactuaba con el demonio, pero suponía que podía pasarle a cualquiera que lo conociera.

Inutaisho era un ser con suma belleza, fuerza y amabilidad, el semental que cualquier persona quisiera tener a su lado; pero no él, no podía darse ese lujo y no quería destruir su relación cortés con Sesshoumaru ni su amistad con Inuyasha.

El día pasó sumamente rápido y en la noche, Jaken, Hitomi e Inutaisho se encontraban en una de las cabañas reconstruidas. Koga se encontraba vigilando afuera, mientras dentro preparaban algunos alimentos.

– Partiremos mañana– mencionó Inutaisho– ¿irás con nosotros?

– Aún no me decido– dijo con sinceridad la mujer– me necesitan mucho aquí, pero, no sé si viviré tranquila pensando que Naraku podría volver a atacar.

– A veces hay que cortar el mal desde la raíz, niña– intervino Jaken mientras revolvía la olla.

– Tiene razón, señor– aceptó mientras recibía el tazón que le entregaba el demonio verde.

– ¿Y el lobo tonto?

– Yo se lo llevaré, señor Jaken– expresó con amabilidad el peli plata mientras tomaba dos tazones y salía de la casa.

– Señor... ¿usted también cree que entre esos dos pasa algo raro?– susurró.

– Espero que no, el príncipe bonito tiene una misión importante y no puede tener debilidades.

Con un movimiento grácil y ágil, el menor subió hasta la copa del árbol donde Koga miraba absorto a la lejanía. Sintió la presencia del otro pero no se movió hasta que divisó el tazón frente a su rostro.

– Lo acaba de preparar el señor Jaken.

– ¡ Ja! ¿estás seguro que el mío no tiene veneno?

– El tazón que te estoy ofreciendo es el que sirvió para mí.

– ¿Tanto me estimas como para sacrificarte por mí?– mencionó risueño mientras recibía el plato y comenzaba a comer.

– Lo haría.

La honesta respuesta lo detuvo de su comer. Miró fijamente los ojos dorados de Inutaisho y no vio vacilación... había heredado la mirada franca de su amigo y eso le hizo temblar. Respiró hondo y luego endureció su mirada, debía frenar cualquier sentimiento que tuviera el joven.

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