🔸Cap. 1

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– ¡No puedo creer que esa maldita bruja les cancelara el cargamento! –gritó furioso el pelinegro, apretó fuertemente el aparato en sus manos haciendo que la pantalla de este se rompa– Dile de mi parte que cuide a su familia.

– Jefe, ¿Me está confirmando que la mate? –se escuchó una dudosa voz proveniente de la bocina del celular.

– No, solo mata a su hijo y esposo, trae el cargamento de nuevo –ordenó antes de tirar su teléfono de último modelo fuertemente contra la pared– ¡Maldita sea!

Su voz furiosa resonaba en toda la casa, sus empleados y empleadas estaban temblando.

– ¡Pawat!

– ¿Qué pasó? –el nombrado llegó a velocidad de la luz al despacho de Tanapon.

– Necesito relajarme, ¿Sabes de algún lugar? –preguntó jugando con su revólver.

– Conozco un lugar de strippers –habló el hermano no de sangre si no de lealtad de Perth, sí, Ohm Pawat era el único que no le había fallado– Fui una sola vez pero hay chicos increíbles –dijo ya sabiendo los gustos de su "hermano."

– Bien, prepara la limosina y vamos. Bajaré en 5 minutos.

Ohm asintió y se fue de la oficina, tomó su otro celular e hizo una vídeo llamada a uno de sus trabajadores. Al responder la cámara enfocó a una mujer totalmente destrozada llorando aferrada al cuerpo de su hijo y esposo. Poco a poco enfocó la cara de dicha mujer.

– ¡Maldito! –gritó.

– Perth Tanapon no es un juego mi lady –habló sonriendo y corto la llamada.

Perth Tanapon, el jefe de una mafia importante no podía recibir un no como respuesta, no podía tener ningún inconveniente en sus negocios, así que hacía lo necesario para tener a raya a cualquiera que se quisiera propasar.

Un rato más y bajó donde estaba Ohm y 2 autos negros más, subió con Pawat y salió de su mansión, seguido de los otros autos negros para su protección.



•|•|•

Media hora después estaba frente a un club "privado" y la entrada era cara, claro no para Perth, para él mil dólares no era nada.

~ Club Good Night ~ leyó en la entrada de aquel sitio.

Al entrar observó a más de 30 personas sentadas algunos lejos y otros más cerca del escenario que tenía un tubo en medio, había luces que daban ambiente al local y música, también habían unas que otras "jaulas" que tenían a hombres bailando dentro.

– Tenemos espacio en el VIP –susurró Ohm señalando los lugares más cercanos al escenario; en ese club todo era dinero, estar en el VIP costaba unos tres mil quinientos dólares.

– Bien.

Ambos caminaron hasta llegar al lugar asignado que era mejor que los otros, tenían su propia bebida y una dama que les sirvió a ambos.

Varios chicos se encontraban bailando en el escenario, se podían escuchar silbidos y también ver hombres que les ponían dinero en las diminutas prendas a los bailarines.

– Pawat esto no va a funcionar, solo me estresa más ver como esos chicos se mueven sin ganas.

Si bien los chicos eran atractivos no le llamaban tanto la atención.

– Espera, el show especial empezará dentro de poco –animó Pawat sin perderse ningún movimiento del mesero que salía con él.

– ¡Damas y caballeros! El good night club tiene el honor de presentar una vez más a nuestro bailarín estrella –como si Ohm fuera adivino la voz de una chica se hizo presente por todo el local, las luces se apagaron– ¡Con ustedes.. Pete! –habló y una música lenta y sensual sonó.

Un reflector apuntó a una silla que en el tiempo de oscuridad alguien puso allí, luego el reflector vago a lo largo del escenario hasta llegar a un chico de cabellos castaños que estaba allí con su rostro bajo, todos comenzaron a gritar, piropear y silbar.

El chico levantó su mirada y sonrió con satisfacción, sin verlo de todo había llamado la atención del mafioso, ese chico era hermoso.

El bailarín soltó con mucha paciencia su bata, cuando esta cayó al piso más gritos así como piropos "calientes" sonaron; caminó al centro del escenario quedando a mejor vista de Perth, se sentó a horcajadas en la silla y comenzó a moverse, mientras hacía expresiones excitantes a los ojos de cualquier sensible hombre.

Aún siguiendo la música se levantó de la silla. Perth pudo apreciar mejor el "Baby doll" que traía puesto ese chico, era rojo transparente y llegaba abajo de sus muslos dejando ver un "hilo" bajo el, recorrió sus piernas y una de ellas estaba tatuada por completo.

El bailarín continuó su trabajo, unos movimientos sensuales más y su baby doll estaba en el piso. En ese momento muchos, muchos pensamientos impuros y prohibidos pero deliciosos pasaron por la mente de Perth, y es que ¡Joder!, ya únicamente con la única prenda que cubría sus genitales pudo apreciar bien su pierna derecha tatuada y un jodido piercing en su ombligo, los ojos de Tanapon brillaron; cuando se dio vuelta miró su pequeño pero hermoso trasero, su espalda baja también estaba tatuada, los pezones del joven y caliente bailarín estaban erectos debido a su mismo toque, finalmente tenía otro tatuaje abajo de su clavícula que era una estrella.

– Oye, estás babeando –se burló Ohm siendo ignorado, en ese momento Perth Tanapon estaba hipnotizado.

El castaño bajó hasta el suelo, Perth mordió su labio al ver que el chico gateaba en su dirección mirándolo a los ojos. Por otra parte el bailarín se daba cuenta que nunca antes vio a ese hombre ahí, de lo contrario se acordaría pero no; sin poder sostenerle más la hambrienta mirada al hombre se giró nuevamente, pero moviendo más sus caderas porque efectivamente ese hombre lo seguía mirando, debía darle una buena impresión para que volviera.

Los ojos de Perth no dejaban de devorar su cuerpo saboreando cada sensual movimiento, vio su cuerpo rodar algunas veces en el piso luego que se detuviera, lentamente pasó sus manos desde su pierna tatuada ascendiendo por ella, y pasar por sus caderas, su pecho, prácticamente se estaba tocando frente al público, «tan descarado» pensó Perth.

Caminó con calma hacia la silla de nuevo, se sentó con las piernas cerradas de forma lenta. El ritmo de la música cambió más rápido y él se acopló a la perfección, sus piernas se abrieron tan sensual y rápidamente, casi estaba desnudo solo ese simple y odioso pedazo de tela impedía verlo por completo, y esos malditos tatuajes no le sentaban mal.

El castaño volvió a manosearse y sonrió a Perth, sí a él. Agarró el tubo de metal y comenzó a dar vuelta sobre este, se detuvo quedando frente a Perth sin tomar importancia a los gritos de los demás espectadores así como el dinero que caía sobre el escenario, sacó su lengua y la movió de un lado a otro mientras se frotaba sobre aquel tubo; Perth sintió su cuerpo calentarse más cuando vio el piercing en la lengua del chico.

¡Eso era ilegal, ese chico era ilegal, tanta belleza, sensualidad y tentación en un pequeño cuerpo era ilegal!

Sí, Perth Tanapon se lo quería comer.

Saint miró como el hombre que lo miraba como si lo estuviese follando con la mirada tomó un trago de su copa y relamió sus labios sin dejar de mirarlo.

Te quiero en mi cama.›
‹Lindo trasero.›

Ignoraba todos los comentarios de los hombres que lo deseaban. Esta vez quiso llegar un poco más lejos. Perth tragó duro cuando vio que las vagas manos del stripper se colocaron en la cinturilla de su ropa interior empezando a bajar, y justo cuando estaba a punto de mostrar la música paró.

– ¡Este fue el show de Pete! –se escuchó en el local.

El pelinegro maldijo.

El bailarín caminó por el escenario y recogió su bata, para luego perderse dejando a los trabajadores del lugar recoger el dinero que le tiraron.

– Cuidado y tu pito atraviesa el mundo entero, se te paró –se volvió a burlar Ohm.

– ¿No hay desnudo completo? –preguntó de inmediato tratando de tapar su bulto.

– Solo en los privados.

– Consigue un baile privado, no importa cuanto dinero gastes.






El Mafioso Y El Stripper [Adapt./PinSon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora