🔸Cap. 11

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Un día más llegó, uno importante, era la reunión con los mafiosos más grandes, 20 de los más importantes de Tailandia.

Cuando Perth llegó al lugar de la reunión le sorprendió que hubiesen tantas personas, era una mansión lujosa la cual únicamente se utilizaba para reuniones así de serias, había una gran mesa donde podían estar las 20 personas, cada uno de ellos tenía como mínimo 15 hombres para "protección."

La reunión aún no iniciaba así que el pelinegro simplemente estuvo parado en un sitio en específico analizando a todos,
hasta que una chica llegó hasta donde él, claro con el típico coqueteo.

– Perth Tanapon, siempre un hombre guapo –habló la chica mirándolo de pies a cabeza, para después pasar sus manos por el pecho del pelinegro– Y soltero por lo que sé.

– Jane siempre zorra –respondió como si le agradara verla. Hace mucho tiempo esa mujer quería tenerlo en sus manos.

– Puedo ser tu zorra cuando quieras –sonrió.

Perth atrajo a la chica hacia él y la besó, ella no tardó en aferrarse a aquel beso, tan necesitado. Luego de un momento Perth se separó limpiando su boca con un pañuelo ya que el labial rojo de la mujer estaba impregnado en sus labios, para después inclinarse un poco al oído de ella.

– Es una lástima que no me gusten las mujeres, y mucho menos las zorras que coquetean con otros teniendo marido –le habló al oído, y se fue de ahí dejándola sola.

La reunión dio inicio y todos tomaron asiento, los hombres para "protección" fueron ubicados alrededor de la mesa un poco lejos de sus jefes; sin embargo, Perth puso a Ohm parado justo atrás de él, siendo el único en tener solo un hombre para su cuidado.

Todos estaban en total silencio esperando al capo de capos, y pronto llegó sentándose en el encabezado de la mesa.

– Damas y caballeros buenas tardes tengan todos, como sabemos estamos reunidos para elegir a un remplazo para mí, el capo de capos, estoy algo viejo y alguien de ustedes debe reemplazarme –dijo aquel hombre de avanzada edad, pero el más peligroso entre la mafia- Pero antes de todo, sé que varios de ustedes han tenido problemas, que el Sr. Parkon le dio problemas con su negocio al Sr. Wansai, así como la muerte de la familia de la Sra. Dawa, ordenada por el Sr. Tanapon –todas las miradas se dirigieron a Perth– Sabemos claramente que entre nosotros nos respetamos, ¿Qué puede decirme al respecto Sr. Tanapon?

– Con su permiso señor, como usted dijo antes nos respetamos, pero también sabemos que hay dos cosas seguras en esta vida, la muerte y mi palabra, nunca rompo mi palabra y conmigo no se juega –hizo una pausa y observó a varias personas, todos estaban asombrados, el capo de capos lo podía matar ahí mismo por atreverse a hablar así– La Sra. Dawa hizo un trato conmigo y yo puse mis hombres en riesgo por entregarle mercancía y ya cuando estaban en sus propiedades lo canceló, una pequeña zorra no me hace quedar en ridículo o me devuelven las cosas, fue una falta de respeto para mí –desvío la mirada hacia Dawa– A tú familia la mataste tú preciosa –terminó para después sentarse tranquilo.

– Sra. Dawa, ya todos conocemos los lemas del Sr. Tanapon.. cuando uno hace algo debe esperar las consecuencias así que le niego la petición a cualquier tipo de castigo al Sr. Tanapon –habló para Dawa, quien la miró un poco molesta pues había pedido un castigo para el pelinegro– Y Sr. Tanapon, ¿Cómo se atreve a hablar así en mi presencia?

– Fácil señor, todos estos de aquí le temen, y a mí me tiene que matar de un balazo y no del miedo –respondió Perth.

– Sabes que puedo matarte ¿Cierto?

– No le temo a la muerte y está más que probado –le dijo, a Perth le gustaba jugar con fuego.

Después del tenso momento pasaron a la votación, todos los mafiosos deberían escribir en un papel el nombre de quién creyeran conveniente para reemplazar al capo de capos.

– Bien, la mayoría de los jefes escogió a Perth Tanapon –anunció el anciano– Ahora pregunto, ¿Estás dispuesto a asumir el cargo?

¿Quién podría negarse a ello?

– No señor.

– ¿Estás consciente que faltas al respeto a cada uno de los jefes de la mafia aqui presentes al negarte?

Volvió la incógnita, Ohm por su parte tenía la mano puesta en su arma mientras observaba por todo el lugar discretamente.

– No quiero asumir ese cargo, y no me interesa a quién ofenda, la única persona a la que Perth Tanapon le bajó la mirada y le dio pánico terrible faltarle al respeto está muerta, y era mi madre –dijo sin miedo alguno, es por eso que lo eligieron, por su carácter era el indicado; no se dejaba doblegar por nada, igual que su abuelo.

– Tu abuelo estaría orgulloso de ti –dio la razón el capo de capos– Bien, como segunda opción está el Sr. Parkon, ¿Acepta usted el cargo?

– Acepto señor –había respondido el hombre.

El día en que Perth se negó al papel más importante dentro de la mafia, pero aceptar ese cargo también imponía estar completamente expuesto ante la policía.




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Se perdió nuevamente el show de Pete y también ser el primero en presenciar un baile privado. Estaba esperando fuera del salón donde Saint daba sus bailes privados, llevaba un rato esperando. Yago, el encargado de la seguridad de Pete que siempre estaba fuera de su salón, fue al baño.

Perth esperaba, cuando escuchó unos ruidos dentro, más un "Ayuda.. Yago" a lo lejos. Se quedó escuchando, y sí volvió a escucharlo, Perth trató de abrir la puerta pero tenía seguro, sin pensarlo pateó la puerta con fuerza haciendo que se abriera de golpe.

Un hombre tenía en el suelo a Saint y lo besaba sin su consentimiento ¿Que demonios creía que hacía? Perth caminó hasta el sujeto, lo alejó y le dio un puñetazo, Saint estaba asustado. Yago llegó en ese momento sacando al sujeto, para ese entonces Saint ya se hallaba agarrado fuertemente de la parte de atrás del saco de Perth.

– ¿Estás bien? –preguntó, tratando de no sonar preocupado.

– S-sí, gracias –susurró Saint apenas audible.

Yago volvió a entrar al salón.

– ¿Seguirás bailando o cancelo?

– Solo bailaré para el Sr. Tanapon –dijo el bailarín.

Yago salió, y antes de que Saint se alejara Perth lo había tomado del brazo.

– ¿En verdad estás bien? –preguntó mirando aquellos ojos.

– Estoy bien –respondió un poco desconcertado ante la atención.

La pregunta que rondaba por la cabeza de Tanapon era: ¿Qué carajos le importaba si Saint estaba bien?







El Mafioso Y El Stripper [Adapt./PinSon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora